Sandra es empleada doméstica en casas particulares, Federico hace changas de albañil “cuando sale algo”. Ambos pasan sus días en una casa que construyeron con sus propias manos en el asentamiento 15 de Septiembre, en la zona norte de la ciudad de Salta. Viven con temor de que en cualquier momento la casa se les desmorone.

El asentamiento se construyó en los márgenes del río Vaqueros, donde se pudo, y de a poco fue creciendo hasta ser un barrio con algunos servicios ya instalados pero sin ninguna planificación urbana.

Es el primero de los barrios de la zona norte en inundarse en épocas de lluvias, y sus habitantes quedan literalmente encerrados entre el agua acumulada de un lado y el río del otro. Con el riesgo de que sus casas terminen arrastradas por el Vaqueros.

“(En el barrio) son como 400 familias”, contó Federico Sotelos a Salta/12, y comentó que el asentamiento va desde el control del colectivo 6A “hasta el cruce de los dos ríos”.

Él y su pareja, Sandra Plaza, viven allí desde agosto de 2019, donde consiguieron un terreno para hacer su casa. A su lado se ubicó otra pareja con un bebé y con las mismas características económicas, “ella es ama de casa y él trabaja en la construcción cuando sale algo”, dijo Sandra.

“Sin trabajo estable no podemos soñar en comprar un terreno y ya no podíamos alquilar”, agregó su pareja.

Las dos precarias viviendas quedaron al borde del precipicio y con riesgo de derrumbe cuando con las últimas lluvias de abril el agua se llevó las endebles defensas colocadas a la vera del Vaqueros.

“Eso fue el 2 de abril”, expresó Sandra, “a los dos días vino un tal Santiago (Lynch), de Desarrollo Humano de la Municipalidad y dejó un bolsón por familia y también dejaron una cinta roja que decía peligro y que no podíamos ingresar a nuestra casa, pero no tenemos a dónde ir, por eso volvimos a entrar”.

“Esto no es de ahora, siempre se inunda y al otro día pasan así los políticos”, aseguró Federico, y explicó que ya hicieron notas con los vecinos pidiendo soluciones definitivas contra las inundaciones y las crecidas del río, "pero nunca pasa nada".

El concejal por el Frente de Todos, Fernando Ruarte, mantuvo una reunión con las dos familias damnificadas y se puso en contacto con el municipio “para poder ir a ver qué obras se pueden hacer y ponerme al servicio de articular una solución”. 

Tras una visita al lugar con integrantes del equipo de Desarrollo Humano Municipal, Ruarte explicó que la única opción para las dos familias es reubicarlas gestionando terrenos con Tierra y Hábitat de la provincia, “pero eso tampoco sería una solución definitiva, porque tendríamos que trasladar a todo el barrio, que se construyó al costado del río, y con la necesidad que hay va a venir otra gente y otra vez tendremos el problema”.

El concejal añadió que no sólo es el río el que hace su trabajo natural, sino que también “hay muchas empresas de áridos que están permanentemente trabajando y alterando el curso de agua”.

Por lo que para el concejal, se deberán realizar obras de gran magnitud, “se necesitarán la participación del municipio, de provincia y Nación y mucha inversión", dijo. "Pero algo hay que hacer ahí porque son más de 400 familias que están en riesgo permanente”.