El impacto de la irrupción de la pandemia causó, en lo deportivo, una serie de especulaciones con relación a las respectivas programaciones, que en algunos casos fueron canceladas y otras, sobre todo las del segundo semestre, postergadas o sometidas a la espera de los acontecimientos.

Wimbledon cancelado por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, los circuitos de tenis congelados desde marzo, el convencimiento que la Fórmula 1 debe dar paso al 2021, la por ahora postergación para agosto del Tour de Francia, y lo más emblemático: que Tokio 2020, sin perder esa denominación en los Juegos Olímpicos, se disputará en 2021.

Pero en los últimos días llegó una serie de contraataques, aunque la actividad de la Covid-19, salvo en algunos países, sigue en plena devastación. La famosa competencia automovilística "24 horas de Le Mans" pasó de julio a septiembre; Roland Garros, que tenía la tradicional fecha de fin de mayo a principios de junio, se considera todavía que pueda tener lugar. 

En Italia, el país más sufrido de Europa, pretende salvar ahora al Abierto de Roma trasladándolo al sur, y hasta se ofreció para realizar el Masters en Turín, si Londres tiene dificultades. Y los ejemplos siguen en una lista tan intensa como variada.

Pero la gran sorpresa llegaría este viernes desde los Estados Unidos. En tanto esta semana el Centro Nacional de Tenis Billie Jean King, centro de tenis de la USTA, era convertido en un gigantesco hospital con 450 camas y un comedor enorme para repartir diariamente 25 mil raciones de comidas, entre personal de la salud, enfermos leves y trabajadores adicionales, la Asociación de Tenis destacó que mantiene las fechas fijadas al principio de temporada, para la realización del Us Open, entre el 24 de agosto y el 13 de setiembre.

El Ceo de la USTA , Mike Dowse, como corolario de su conferencia, señaló: "Todavía no tenemos una fecha establecida en la que tomar una decisión final, porque las cosas están cambiando muy rápido. Preparar el torneo no es algo fácil, y por lo tanto considero que a finales de junio deberemos tomar ya la decisión definitiva".

Al conocer la velocidad con la que trabajan allí, se sabe que si comienzan a finales de junio, en los dos meses restantes llegarían a tiempo. Pero todo depende de un rápido y sostenido cambio respecto de la situación actual. Si se ven las imágenes actuales de Nueva York, no es fácil asegurar que el Abierto pueda jugarse.

Una decisión que también estarán esperando en París, porque la realización del US Open dificultaría en demasía la nueva fecha tentativa para Roland Garros.