Chicas muertas, de Selva Almada, empieza con una fecha precisa: el 16 de noviembre de 1986. "Yo tenía trece años y esa mañana, la noticia de la chica muerta, me llegó como una revelación. Mi casa, la casa de cualquier adolescente, no era el lugar más seguro del mundo. Adentro de tu casa podían matarte. El horror podía vivir bajo el mismo techo que vos", dice la autora, que se elige como narradora de la búsqueda obsesiva de reponer lo olvidado. 

Andrea Danne, de 19 años, fue asesinada en San José, un pueblo de Entre Ríos, de una puñalada en el corazón, en su casa. A María Luisa Quevedo, de 15 años, la mataron el 8 de diciembre de 1983, en Presidencia Roque Sáenz Peña, en Chaco. Sarita Mundín, de 20 años, desapareció el 12 de marzo de 1988, en Villa Nueva, Córdoba. Tres crímenes sin resolver. 

Chicas muertas, casi como si no hubiera pasado nada. Selva remonta sus historias, busca testimonios, se obstina en encontrar esas huellas de lo ocurrido que la justicia no buscó lo suficiente. No resuelve los casos, pero les da carnadura literaria a las búsquedas de sus familias, al vacío que dejaron esas ausencias a su alrededor.

Y en ese relato, va describiendo el entramado de violencias que rodean las existencias de las mujeres, como amenazas siempre latentes. Las voces que lo van relatando son familiares, conocidas, son las historias que cada una escucha o ha escuchado a lo largo de sus vidas.

Chicas muertas fue terminada en enero de 2014, faltaba un año y medio para que el grito Ni Una Menos pusiera a los femicidios en el lugar de lo insoportable. Y sin embargo, casi todos los días, una mujer o una niña son asesinadas por el hecho de serlo. 

Cada una de las palabras que elige Selva, con una cadencia aplomada para hacer hablar al detalle, construye el sentido de vidas que pueden construirse a pesar de esa amenaza persistente y muchas veces concretada. Una prosa donde la compasión no tiene un tinte religioso sino de una profunda comprensión de los mecanismos que truncan vidas recién comenzadas. 

Chicas muertas, de Selva Almada, Random House Editores, 2014.