El exfutbolista Ezequiel Lavezzi aseguró que estar en la Selección argentina "es el orgullo más grande" que un jugador puede tener y dijo que al elenco nacional "no se va por el dinero sino por la gloria". Lavezzi, quien anunció su retiro de la actividad profesional en diciembre de 2019, participó con la camiseta de la Selección argentina de un Mundial y en tres Copas América mientras que obtuvo la medalla de oro en Pekín 2008.
"Cada concentración me dejó algo diferente. Estar en la Selección es el orgullo más grande que un futbolista puede tener porque estas representando a tu país. Tuve un recorrido de casi 10 años y viví muchísimas cosas. Me quedé con todo eso. A la Selección no se va por dinero sino por la gloria. Está más allá de todo", señaló Pocho, en una entrevista concedida al sitio oficial de la AFA.
Además, reveló que lo que tiene de especial la Selección es "la responsabilidad de representar a un país" a la vez que reconoció que en algunos momentos se hace difícil estar en el equipo nacional debido a que los citados "no tienen casi nunca vacaciones". "Recién cuando me fui a jugar a China empecé a vivir mi vida normal. Es un sacrificio pero así y todo, yo no veía la hora de reencontrarme con todos los chicos cada dos meses. Siempre disfruté muchísimo de la Selección. Eso no lo puedo negar", expresó.
Al hablar del Mundial de Brasil dijo: "Fue una etapa hermosa, más allá de que no pudimos ganar la Copa, uno se queda con la experiencia de haber jugado en la Selección y de haber podido estar en una final del mundo. Cualquier futbolista sueña con estar ahí y no son muchos los que pudieron hacerlo. A mí eso me llena de orgullo, me siento un privilegiado".
Por último, Lavezzi contó una graciosa anécdota con Javier Mascherano: "Una vez, después del entrenamiento, estábamos con Masche y me dijo: 'Pocho, estás gordo, te tenés que poner bien. Esto es un Mundial, es diferente a todo'. Yo le respondí que no pensaba que iba a jugar tanto pero me convenció y le termine diciendo: 'Bueno, listo. A partir de ahora voy a comer todo lo que vos me digas'".
Ante la consulta acerca de si había cumplido con su palabra, Lavezzi reveló: "¡Sí! La verdad que fue muy gracioso porque todos los días iba al lado de él y le preguntaba qué podía comer. En los ratos libres también me iba al gimnasio con él y me terminé poniendo en buena forma. Digamos que me encarriló un poco".