“Una combinación sin precedentes de shocks externos disparó la venta masiva de títulos de deuda emitidos por los mercados emergentes”, advierte el Informe de Estabilidad Financiera que publicó el Fondo Monetario Internacional (FMI) este miércoles. Si los mercados financieros son por lo general inestables, la actual situación de los flujos financieros muestra un grado de volatilidad prácticamente nunca visto. El documento, al menos por esta vez, bien podría llamarse Informe de Inestabilidad Financiera. Los “shocks externos” a los que alude el trabajo son el propio coronavirus, la caída del precio del petróleo, el aumento en la aversión al riesgo por parte de los inversores y la recesión global. Se calcula una caída promedio del 20 por ciento en los mercados de valores de los países emergentes, al tiempo que las monedas nacionales de países como Brasil, Colombia, México, Rusia y Sudáfrica cayeron en un 20 por ciento en relación al dólar en pocas semanas.
La situación financiera de la Argentina es, paradójicamente, más estable, porque su mercado de capitales ya venía cerrado a partir de la enorme fuga de los últimos años, que motivó la necesidad de aplicar controles de capitales. En consecuencia, la salida masiva de capitales desde las economías emergentes, que se calcula en el orden de los 100 mil millones de dólares, no tuvo un impacto directo en la economía nacional, aunque sí en la disparada del riesgo país y la suba de las cotizaciones paralelas del dólar. Sin embargo, otros países de la región se encontraban mucho más integrados financieramente y sintieron el cimbronazo.
El informe destaca que la caída de la economía y la suba de los costos del endeudamiento puede afectar especialmente a países con limitado espacio fiscal, altas necesidades de colocación de deuda o vulnerabilidades externas, como Brasil, Colombia, Egipto, Hungría, India, Sudáfrica y Turquía. Hay especial riesgo para los exportadores de petróleo, como Colombia, Nigeria, México, Sudáfrica y los países de Medio Oriente.
La economía argentina no sintió el impacto financiero inmediato, en parte porque lo ha venido sufriendo en los últimos dos años. Sin embargo, el costo de no tener margen para el endeudamiento en una situación fiscal apretada y fuerte desaprensión por el peso imponen desafíos incluso mayores que para otros países emergentes.
De todas formas, el FMI advierte que por regla general los países emergentes están en una peor posición que en 2008 y enfrentan una crisis más grande que en ese momento. Detalla que los emergentes están más endeudados y con menor margen fiscal. Esto es así porque el boom de los commodities, que terminó en la crisis subprime, fue una etapa de mucha bonanza que no se replicó en la última década.