La presencia del coronavirus en la Argentina modificó sustancialmente los comportamientos de las personas. Es indudable que cuando la pandemia termine, buena parte de la sociedad argentina –y mundial- tendrá otra manera de manejarse en su cotidianidad, ya sea desde emplear otra manera de limpieza hogareña hasta sostener otros hábitos sociales. ¿Se perderán el beso o el abrazo cuando se saluden los argentinos? Nadie lo sabe aún. Pero en este mes que hoy se cumple de la cuarentena obligatoria, una encuesta que indagó en el tema da cuenta de que el 73 por ciento de los consultados ha realizado un cambio completo de hábitos a partir de la declaración de la pandemia por parte de la Organización Mundial de la Salud; fundamentalmente de sus hábitos sociales, de salud y consumo.
La encuesta fue realizada entre el 4 y el 7 de abril a través de un método on line por la consultora Tribus Deep Research que, entre otros objetivos, se planteó analizar los distintos momentos que la sociedad argentina comenzó a prestarle a la covid-19 desde que el virus comenzó a circular por el mundo. Otro objetivo específico fue conocer la forma elegida por los residentes del país para informarse sobre los avances de la pandemia y, entonces, poder reconocer aquellos cambios de hábito de las personas y la manera en que estos fueron transformando la vida cotidiana de la sociedad.
"Estábamos haciendo otro tipo de trabajos con políticas públicas cuando sucedió lo de la cuarentena. En ese momento, comenzamos a ver lo que se iba publicando y lo que los colegas estaban investigando. Veíamos mucha investigación en torno a la cuestión económica y cuestiones psicológicas. Pero había una muy específica para nosotros que tenía que ver con el cambio de hábitos y que no se estaba midiendo en las primeras dos semanas de la cuarentena", dice Federico Ramírez, socio de Tribus Deep Research y licenciado en Sociología de la UBA. "Decidimos encarar el estudio por ese lado. Elaboramos un cuestionario que lo distribuimos on line por todo el país, la mayoría de Ciudad de Buenos Aires y Provincia, con un perfil clase media-media alta, que sería la población a la que la enfermedad afectó más en el principio; es decir, que vive en aquellas zonas por donde circuló más”.
La población
El universo de la muestra está compuesto por 859 casos, de los cuales el 55% fueron mujeres y el 45% hombres. En cuanto a la edad, el 16% fueron personas de hasta 18 años; el 27%, entre 31 y 38 años; el 21%, entre 40 y 49; el 13 % entre 50 y 59 años, y el 22%, de 60 o más años. De los que contestaron la encuesta el 42% reside en CABA; el 45% en la provincia de Buenos Aires, y el 13% en el interior del país. El nivel educativo refleja que el 51% es de nivel universitario; el 27%, terciario, y el 20 % hasta secundario. El 56 % está empleado en blanco y sólo el 3% está desocupado.
El grado de aceptación de las medidas del gobierno nacional para afrontar la pandemia fue del 78% de los encuestados.
Acceso a la información
En relación a los medios con los que se informan, la televisión ocupa el primer lugar, en mayor medida por las mujeres. Esto fue respondido por el 63% por ciento de quienes participaron de la encuesta. A través de las redes sociales lo hizo el 44%; el 29% se informó mediante portales de noticias; el 27 por radios y revistas, el 6% mediante el canal YouTube y el 3% por radio. Sólo el 2% recurrió a información oficial. Quedaría para analizar por un profesional del campo de la psicología el hecho de que el 63% que se informe a través de la TV (que, muchos casos, con sus titulares catástrofe asusta a la población) y sólo el 2% recurra a la información oficial, si no radica en esas cifras el núcleo del pánico que muchos sienten por estos tiempos.
"Algo para destacar es que nosotros preguntábamos si la persona que estábamos encuestando era personal exceptuado; o sea gente que podía salir y realizar su trabajo. En ese grupo de gente aparecen los medios on line (nosotros le pusimos "portales de noticias") muy por encima de la gente que está en su casa actualmente. Lo que pueden chequear desde su celular o desde una computadora es lo que figura más alto en la escala de estas personas. Y la televisión está más abajo en ese grupo de gente que la media que figura en la encuesta.
En cuanto al momento en que se enteraron de la circulación de la covid-19 en el mundo, un 23% respondió que fue en diciembre de 2019; un 39%, en enero de 2020, y el 26%, en febrero. En tanto, de la presencia del coronavirus en Argentina un abrumador 71% se enteró en marzo de este año y un 28% en febrero.
Cambio de hábitos
Cuando tomó conocimiento dela covid-19, ya un 35% decidió cambiar totalmente sus hábitos y un 54% modificó algunos de ellos. Cuando se conoció el primer caso de un argentino infectado con covid-19, el número subió a 38% de quienes cambiaron todos sus hábitos, y a un 56%, los que modificaron algunos de ellos. Para cuando el presidente, Alberto Fernández, decretó la cuarentena obligatoria, el 73% ya había cambiado totalmente sus hábitos y un 24% había modificado algunos de ellos.
Los datos de cambios de hábito son elevados desde el mismo momento del conocimiento del virus. Así lo demuestra el 35% inicial. "Desde el conocimiento ya había un 35% y si sumamos los que cambiaron algunos hábitos da un 89% por ciento. A partir de la suspensión de las clases y con el decreto el cambio es total. Podemos decir que la gente desde el principio fue consciente del peligro. En general, acá el conocimiento del Covid-19 se dio entre enero y febrero. Pero el momento que nos acercó más al peligro fue el que la pandemia empezó a afectar a Europa. Ahí se tomó más conciencia de que esto no era tan lejano".
Respecto de los hábitos de salud, se dieron los siguientes resultados: se lava las manos más que antes (86%); desinfecta lo que trae de fuera de su casa (76%); empezó a hacer actividad deportiva en su casa (50%); empezó a usar barbijo y guantes al salir (9%); lava las patas de su mascota al volver (9%).
Los hábitos sociales también se vieron modificados: el 82% dejó de saludar con un beso/mano/abrazo; el 80% salió menos de su casa, en general; el 64% se valió de la tecnología y utilizó más videollamadas; el 63% limpió y ordenó la casa más que antes, y el 60% cocinó más que antes.
"Fuera de los hábitos más comunes como el desinfectar o lavarse las manos, en los hábitos sociales, el dejar de saludar con las manos, un beso y un abrazo frena uno de los hábitos más argentinos que tenemos. Obviamente, nosotros no damos esto por cerrado ni como una conclusión de que esto se va a dejar de hacer, pero dejar de saludar con un beso, con la mano o con un abrazo, algo que en el mundo saben que los argentinos saludamos de esa manera, es algo que llama mucho la atención. Es un hábito que deja de estar”, plantea Ramírez. Y otro dato que destaca, el uso de las videollamadas, también lo considera “interesante porque es una forma de tener cerca a los que hoy no podés tener cerca”. “Y esto me parece importante verlo con una cuestión que no está graficada, pero que nosotros preguntamos: si pensaban que la extensión de la cuarentena iba a afectar sus relaciones personales, ya sea con amigos, pareja y demás. En ese momento, la mayoría de la gente pensaba que no la iba a afectar. Pero lo que detectamos como una cuestión muy marcada fue que entre los jóvenes entre 25 y 35 años, los hombres pensaban que sus relaciones iban a empeorar y las mujeres no. Es interesante que este trabajo se tomó después de la extensión del primer período de la cuarentena, y por entonces la gente todavía no estaba sintiendo tanto, en principio, la falta de roce con su círculo".
Los hábitos de consumo también se vieron modificados: va a los comercios que tiene cerca solamente (69%); usa menos efectivo (42%); dejó de ir a supermercados (26%); compró más por Internet (12%); usa más aplicaciones de delivery que antes (10%).
En cuanto a los hábitos laborales un importante 43% dejó de ir a trabajar; mientras que un 36% empezó a trabajar desde su casa y un 20% empezó a estudiar desde su casa. "Nosotros hicimos la salvedad de poner las dos opciones: trabajo desde casa y que hayan dejado de ir a trabajar. Básicamente, no es lo mismo. Lo segundo significa que no pueden ir a su trabajo ya sea porque son población de riesgo y están exceptuados de ir a trabajar o porque no pueden abrir su negocio particular, o porque el trabajo que hacen no está declarado esencial. Entonces, a esos casos nos pareció importante destacarlos porque es claramente un punto donde hay algo a revisar".
Actividades en cuarentena
¿Qué hace la gente en cuarentena? fue la pregunta disparadora. Los resultados arrojaron los siguientes resultados: ordenar y limpiar el hogar (25%); rutinas de desinfección al ingresar al hogar (21%); cocina más (19%); educación y trabajo on line (16%); gimnasia en el hogar (15%); medita/reza/yoga/descansa más (12%); juego y actividades familiares (11%); lectura/escritura/arte/hobbies (11%); series/games/redes sociales/YouTube (10%); jardinería y huertas (3%).
Cuando se les consultó qué extrañan más, el 19% expresó que hacer deporte al aire libre; otro 19% dijo que lo que más extraña es juntarse con familia y amigos; un 16%, salir a comer; otro 16% respondió que extraña más ir a trabajar; el 9% señaló que lo que más extraña es poder salir del hogar. Ir al bar y a bailar fueron las actividades que más extraña un 8%; el 4 % respondió vida social y comunitaria; otro 4% dijo que lo que más extraña es ir a la cancha; otro 4% al gimnasio, y un 2% ir al cine. "Juntarse con amigos y hacer deporte al aire libre son dos razones que tienen que ver ambas con las actividades sociales en general", explica Ramírez, ya que el deporte se practica con otros/as.
Conductas en cuarentena
La mayoría de los encuestados sale a comprar una o dos veces por semana. Sin embargo en Provincia de Buenos Aires y en el interior del país hay una frecuencia mayor de gente que sale varias veces por semana.
Consultados si en el caso de que algún vecino, conocido, familiar o amigo estuviese violando la cuarentena, el 63% dijo que utilizaría la línea telefónica de denuncias (un 40%, mujeres, y un 60%, hombres). Y el 72% de los jóvenes de hasta 25 años recurriría a las líneas de denuncia.
“La covid-19 ha puesto al planeta en pausa. En los últimos meses, la humanidad se ha enfrentado a un drástico cambio en las formas de relacionarse y llevar adelante sus prácticas cotidianas. Será cuestión de tiempo saber si todas estas transformaciones y compromisos que asumimos para enfrentar esta pandemia servirán, en definitiva, para configurar una nueva forma de vivir”, concluyen los responsables de este trabajo.