La espera cansa y el temor a que los derechos adquiridos sean violados crece. El dinero de la llamada “Pensión del Escritor” –Régimen de Reconocimiento a la Actividad Literaria de la Ciudad de Buenos Aires- no está depositado en las cuentas de los beneficiarios hace diez días. El poeta Eduardo Mileo –como los otros escritores afectados, todos mayores de 60 años- comenzó a preocuparse por la demora y buscó que le explicaran lo que está sucediendo. “El atraso se debe a circunstancias que me exceden como empleado del Ministerio –le respondió un trabajador de Cultura de la ciudad por email-. La partida de Proescritores (al igual que muchas otras de Cultura) quedó a disposición del Ministerio de Hacienda y de Jefatura de Gabinete, debido a la crisis generada por el virus COVID-19. Por el momento no puedo indicarles una fecha de pago porque no la sé; espero que sea lo antes posible. Les pido mil disculpas en nombre del programa y del Ministerio; en cuanto tenga información, se las transmitiré”.

La Unión de Escritoras y Escritores, en alerta por esta irregularidad, exige que el gobierno de la Ciudad cumpla con sus obligaciones y destine la partida que corresponde al pago de esta pensión, que hoy cobran 68 escritores, según informaron desde el Ministerio de Cultura, entre los que están, además de Mileo, Fernando Noy y Hernán López Echagüe, entre otros. “Hacemos responsable al Gobierno de la Ciudad por cualquier perjuicio que esta política conlleve para los escritores y escritoras involucrados”, advierten en una carta firmada por María Inés Krimer, Enzo Maqueira, Márgara Averbach, Gabriela Cabezón Cámara y Pablo Alabarces, entre otros.

La Pensión del Escritor –impulsada por la Sociedad de Escritores (SEA)- se aprobó en la legislatura de la Ciudad en marzo de 2009. Los requisitos para acceder a este beneficio –un subsidio mensual y vitalicio cuyo monto debe ser igual al ingreso básico del personal del gobierno de la Ciudad- es tener más de 60 años; ser nativo o residente por quince años o más en Buenos Aires; haber publicado al menos cinco libros a través de editoriales y no cobrar otra jubilación. En enero de 2010 empezaron a cobrar los primeros beneficiarios: Álvaro Abós, Horacio Clemente, Bernardo Kleiner, Alberto Laiseca (1941-2016), Diego Mare y María del Carmen Suárez. “La Pensión fue producto de una larga lucha. Los escritores y escritoras que lo cobramos somos, en general, jubilados. Uno de los requisitos para cobrarla es tener por lo menos 60 años. A eso se suma que no te la dan inmediatamente después de gestionarla, sino que tiene un cupo perverso: hay que esperar que se muera alguno para entrar en su lugar”, cuenta Mileo a Página/12.

Las alarmas se encendieron a partir de la respuesta que recibieron los escritores en la que “nos dice claramente que el Gobierno de la Ciudad dispondrá de esos fondos discrecionalmente, según sus políticas e intereses”. “Esto significa que muchos escritores y escritoras se quedarán sin el único sustento de que disponen para vivir. Esta política se agrava si se tiene en cuenta que esos escritores forman parte de la población de riesgo respecto del coronavirus”, precisa la Unión de Escritoras y Escritores. Página/12 consultó al ministerio de Cultura de la Ciudad, que confirmó que hay “una demora de 10 días” en varios pagos del ministerio “producto del coronavirus al pasar al modo virtual”. Desde Cultura anunciaron que el pago de las pensiones de los escritores se normalizará “en dos o tres días”.