No está entre los candidatos para patentar la vacuna del coronavirus, pero hay algo de lo que Estados Unidos es especialista: convertir a la adversidad en un espectáculo pop. Al punto de desarmar emocionalmente al súperhéroe más escéptico o de crear un himno como “We Are the World”. Y eso lo volvió a demostrar este sábado en One World: Together at Home (Un mundo: juntos en casa), el histórico festival benéfico para combatir a la pandemia en el que los Rolling Stones demostraron que de satánico les queda poco, y donde ofrecieron una versión “You Can't Always Get What You Want” con tintes épicos. No sólo por respetar el aislamiento social, al punto de que cada integrante fue aunado en YouTube (cuadro por cuadro) desde su casa, sino también por ironizar acerca de las actuaciones en ese formato: el último de ellos en aparecer fue Charlie Watts… haciendo air drumming. ¡Increíble!
Además de que no se apeló al streaming -lo que evidenció la presentación final de Celine Dion, Lady Gaga, John Legend y Andrea Bocelli, editada y empalmada-, el especial One World estuvo bien guionado al estilo de los Oscar. Por eso la Primera Ministra noruega, Erna Solberg, supo convivir con el discurso del Alcalde de Nueva York, Bill de Blasso, David Backham y el del actor Matt Damon. Todo apuntaban a lo mismo: el agradecimiento infinito al personal médico. Los artistas manifestaron que era un honor de ser parte de una actividad sin antecedentes como ésta: así lo hizo en el comienzo Lady Gaga, a la que le secundó Paul McCartney (quien tributó a los protagonistas de la pandemia con una versión medio downtempo de “Lady Madonna”). El desfile de estrellas continuó con Stevie Wonder (quien le rindió homenaje a Bill Withers), Eddie Vedder, Elton John, Billie Joe Armstrong (Green Day) y Jennifer Lopez. Una de las más esperadas fue Billie Eilish, que se mandó un cover hermoso de “Sunny”, clásico de Bobby Hebb.
Sin embargo, la primera sorpresa del encuentro musical virtual había aparecido en la tarde, cuando Brandon Flowers y Ronnie Vannucci, de The Killers, tocaron una versión de su clásico “Mr Brightside”, tras agradecer al público por permanecer en sus casas. Había transitado hora y media desde el arranque, y por ese pedazo de ancho de banda habían pasado el cantautor boricua Luis Fonsi, con su tema “Yo no me doy por vencido” (luego hizo su éxito “Despacito”), y el ex One Direction Nial Horan, quien preparó un cover de “Black & White”. Mientras que Keisha, precedida por Eason Chan (China) y Black Coffee (Sudáfrica), dijo que “extrañaba abrazar a sus fans”. Aunque reconoció igualmente que se quedaba corta con la ayuda que podía brindarle al personal médico y a todos aquellos que arriesgaban sus vidas para salvar a otras. Así que les brindó lo mejor sabía hacer: música. Entonces emergió “Rainbow”.
Entre tema y tema, Heidi Klum y Tim Gunn elogiaron la labor de médicos y enfermeras. Chrissy Teigen y John Legend leyeron el poema de una niña de 7 años de Missouri, Sarah Jessica Parker adjetivó de “héroes” al personal de salud, y Matthew McConaughey fue el anfitrión de la segunda hora. Si bien el tono de los participantes del evento, hasta ese momento, era emotivo, empático y reflexivo, Jack White le inyectó humor al mostrar su rutina de ejercicios. No obstante, Andra Day, introducida por Jameela Jamil, pasará a la historia por ser la artista que abrió el “Live Aid” del coronavirus. Y la analogía no es poca. El 13 de julio de 1985, Bob Geldof , líder de The Boomtown Rats (y encargado de encarnar a Pink en la película The Wall, basada en el disco de Pink Floyd), organizó el recital benéfico más importante de la cultura pop, destinado a recaudar fondos para luchar contra la hambruna en Etiopía y Somalia.
Live Aid no sólo recaudó 100 millones de dólares, sino que se retransmitieron por televisión a 72 países (fue visto por 1500 millones de espectadores) los shows que se llevaron a cabo en simultáneo en Londres y Filadelfia. Ahí actuaron los artistas más importantes del momento, lo que incluyó además la reunión de Led Zeppelin y la performance de Queen, que se pasó dos minutos del tiempo permitido (18 minutos) para coronar uno de los recitales más apoteósicos del rock. De los protagonistas de aquel festival, en One World: Together at Home repitieron Paul McCartney, Keith Richard (esta vez se presentó con los Rolling Stones) y Elton John. Lady Gaga hizo las veces de Bob Gedolf, debido a que fue la principal impulsora de la experiencia artística, a la que convocó a figuras de la cultura pop de todo el mundo (Colombia y Puerto Rico fueron la representación latinoamericana) y de diversas edades.
Para consumar esta iniciativa, la cantautora estadounidense pidió el sostén del organismo internacional Global Citizen y la colaboración de la Organización Mundial de la Salud. El objetivo fue claro y contundente: recaudar fondos para luchar contra la pandemia, convocar a filántropos, empresas y gobiernos para que también aportaran dinero, y generar conciencia. Si bien las primeras seis horas, en la que intervino alrededor de medio centenar de grupos y solistas (en ocasiones tuvieron dos incursiones), lo que fue mechado con mensajes de actores y actrices y clips testimoniales, se transmitieron por diferentes plataformas digitales de todo el mundo, las últimas dos horas (desde las 21 local) tuvieron un formato televisivo. Para encauzarlo fueron convocaron Jimmy Fallon, Stephen Colbert y Jimmy Kimmel, tres de los conductores más populares de la pantalla chica norteamericana.
Si alguien creía que el home studio era sólo para artistas independientes o más jóvenes, el coronavirus obligó a que fuera la única opción hasta nuevo aviso. Por eso se pudo ver a Charlie Puth haciendo su hit “See You Again” con su cama desordenada de fondo y a Jack Johnson saliendo al jardín de su casa (siempre en ojotas). Juanes mostró la intimidad de su estudio cuando tocó “Más futuro que pasado”, lo mismo que Zucchero al interpretar “Everybody’s Gotta Learn Sometime”, que despidió con un mensaje: “La única forma de ganar esta guerra invisible es manteniéndonos unidos”. También hubo espacio para la solemnidad, como la de Annie Lennox desempolvando con su piano “I Saved the World Today”, de su antigua banda Eurythmics, al igual que Sheryl Crow con “I Shall Believe”. Y si Michael Bublé revisitó “God Only Knows”, de los Beach Boys, Ben Platt cantó “I Want to Hold Your Hand”, de los Beatles.