Se podría pensar que Rabia es un melodrama: la historia de un obrero de la construcción que se pone de novio con una mucama que trabaja en una mansión en Barrio Norte, pero también es una novela social o mejor dicho es la intromisión de una clase social. El protagonista, José María o María, como lo llaman sus amigos, decide sobrevivir dentro de la mansión sin que sus moradores, ni siquiera Rosa, lo descubran después de que es acusado de un crimen. No tiene dónde ir y lo único que quiere se encuentra justamente dentro de la mansión: su novia Rosa. De hecho nadie del exterior lo echa de menos.

El ambiente claustrofóbico es domesticado por María que consigue alimentarse, mantener el contacto con Rosa, bañarse, ejercitarse e ir conociendo cada uno de los rincones de la mansión que al final domina a la perfección. La única relación directa que mantiene es con una rata que vive en la habitación en la que se esconde. Lo que es aterrador es que María cuando comienza a desplazarse por todo el espacio parece estar tan cómodo que ya no piensa más en el exterior y proyecta su vida aceptando ese encierro. El lector acompaña este proceso vertiginoso y se encuentra a su vez encerrado junto a María y es cómplice de sus paseos nocturnos a la cocina, de sus escuchas a escondidas de las conversaciones ajenas, de sus llamadas de enamorado desaparecido a Rosa.

Un ojo vigía que descubre el aburrimiento, las horas vacías y los problemas familiares de una familia de clase alta. En el encierro María se libera, descubre el tiempo libre al no tener que deslomarse trabajando: tiene tiempo para leer, ejercitarse, pensar. Es un fantasma que recorre cada rincón sin que los habitantes lo sepan.

A lo largo de novela, María, se va adueñando de los espacios, inclusive de su propio interior. María es un hombre incapaz de manejar sus impulsos, qué sólo están movidos cuando siente humillación, por él o por Rosa. Toda la violencia dormida se manifiesta ante actos de humillación: de la injusticia en sí nace la violencia.

Rabia, Sergio Bizzio (Interzona, 2004)