Angela Merkel se anotó entre los jefes de Estado que desde un primer momento comprendieron la gravedad del avance de la pandemia de coronavirus. A diferencia de otros mandatarios, como Donald Trump y Boris Johnson, la canciller alemana ha dado muestras de su compresión de la situación y en estos días volvió a hacerlo al dar una clara explicación de cómo una pequeña variación en la tasa de contagio de la covid-19 puede llevar al desborde de los sistemas de salud.
Alemania logró llegar por el momento a un escenario en que el un infectado de coronavirus sólo contagia a una persona más. En la medida en que la tasa de contagio descienda de 1 la curva baja hasta desaparecer.
El esfuerzo de las autoridades alemanas está puesto en mantener, en principio, ese ritmo de contagios y de ser posible, claro, bajarlo. Un aumento de la transmisión implicaría no solo una marcha atrás, sino que aparejaría complicaciones en la atención de los casos.
“Si llegamos al punto en el que todos infectan a 1,1 personas, para octubre alcanzaremos el nivel de capacidad de nuestro sistema de salud, con el nivel asumido de camas de cuidados intensivos”, lo explicó Merkel con claridad.
La canciller alemana siguió con su explicación y precisó lo que implicaría un cambio en ese número por mínimo que fuera. “Si pasamos a 1,2, es decir que todos infecten un 20, de cada cinco personas, una infecta a dos, y el resto, a una. En ese caso alcanzaríamos el límite de nuestro sistema de salud en julio”. Tras precisar lo que pasaría si los contagios aumentaran aún más, Merkel destacó que la clave está en poder controlar el número de infecciones.