En el marco de la cuarentena el sistema de medios se expone dinámico ante un mundo en pausa. Las audiencias parecen haber “vuelto” a la TV. ¿O en realidad nunca se habían ido? Se escucha más radio “en la radio” y menos podcast. La música no está sólo en Spotify, donde las listas se volvieron más melancólicas. Aparece compartida y en las redes, con versiones “en aislamiento” (no se pierdan las de Divididos, El Plan de la Mariposa, Sting, Jimmy Fallon y otres).
La TV local ofrece distintas formas de adaptación al contexto. Con sus estrellas extrañamente fuera de la pantalla. El "Rey Marcelo" está en crisis con el Grupo Clarín, lejos de volver (de Esquel) y con incertidumbre sobre su futuro. Susana y Mirtha (también Moria), con edades que las ubican “población de riesgo”, (no) se ven desplazadas y sin fecha de regreso.
Hay decisiones tácticas, de reacción y ¿corto? plazo. Son ejemplos los cambios en las grillas, en la propia dinámica y estructura de los programas, la suspensión de la ficción (de las pocas horas que se producían en el país). Otras definiciones parecen estratégicas, estructurales y para el largo plazo, que será quién sabe cuándo. Entre ellas asoman los acuerdos empresarios de productoras y canales, la llegada de Pluto TV y el crecimiento del audiovisual ampliado.
La pantalla se llenó de contenido sobre la emergencia, con cualidades y respeto a la responsabilidad social algo dispares. Sin resolver el dilema sobre qué fue primero -¿el huevo o la gallina?-, la teoría sostiene que en las industrias culturales la oferta condiciona la demanda, mientras que los jugadores del mercado expresan que las audiencias “piden más” de esto.
Así, por ejemplo, la mayoría de los canales de TV abierta y de las ¡seis! señales de noticias de la TV paga (A24, C5N, TN, Crónica, Canal26, CNN) de o con producción local, llevan adelante –con excepciones- un modelo de cobertura que impacta por el morbo y la personalización. Se sostiene en “historias de vida” a las que agregan críticas sobre diferentes cuestiones (la cuarentena en sí, temas sanitarios) que exponen desconocimiento y ponen en duda los aportes de especialistas a quienes consultan.
Eso convive con el escaso uso que realizan de un recurso de la comunicación pública muy destacable en estos días. Lo lleva adelante Carla Vizzoti, Secretaria de Acceso a la Salud del (recreado) Ministerio de Salud de Nación. Su conferencia matinal es clara, concreta, ofrece datos de modo sistemático. Los acompaña de especialista en temas tan diversos como el cuidado para adolescentes, la vacunación contra la gripe, recomendaciones para coberturas periodísticas y el sexo virtual en el aislamiento. Solo la TV Pública la transmite cada día en vivo. Ningún medio privado comercial audiovisual lo aprovecha. Es gratis, lo tienen ahí. Vizotti informa con registro mediático (fue columnista en Radio Con Vos antes de regresar a la gestión pública). Pero no, pues se aleja del morbo. Es un botón muestra de lo que sobresale en esta sobredosis de covid-19 por TV. Que pase pronto. Ojalá.
* Docente e investigador UBA-UNQ