Hubo un tiempo en que las personas se enviaban cartas de manera sistemática donde contaban los hechos transcendentes de la semana: el casamiento de Raquel, la despedida de año del trabajo... Esto se llama epistolario. Son las fuentes escritas que usan los historiadores. Pero no son las únicas. El espacio de Investigaciones Socio-históricas Regionales de CONICET investiga la sociabilidad santafesina en los períodos de entre guerras del siglo pasado y notó que en los sectores populares -donde la palabra escrita es muy breve, donde hay casos en que no se puede reconstruir la historia de esos obreros- las fuentes visuales toman un rol fundamental.
-Entonces, ¿cómo recuperar este material?- pregunta Rosario/12.
-Son archivos fragmentarios, pequeños archivos personales. Por eso dentro del grupo nos pusimos un objetivo: las colecciones informales de los sectores populares urbanos. Esto permite ver los fenómenos al ras del piso, cosa que el archivo formal (el del club, las asociaciones) no nos lo daba- responde Sandra Fernández, directora del proyecto.
“Una cosa es recibir una colección de un fotógrafo –agrega- que sabemos que hizo para una empresa o un libro. Pero otra, es recuperar fotografías que se van a perder. Archivos que no son archivos, y que el paso del tiempo les provoca un deterioro”.
En los ‘40 las clases populares comenzaron a incorporar la cámara de fotos. Aparece la autorepresentación. Antes, la forma estaba muy ligada al ojo y corte del fotógrafo profesional, el único que existía. Entre sus variadas actividades, públicas y privadas, trabajaban para las clases más acomodadas. Estas elegían cómo mostrarse. Se manifestaba en revistas como La Gaceta rosarina. Ahora estos grupos populares pueden y eligen mostrar sus vínculos, su momento de relajación.
-¿Qué cosas encontraste que a priori creías que era de una manera, y viendo estas imágenes pudiste enterarte de otras cosas?
- Mujeres que han accedido al mundo del trabajo y que su sociabilidad no era acompañada por el hombre. Se las ve en grupo numerosos en reuniones en espacios privados y públicos.
El material que recibe el grupo de particulares se digitaliza y se devuelve. Se encuentra abierto en su Flickr, catalogado. Por ejemplo: "El mundo del trabajo", "Fiestas populares" o "Infancia", entre otros. Además poseen un Wordpress para que conozcan mejor a sus integrantes y vías de contacto. “Tenemos la idea de tener un archivo público, abierto y constructivo”, sostiene Fernández.
- ¿Cómo se ficha el material que reciben?
-Se van organizando por temas, pero en algunos casos nos sorprendíamos por lo que la gente traía. La cuestión del ocio que nosotros no lo veíamos como un eje, aparece y tiene que ver con el período que elegimos. Si hubiésemos escogido la etapa de principios de siglo, sería extraño ver vacacionar a los sectores populares. Otro tema que aparece mucho es el carnaval. En este se tiene una lógica de fraternidad, la incorporación de los chicos, el espontaneísmo. Estos procesos eran de abajo hacia arriba. La organización de la población se manifestaba y se prolongó con el tiempo. Sin embargo, sabemos que luego hubo procesos que “cortaron”.
- ¿Qué problemáticas encontrás en los archivos actuales?
- Las fotos que se hacen con el celular no se seleccionan ni se resguardan... El archivo es un gran laberinto. Son distintos, no conservan lo mismo, hay una destrucción sistemática. No hay una política común de acceso a la información. Y lo digital también implica un costo. Necesitás soporte, personal técnico. ¿Existe? ¿Hay un espacio de formación de profesionales? No es el bibliotecario que conocemos... Tampoco sabemos cómo estandarizar los archivos actuales en la era digital, porque los cambios tecnológicos son veloces. Por ejemplo, hace unos años cuando se quiso cambiar el formato papel se recomendaba la microfilmación. Hoy todo lo que está microfilmado ha tenido que ser digitalizado por su vulnerabilidad. O sea, lámpara que se rompe, queda inutilizado el aparato. Lo que considerábamos un soporte exitoso se convirtió en algo más frágil que el papel que se deteriora.
- No aparece lo subjetivo, lo plenamente íntimo o banal.
-En el material que recibimos, no aparece…tampoco la selfie. Asoman otras formas de representación. Lo individual era el estudio del fotógrafo: el niño y su bautismo. Lo que nosotros revelamos tiende más a lo colectivo, a la reunión. Si bien vos accedías a la cámara, a la compra del rollo y del revelado, era muy “puntual” la fotografía. Por más que sea informal tiene que tener una meta: que salga bien. Para eso la pose.
-No aparece la denuncia por las condiciones que vivían las clases populares mostrando la injusticia que vivían.
-Tampoco aparece. Volvamos a lo aspiracional. Siempre está presente. Antes había una referencia más fuerte colectiva como modelo de movilidad social. Y lo segundo era el valor de acceder a la educación. Por eso pienso que hoy tenemos diluido este tema, las identidades pasan por otro lado. ¿Cómo y con qué nos identificamos? Está troquelado y es difícil pensar planes que superen los intereses individuales.
Para conocer la colección visitar el sitio Flickr como Archivo Visual de la Sociabilidad Santafesina. Para más información sobre cómo compartir fotografías ir a https://archivovisualsociabilidad.wordpress.com