“Estamos a 20 centímetros del foco de contagio”, señaló Ángel, odontólogo y cirujano dental de la ciudad de Mar del Plata. Para prevenir el contagio del coronavirus los profesionales en odontología solo pueden atender urgencias, sin embargo, “no están garantizadas las condiciones económicas ni de bioseguridad para empezar a atender”, explicó el especialista. Según distintos profesionales que trabajan en clínicas y consultorios privados, las obras sociales y empresas de medicina prepaga no cubren el precio de los insumos que se necesitan para evitar el contagio entre profesionales y pacientes.
“El paciente tiene el derecho a la salud y tiene que poder acceder a atenderse en buenas condiciones”. afirmó Daniel Casim, odontólogo del servicio de cirugía del Hospital Garrahan y docente de la Facultad de Odontología de la UBA, y señaló que, en odontología, la rigurosidad tiene que ser “todavía más extrema” que en otras especialidades médicas. “Al utilizar aspersor, el ambiente se llena de un vapor que tiene microgotitas que vienen con elementos biológicos donde puede estar el virus”, explicó Casim y advirtió que “si nos contagiamos nosotros, somos un agente más de trasmisión en la sociedad”.
En el hospital el servicio de odontología está activo únicamente para urgencias: infecciones, hemorragias, quemados o politraumatismos por caídas o accidentes. “Son pacientes de alto riesgo que no pueden posponerse porque está en juego su vida”, relató Casin y advirtió que entre el equipo de trabajo del hospital están “racionalizando insumos”. En el Garrahan, donde trabajan más de 3.000 profesionales de la salud, hicieron escafandras y máscaras de acrílico con una impresora 3D del hospital. “Muchas veces los elementos que tenemos terminan dependiendo de la voluntad de los trabajadores y trabajadoras del hospital para conseguirlos. Por suerte somos un equipo solidario”, señaló.
En los consultorios y clínicas privadas, los profesionales tuvieron que posponer y cancelar turnos. “Nos están presionando para que atendamos porque hay todo un sector que depende de nuestro trabajo para mantener el suyo, pero nosotros tenemos que cuidar a los pacientes y también a nuestras familias”, afirmó Ángel, que hace 21 años se dedica a la cirugía odontológica. Solo en la provincia de Buenos Aires hay aproximadamente 17 mil odontólogos, que además de pagar la matrícula anual al colegio que los representa, tienen que asegurar una cuota mensual de jubilación y obra social. “Lo que las prepagas ofrecen a los pacientes es engañoso: te hacen creer que tenés pase libre para todos los servicios pero no te cuentan que los profesionales trabajamos casi en negativo”, relató Karina Seijas, odontóloga de un consultorio privado en Martínez, zona norte de Buenos Aires, y detalló que, por una extracción --que se considera una práctica compleja-- “no cobramos más de 400 pesos”.
Si bien los consultorios de odontología están habilitados para atender urgencias, no pueden recibir pacientes sin los elementos de bioseguridad: además de los cuidados habituales --barbijo, escafandra, antiparras, camisolín y guantes de látex-- tienen que desinfectar en profundidad el consultorio y utilizar máscaras protectoras y barbijos N95. “Esta crisis pone en evidencia la precarización laboral que sufrimos quienes trabajamos para prepagas y obras sociales”, advirtió Ángel y contó que un kit completo está cerca de los 3 mil pesos. Sin embargo, una de las principales empresas de medicina prepaga informó, en un comunicado dirigido a los profesionales, que contemplaría 800 pesos para el kit de elementos de protección personal. “Estamos a 20 centímetros de la boca, que es el principal foco de contagio, necesitamos garantizar la protección con elementos seguros”, señaló el especialista marplatense. Según el Colegio de Odontólogos de la Provincia de Buenos Aires, se envió este viernes una primera entrega de kits a algunas clínicas bonaerenses.
“Empiezan a aparecer casos como infecciones que ya no pueden posponerse más”, señaló Seijas, que además de trabajar en el consultorio privado atiende ad honorem en un hospital público del partido de General Rodríguez donde, según relató, los pacientes llegaban a las cuatro de la mañana para conseguir turno en odontología. “Si nosotros no nos hacemos cargo de los pacientes que tienen prepagas, se va a empezar a colapsar el sistema de salud público, que hoy tiene que ocuparse de situaciones más serias”, advirtió.
Informe: Lorena Bermejo