Mientras los organizadores de las carreras más importantes en Europa continúan estudiando el almanaque para ver en qué fecha se podrá volver a las competiciones, y en medio del furor que despertó el ciclismo virtual como única alternativa para mantenerse en forma ante la pandemia de coronavirus, se celebra este domingo el Día Mundial de la Bicicleta, instaurado para evocar un episodio protagonizado por el doctor Albert Hofmann (ver aparte). Precisamente, a partir del aislamiento social decretado, el rodillo pasó a tener un gran protagonismo y hasta se transformó en objeto de culto. En este punto, los médicos advierten a ciclistas profesionales que, aunque no haya entrenamientos y competiciones formales, no están exentos de lesiones. Y mucho menos de enfermarse.
* Incógnita en dos ruedas. En medio de una crisis que parece lejos de terminar, este año todas las grandes vueltas que se disputan en Europa sufrieron postergaciones. Hasta el momento sólo el Mundial de Ruta (a realizarse en Aigle-Martigny, Suiza) se mantendría en las fechas programadas, esto es del 20 al 27 de septiembre.
El paso del pelotón por las calles de los rincones más recónditos de Italia, Francia y España siempre es un motivo de alegría para los lugareños, que trasciende lo deportivo. La cita clásica de todos los años suele comenzar en mayo, cuando el verano asoma tímidamente las narices, con el Giro que arranca en la ciudad húngara de Budapest y culmina en Milán, ya en territorio azzurro. La segunda parada es en julio con el Tour, la icónica competencia que cubre la ruta París-Niza. Y para bajarle la persiana a las vacaciones europeas, en septiembre se disputa la Vuelta, con Madrid como punto de llegada. Pero tras desatarse la pandemia del Covid-19, se impuso un inevitable retraso en todas las fechas estipuladas.
Por caso, los organizadores del Tour de France, pautado del 27 de junio al 19 de julio, confirmaron el último jueves su postergación, por lo que la Unión Ciclística Internacional (UCI) anunció finalmente que la carrera se llevará a cabo -en principio- desde el 29 de agosto hasta el 20 de septiembre.
En este punto, el titular de la Federación Italiana de Ciclismo, Renato Di Rocco, había adelantado días atrás a Il Messaggero lo que indefectiblemente terminó provocando una suerte de efecto dominó en el resto de las grandes vueltas. "Es impensable comenzar carreras en breve. Todos debemos estar listos para renunciar a nuestras competencias por el bien de la comunidad", señaló el dirigente italiano al anunciar la cancelación del Giro de Italia, programado originalmente para el 9 al 31 de mayo y del que evalúan disputar en una versión reducida en octubre.
En tanto, la realización de la Vuelta a España, a correrse entre el 14 de agosto y el 6 de septiembre, con este panorama recién se llevaría a cabo en noviembre. La pandemia ya provocó además la suspensión de otras carreras tradicionales como la Milán-San Remo e Il Lombardia (Italia); el Tour de Flandes y la Lieja-Bastoña (Bélgica); y la París-Roubaix (Francia). Aunque en estos casos, el nuevo cronograma es una verdadera incógnita.
* Uso y abuso de la bici. "I want to ride my bike", canta Freddie Mercury en el disco Jazz que Queen editó en 1977. Y es lo que también piden a gritos los ciclistas, que se ven privados de circular en asfalto por la cuarentena. Verdadero boom de este nuevo paradigma que se generó a partir de la aparición del Covid-19, la bicicleta fija llegó definitivamente para quedarse en los hogares de profesionales y hasta de aficionados que se quedaron sin chances de ejercitar al aire libre.
Sin embargo, el uso excesivo del rodillo puede acarrear inconvenientes no deseados para unos y otros. "El primer problema en este período de confinamiento es la deshidratación", dijo al sitio Ciclismo Internacional el encargado del departamento médico del equipo francés Groupama-FDJ, Jacky Maillot.
"El otro problema de entrenar en rodillos y simuladores es potencialmente más grave, porque se alcanzan niveles muy elevados de intensidad. Si la deshidratación y una baja ingesta de hidratos de carbono se suman, pueden derivar en un bajón del sistema inmunológico. Por eso es muy importante la hidratación al entrenar, porque al sudar en exceso se pierde hierro, magnesio, sodio y potasio. En nuestro caso, queremos que nuestros corredores salgan del confinamiento en forma, pero sin comprometer su inmunidad, que es prioritario", avisó el médico.
Según Maillot, el exceso de rodillo puede ser la puerta de entrada a posibles lesiones. "Es un error grave pensar que, al ser sesiones más cortas que en carretera, puede prescindirse de los líquidos. Se pedalea mucho más y puede haber un desequilibrio en la homeostasis. Y si encima no hay una buena nutrición, se producen tendinopatías", remarcó el profesional.
En un momento en que todo el mundo del ciclismo rueda encerrado, Maillot insistió en expresar su preocupación por los entrenamientos en ayunas. "Definitivamente hay que evitarlos, porque el cuerpo segrega cortisol en respuesta a eso y se sabe de sus efectos inmunosupresores", fue la concluyente respuesta del médico, muy atinado a la hora de advertir que éste no es un buen momento para que los fans de las dos ruedas queden con sus defensas bajas y a merced de un virus mortal circulando por todo el mundo.
Origen de la celebración
Utilizadas no sólo para competir sino, también, como medio de transporte principal o como vehículo de ocio, se calcula que actualmente hay unas 800 millones de bicicletas en todo el mundo.
Cuenta la historia que el 19 de abril de 1943, y como prueba de los experimentos que estaba llevando a cabo en la ciudad suiza de Basilea, el doctor Albert Hofmann ingirió LSD "a conciencia". Poco después, bajo el efecto de la dietilamida de ácido lisérgico, Hofmann sintió que le costaba hablar de forma inteligible y pidió a su asistente de laboratorio que lo acompañara en su vuelta a casa en bicicleta, dado que por las restricciones de la guerra en curso no había autos disponibles.
Durante su "viaje", quien a la sazón se transformaría en el "padre del LSD" percibió que todo lo que había en su campo de visión se ondulaba y distorsionaba. Aterrorizado y convencido de que un demonio había poseído su cuerpo, Hofmann creyó enloquecer. Pero al día siguiente despertó fresco y con la mente clara; incluso notó que todos sus sentidos "vibraban con una sensibilidad superior".
Para conmemorar la experiencia de Hofmann, un profesor de la Universidad del Norte de Illinois, el estadounidense Thomas B. Roberts, instauró hace 35 años en la ciudad de Dekalb la celebración del Día de la Bicicleta.
Resulta curioso que la experimentación con una droga química haya terminado por ser acicate de una actividad que representa un completo ejercicio físico, y hasta contribuye a mejorar el medio ambiente. Claro que, a excepción de quienes hacen delivery en medio de esta pandémica coyuntura, de momento habrá que seguir esperando para salir a la calle a pedalear.
Una buena causa
A falta de competición, los deportistas buscan motivaciones de todo tipo durante su confinamiento. Y si además pueden aportar algo en la lucha contra el coronavirus, bienvenido sea. Así lo entendió el británico Geraint Thomas, quien pasó 36 horas subido al rodillo con un objetivo entre ceja y ceja.
El ganador de la edición 2018 del Tour de France aprovechó su particular maratón sobre ruedas para recaudar fondos. Desde su garaje y ayudado por la plataforma virtual Zwift, Thomas completó tres etapas de 12 horas por día. La idea era simular y homenajear los esfuerzos que realizan los médicos y enfermeros en sus turnos diarios de trabajo. Todo lo recaudado por el corredor del Team Ineos (se calculan unas 100 mil libras esterlinas) será donado al sistema de salud del Reino Unido.
"Estamos ante una situación dramática, pero todos sabemos que el personal del NHS (National Health Service) está haciendo un trabajo increíble. Y como todo lo que yo sé es andar en bicicleta, pensé que podría hacer una obra de caridad y reflejar los turnos de estos trabajadores de la salud", dijo en la previa Thomas, al que se le fueron uniendo compañeros de equipo y otros ciclistas profesionales. Un gesto digno de aplauso.