Buenos Aires tiene una nueva estación de ómnibus. La Terminal Dellepiane fue inaugurada finalmente ayer en el barrio de Villa Soldati, desde donde por ahora saldrán servicios a Bariloche, Misiones y Rosario. En los próximos meses, el plan es sumar nuevos destinos para absorber el 40 por ciento de los micros que hoy circulan por la terminal de Retiro. El emprendimiento, desarrollado por una empresa privada, estuvo marcado por la polémica con las compañías de transporte, que se negaban (y en buena medida lo siguen haciendo) a instalarse allí. De hecho, la construcción fue terminada a fines del año pasado y recién ahora pudo ponerse en marcha, aunque en forma parcial.
Ubicada en el enclave de las autopistas Perito Moreno y Luis Dellepiane, su localización agilizará el ingreso y salida de servicios para no afectar el tránsito. “El objetivo es lograr que los vecinos tengan una nueva alternativa más cerca de su casa para sus traslados de media y larga distancia al mismo tiempo que mejoramos el flujo de tránsito en la zona del bajo”, dijo el secretario de Desarrollo Urbano y Transporte porteño, Juan José Méndez, quien estimó que el lugar será utilizado por alrededor de 23 mil personas por día. En la inauguración también estuvieron presentes el ministro de Modernización, Innovación y Tecnología, Andy Freire, autoridades de la Comisión Nacional de Regulación de Transporte (CNRT), de la Corporación Buenos Aires Sur y de la empresa constructora de la terminal.
De momento, fueron habilitadas las primeras boleterías, que venderán pasajes de las empresas Flechabus, Chevallier, Vía Bariloche y Urquiza, entre otras, a distintas regiones del país. “Como no se pueden vender viajes con más de un mes de anticipación, hoy pasarán por esta terminal 15 servicios que salieron de Retiro, pero esperamos que para mediados de abril o principios de mayo tengamos aquí una frecuencia de 500 micros diarios y que, a mitad de año, lleguemos a los 800”, explicó el presidente de Transportes Terrestres Argentina (TTA), empresa a cargo de la terminal, Martín Amendola.
La nueva terminal operará “los destinos que están en la zona sur y oeste de la provincia de Buenos Aires, Mar del Plata, Tandil, Bahía Blanca, Olavarría y Azul, entre otros”, porque la ubicación facilita esas conexiones, detalló Amendola.
Sin embargo, la inauguración no extinguió la polémica. “Dellepiane no tiene conexión con el Metrobus de la autopista 25 de Mayo, su precio de toque de dársena no está regulado por el Estado, hay pocos colectivos que lleven a los pasajeros hasta allí, no llega el subte ni el tren y las empresas tendríamos que duplicar los costos de operación” para operar allí, explicó Gustavo Gaona, vocero de la Cámara de Transporte de Pasajeros de Larga Distancia (Celadi), que concentra cerca del 80 por ciento del transporte de micros de larga distancia argentino. Para la entidad, “hoy no están dadas las condiciones para operar” en la Terminal Dellepiane “ni para los pasajeros ni para nosotros”, añadió Gaona.
Por su parte, Amendola sostuvo y auguró que finalmente “serán los pasajeros los que traerán a las empresas a Dellepiane”. De acuerdo con el empresario, sólo entre el 4 y el 5 por ciento de los pasajeros que usan la terminal de Retiro recurren a tren o al subte, “y la mayoría usa un vehículo particular o taxi”, mientras que entre el 80 y el 85 por ciento de los pasajeros viven en Flores, Floresta, Caballito, Parque Chacabuco y Almagro. En la nueva terminal, hay 48 dársenas para micros y un sector con paradas para 15 líneas de colectivos. El predio es propiedad del Estado porteño, pero por la Ley 4924 su explotación fue cedida durante 18 años a TTA, a cambio de que pagara la obra y un canon trimestral.