El director de la Consultoría en comunicación política WE, Benjamín Gebhard, realizó una encuesta telefónica en la ciudad de Salta en plena cuarentena por el coronavirus para sondear la opinión sobre algunos temas vinculados a la política, los políticos y su imágen.
“Me parecía un buen momento al cumplirse los primeros 100 días de gestión, y a la vez podíamos obtener un buen dato para la misma gestión de Sáenz y sus asesores de cómo encarar la política pública y cómo comunicarla”, explicó Gebhard en cuanto al motivo del estudio en este momento.
La encuesta, que abarcó 1.064 casos en toda la ciudad de Salta, preguntaba, entre otras cosas, sobre quién es el máximo responsable de la crisis socio sanitaria que se vive en el norte provincial por la muerte de al menos 13 niños por desnutrición este año y falta de acceso a la salud en el norte provincial.
Allí, el principal apuntado por la sociedad fue el gobernador saliente Juan Manuel Urtubey, que obtuvo un 55%; seguido por el también ex gobernador Juan Carlos Romero con un 19%. Mientras que el ex presidente Mauricio Macri es visto como el máximo responsable para el 8% de los consultados y el actual gobernador Gustavo Sáenz sólo por el 3%.
Sin embargo, cuando se les preguntó si creían que el gobernador hizo todo lo que se podía, el 40% consideró que podría haber hecho más y el 31%, que hizo muy poco; sumando un 71% de descontento en cuanto a la actuación de Sáenz para contener la situación de hambre y ausencia del Estado en los departamentos de Rivadavia, Orán y San Martín.
Apenas un 28% consideró que “hizo todo lo que se podía”.
Para el consultor, “uno suponía que por el poco tiempo que lleva de gestión, Sáenz no iba a ser apuntado como el culpable. Sin embargo, la sociedad algo le dijo con respecto a cómo se cuidó de criticar a Urtubey, sumado a todo lo que surgió alrededor del microdato de Primera Infancia que supuestamente debía manejar el gobierno para evitar lo que estaba sucediendo”.
La falta de información en cuanto a cómo había manejado los datos el gobierno anterior con el supuesto “software inteligente” del ex ministro Carlos Abeleira, y el silencio que generó la actual gestión, abrieron muchas dudas en la sociedad. “A eso sumale que no salieron en ningún momento a decir que no estaban los datos y que la culpa era de gestiones anteriores”.
Por lo que para el director de We, “la gente lo que dijo es que quedó bastante mala imagen en cuanto a cómo se encaró la coyuntura con un 71% que te dice que podrías haberlo hecho mejor o que hiciste muy poco y sólo un 28 cree que lo hiciste bien”.
Gebhard insistió que hubo desde el principio mala comunicación y “falta de definición del problema” en cuanto a que nunca se dijo qué había que hacer y cómo. “¿sólo eran pozos? ¿cuántos se hicieron? ¿o era algo mucho más complejo?”, se preguntó.
“También algunos funcionarios repitieron lo del problema cultural por ejemplo, cuando dijeron que las comunidades esconden a los chicos”, sostuvo.
Esa falta de definición del problema puntual, la falta de información de lo que se estaba haciendo y lo que se haría, sumado a lo lejana que resulta la zona y todo lo que sucede “para el imaginario salteño, porque uno conoce los valles, conoce Cafayate, pero no conoce Rivadavia”, generó, para el consultor, una falta de involucramiento de la sociedad y apatía. “No fue como el codo a codo que nos une a todos del coronavirus por la cercanía que tiene”.
“Eso me parece que termina haciendo que, cuando uno pregunta qué se hizo, no sabemos más que pozos de agua, y resulta muy poco”, concluyó, sosteniendo su hipótesis que se encaró mal y se comunicó peor el trabajo que se estaba realizando.
Con respecto a la imagen de Juan Manuel Urtubey, Gebhard indicó que el ex gobernador se fue con buena imagen, “pero las encuestas son fotos que expresan un momento, y una cosa es que yo saque una foto cuando está entregando la gestión y otra cuando se acaban de morir 5 o 6 chicos de hambre”.
Ampliación de la Corte, negativo
El estudio también abordó el proyecto de ley que presentó el Ejecutivo a la Legislatura para ampliar la Corte de Justicia de 7 a 9 integrantes. Otra vez, la mirada de la sociedad fue negativa al respecto por considerar que no es el momento de sumar más gastos en medio de una crisis económica a la que se suman una socio sanitaria y una pandemia.
El 70,3% de los consultados se manifestó en contra de la ampliación de la Corte en este momento, mientras que sólo el 23% contestó estar de acuerdo.
Gebhard destacó que al menos desde su mirada, el gobernador estaba gozando de “un gran nivel de aprobación, con una oposición que recién se estaba conformando, sin embargo, estos datos demuestran que no todo fue color de rosas para la actual gestión”.
También analizó algunas instituciones y cómo cayó la imagen del Concejo Deliberante de la ciudad capital con respecto a años anteriores, según él, por varios factores, entre ellos que aún hay muchos concejales desconocidos y que recién comienzan a trabajar.
Pero, por sobre todas las cosas, consideró que algo que manchó mucho la imagen del Concejo fue la disputa y el lugar confrontativo que adoptaron con la actual gestión. Siendo un cuerpo deliberativo que aún ni siquiera estaba en funciones.
“A la gente esos modos le parecen inoportunos e innecesarios. Que actúe como un cuerpo opositor en tan poco tiempo se ve negativamente”, explicó.
“El que tenía la peor imagen históricamente era la Justicia, sin embargo, hoy es el Concejo el que se lleva ese primer puesto”, indicó.
Los números son elocuentes, El Concejo Deliberante de la ciudad de Salta tiene una imagen negativa del 64,9%; seguido por el Poder Judicial, con el 60,7% y la Cámara de Senadores, con el 56%.
“Los diputados fueron los que salieron mejor parados, porque tienen una imagen negativa del 49%, pero una positiva del 42,6, por lo que la brecha es corta”, analizó.
Por último, resaltó que si bien la pandemia consumió el 100% de la atención en los medios y la sociedad en cuanto consumo de la información, eso no implica que la gente haya dejado de vivir su vida y tenga distintas demandas y necesidades insatisfechas y hay una insatisfacción marcada con la política.