“La causa está más que completa, le diría que con lo que hay, ya estamos en posibilidad de ir al juicio oral”. En declaraciones a Página/12, el abogado Fabián Améndola, integrante del equipo jurídico que representa a la familia de Fernando Báez Sosa, sostuvo que es abundante la prueba reunida en contra de los ocho rugbiers detenidos por el asesinato ocurrido el 18 de enero en Villa Gesell. Al cumplirse tres meses del homicidio, Améndola señaló, de todos modos, que “todavía falta incorporar algunos exámenes de ADN y establecer de quién es la zapatilla” cuya impronta fue hallada sobre el cuerpo de la víctima. El abogado de la familia no descartó que puedan aparecer nuevas pruebas contra los dos rugbiers que fueron liberados por “falta de mérito”, pero que todavía siguen bajo investigación, al igual que la posible presencia del “sospechoso número once”.
“Luego de la resolución de la Cámara que confirmó la preventiva de los ocho detenidos y que ratificó la continuidad de la fiscal de la causa (Verónica Zamboni), se tiene que completar todo lo relacionado con las pruebas de ADN” de la sangre hallada en las ropas de los rugbiers y lo relacionado “con el pedido de la fiscalía respecto de la presencia del sospechoso número 11, pero todo eso está pendiente de la actividad judicial”, restringida en el marco de la cuarentena obligatoria por la pandemia de covid-19.
Entre otros trámites, se suspendió la realización de “las pericias psicológicas y psiquiátricas de los imputados, que tenían que haber comenzado a realizarse el 13” de abril. Recordó que junto con la confirmación de la prisión preventiva, “comenzaron a llegar los estudios de ADN, que determinaron la presencia de rastros genéticos de Blas Cinelli debajo de las uñas de Fernando y en los próximos días todavía no sabemos qué otras cosas podrían estar llegando”. Améndola explicó que todavía “se tienen que completar todas las pruebas de ADN y los informes scopométricos para establecer quién es el dueño de la zapatilla”. “Todavía no se pudo establecer de quién es la zapatilla, eso es algo que está pendiente, al igual que el pedido de la Fiscalía para que se investigue si hubo un sospechoso número once”. En la casa donde se alojaban los imputados se encontraron 19 pares de zapatillas.
Sobre los dos rugbiers que fueron liberados, Alejo Milanesi y Juan Pedro Guarino, informó que “todavía no se han completado las pruebas, sobre todo las pruebas de ADN para saber si algunas de las ropas de ellos están manchadas con sangre” de la víctima. Como se dijo en su momento, el 70 por ciento de las ropas secuestradas en la casa que alquilaban los rugbiers, en Villa Gesell, tenía manchas de sangre. “Si se llegara a demostrar que hay sangre en la ropa de ellos dos, vamos a pedir que se amplíe la imputación que todavía pesa sobre ellos y en ese caso, pediríamos que se les aplique también a ellos la prisión preventiva”.
A tres meses del asesinato de Fernando, sus padres lo recordaron en las redes sociales. “Cada vez que me siento triste, escucho el último audio que me envió cuando estaba de vacaciones” en Gesell, dijo Silvino Báez, el padre del chico de 18 años asesinado a golpes por los rugbiers que siguen detenidos. “Todavía no podemos entender por qué le hicieron esto, no le dieron la oportunidad ni siquiera de defenderse”.
Al cumplirse tres meses, los ocho rugbiers detenidos recibieron duros golpes, con la confirmación de las preventivas y la continuidad de la fiscal Zamboni al frente de la investigación. A pesar del revés judicial, el defensor de los ocho detenidos, Hugo Tomei, presentó un recurso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), alegando que a sus representados se les negó el derecho a la legítima defensa y volvió a cargar contra la fiscal.
Los detenidos en un mismo pabellón son Máximo Thomsen (20), Ciro Pertossi (19), Luciano Pertossi (18), Lucas Pertossi (21), Enzo Comelli (20), Matías Benicelli (20), Blas Cinalli (19) y Ayrton Viollaz (20), acusados del delito de "homcidio agravado por alevosía y por concurso premeditado de dos o más personas".
Están alojados en cuatro celdas en grupos de a dos, en el pabellón 6 de la Alcaidía de La Plata 3 de Melchor Romero, lejos de otros presos. Como el resto de los detenidos, en estos días no han recibido visitas de sus familiares como consecuencia del aislamiento social decretado por el Gobierno Nacional el 20 de marzo, que también alcanza a todas las cárceles del país.
Ayer fue el cumpleaños de Cinalli, quien recibió la mala noticia del hallazgo de rastros genéticos suyos bajo las uñas de Fernando. La confirmación fue hecha por la Asesoría Pericial del Ministerio Público Fiscal de Junín, que sigue analizando las manchas de sangre en las ropas de los rugbiers.
Esto coincidió con la resolución de la Sala I de la Cámara de Apelaciones y Garantías de Dolores, que confirmó el procesamiento con prisión preventiva dictado en febrero por el juez de Garantías de Dolores, David Mancinelli, y también rechazó el pedido de la defensa de apartar de la causa a la fiscal de Villa Gesell Verónica Zamboni. En el fallo, los jueces resaltaron la "falta de nerviosismo" y la "normal actitud" de los imputados tras la golpiza mortal a Fernando, por lo que consideraron que se trata de "personas frías y calculadoras".
Mientras tanto, la investigación continúa y se esperan los resultados de otros peritajes pendientes. En forma coincidente con lo que le dijo a este diario el abogado Fabián Améndola, el fiscal general de Dolores, Diego Escoda, estimó que el juicio oral podría realizarse a mediados de este año, siempre y cuando lo permita la veda a la realización de audiencias públicas que fue establecida en el marco del aislamiento social obligatorio impuesto por la pandemia provocada por la covid-19.
Santuario desmantelado
Al cumplirse tres meses del asesinato de Fernando Báez Sosa, se produjo una fuerte polémica en Villa Gesell por la misteriosa desaparición de las ofrendas reunidas en el santuario que recuerda al joven, en el árbol donde cayó herido de muerte, ubicado frente al boliche Le Brique. De la noche a la mañana, hace cuaro días, desaparecieron todas las ofrendas, con excepción de un tapiz que había sido traído, desde Paraguay, por unos tíos de Fernando que estuvieron de visita en Gesell.
La periodista geselina Jorgelina Mena le dijo a este diario que el árbol “quedó pelado, salvo el tapiz, al punto que lo único que permanece son las chinches y los clavos” que sostenían los mensajes y las ofrendas en memoria del chico asesinado. La polémica se encendió cuando Jorgelina, en su página web “Por la 3 Derecho”, se preguntó si lo ocurrido había sido “un caso de vandalismo o de ‘limpieza urbana’”, vaya a saber a manos de quién.
Sabrina, una vecina que viene organizando una cruzada para juntar firmas para que el Concejo Deliberante disponga el cierre definitivo de Le Brique, se fue a quejar ante unos comerciantes de la zona que, desde hace tiempo, vienen cuestionando las manifestaciones que se realizan frente al boliche para pedir justicia.
La respuesta que recibió Sabrina deja algunas dudas, porque los comerciantes que dicen tener las ofrendas aseguraron que las quitaron “para resguardarlas de las tormentas” que se han registrado en las últimas semanas de este mes.
Lo cierto es que, desde hace tiempo, hay notorias discrepancias entre los comerciantes, sobre todo los que tienen sus negocios sobre la transitada Avenida 3, donde queda precisamente el boliche y el santuario en cuestión. Lo que se propone ahora Sabrina es volver a colocar en su sitio todo lo que fue quitado. Es evidente que hay dos bandos entre los comerciantes y esto se advierte por un dato a la vista de todos: unos cuantos tienen en sus vidrieras, bien a la vista, el cartel con el rostro de Fernando y la palabra “Justicia”. Otros comerciantes, en las vidrieras sólo muestran los productos que venden. Eso cuando pueden, porque ahora la mayoría de los comercios permanecen cerrados por la cuarentena.