Otro de los serios trastornos que trae aparejada la pandemia que enfrenta el mundo es la imposibilidad de regresar a casa. Miles de argentinos se encuentran varados en distintos puntos del globo desde que el pasado 25 de marzo el gobierno nacional determinara suspender las repatriaciones de argentinos en el exterior. Muchos de estos compatriotas se encuentran atrapados en España e Italia, países en donde el coronavirus está haciendo estragos, y si bien algunos decidieron viajar al viejo continente desoyendo las recomendaciones de las autoridades, hay un gran número de profesionales, científicos, investigadores y estudiantes que viajaron con fines académicos o de trabajo y mucho antes de que se conociera la gravedad de la situación. Dentro de este último grupo se encuentra María Eugenia Cardinale, docente de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), que se fue en febrero a Madrid para hacer una capacitación de 3 meses y ahora no sabe cuándo podrá regresar a Argentina.
"La situación es de total incertidumbre y eso es lo más difícil, porque si por lo menos me confirmaran que no van a haber más vuelos de repatriación hasta junio, me organizo y veo cómo consigo recursos y hasta cuándo renuevo mi seguro de salud", lamenta Cardinale en contacto con Rosario/12, al mismo tiempo que explica que debe tomar una medicación específica como consecuencia de su hipertiroidismo y que su seguro de viaje vence el 1° de mayo, fecha en la que tenía programado su regreso. Además de ejercer la docencia en la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNR, es coordinadora de la Secretaría de Relaciones Internacionales de esa misma casa de estudios, y en el marco de un proyecto académico que está desarrollando sobre "Fronteras, Seguridad y Derechos Humanos", en marzo del año pasado fue invitada por la Universidad Complutense de Madrid para participar de un grupo de investigación especializado en geopolítica: "Vine porque conocen mucho sobre la temática de las fronteras y me servía como base para ver qué recursos metodológicos y teóricos son los más adecuados para trasladar a los límites fronterizos de América del Sur". De esa manera, con un año de anticipación planificó viajar a España el 1° de febrero de 2020 y regresar el 1° de mayo, pero un virus hasta ese momento desconocido cambió todos los planes: "Cuando llegué en febrero el coronavirus todavía era un tema de China, no había un riesgo mundial. Era imposible poder prever que llegase con esta masividad a Europa", aclara Cardinale y menciona que recién el 14 de marzo el gobierno español determinó la cuarentena obligatoria.
Ante este complicado contexto, la profesora universitara empezó a contactarse con el Consulado argentino en España para poder resolver su situación, a la que comparó con la de muchos colegas: "En un momento circuló como discurso que muchos de los que estamos acá vinimos el 13 de marzo sabiendo el peligro del coronavirus, pero no es así. Como yo, hay un montón de profesionales de universidades públicas que vinimos a investigar y a trabajar por un tiempo, y también hay muchos jóvenes estudiantes que vinieron a hacer un intercambio y ahora están varados". De acuerdo a lo que aclaró Cardinale a este diario, si bien desde el Consulado le "contestan siempre, no tienen respuestas concretas, y muestran falta de organización". Por otro lado, destacó que la UNR "está haciendo gestiones por su lado con Cancillería y con el Ministerio de Educación", pero todavía las soluciones no aparecen.