Jueces, congresistas y 20 de los 27 gobernadores de Brasil calificaron de "antidemocrático" y de "ataque" a las instituciones de ese país al acto que, desoyendo todas las recomendaciones del aislamiento social por la pandemia del coronavirus, encabezó el domingo el presidente Jair Bolsonaro. Desentendiendo las críticas, el jefe de Estado les envió un mensaje: "Espero que esta sea la última semana de cuarentena". Desde el Palacio de la Alvorada se presentó como un activo defensor de la democracia y volvió a arremeter contra los medios de comunicación. Brasil es el país más golpeado de Latinoamérica, con 39.548 contagios y 2.512 muertes por la covid-19. Incluso algunos expertos consideran que esos números son entre 12 y 15 veces inferiores al escenario real.
El repudio generalizado fue contra el acto del domingo frente al Cuartel General del Ejército , en Brasilia, donde centenares de simpatizantes se congregaron para manifestarse a favor de una intervención militar encabezada por el mandatario, en los poderes Legislativo y Judicial. Desde allí, Bolsonaro volvió a cargar contra "la vieja política" y a destacar el espíritu "patriótico" de los brasileños.
La nota lleva la firma de 20 de los 27 gobernadores de Brasil y vuelve a poner sobre la mesa la tensión latente entre el gobierno nacional y los mandatarios locales, que se potenció con la crisis sanitaria.
Uno de los gobernadores más influyentes que salió a repudiar el acto del domingo fue el mandatario de San Pablo, Joao Doria, quien sostuvo que "es lamentable que el presidente de la República apoye un acto antidemocrático que afronta la democracia". El referente del derechista Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) repudió también los ataques al Congreso Nacional y al Supremo Tribunal Federal. "Brasil precisa vencer la pandemia y debe preservar su democracia", afirmó.
Por su parte, el integrante del Supremo Tribunal Federal (STF), el juez Roberto Barroso, consideró que “es atemorizante ver manifestaciones a favor de la vuelta del régimen militar. Las dictaduras vienen con violencia, censura e intolerancia, las personas de bien que aman a Brasil no desean eso".
"El mundo entero esta unido contra el coronavirus, en Brasil tenemos que luchar contra corona y contra el virus del autoritarismo", afirmó por su parte el titular de Diputados, Rodrigo Maia, del partido Demócratas (DEM, derecha).
El senador Raondolfe Rodrigues, del partido Red de Sustentación (Rede, centroizquierda), dijo por último que el presidente "traspasó la tolerancia democrática y ofendió a la Constitución".
Incluso el procurador general de Brasil, Augusto Aras, pidió este lunes a la Corte Suprema que abra una investigación por la posible violación de la Ley de Seguridad Nacional. "El Estado brasileño admite una única ideología que es la del régimen de la democracia participativa. Cualquier atentado a la democracia afronta a la Constitución y a la Ley de Seguridad Nacional", señaló Aras en la carta enviada al Supremo Tribunal Federal (STF), máxima corte de Justicia del país.
Horas después, la reacción de Bolsonaro fue redoblar la apuesta: "Espero que esta sea la última semana de esa cuarentena, de esa manera de combatir el virus, con todo el mundo en su casa", dijo al salir de su residencia oficial. "La masa no tiene cómo permanecer en su casa, con la nevera vacía", agregó.
El presidente minimizó a la pandemia desde que apareció y afirmó que las medidas de contención y prevención no pueden frenar la actividad económica. De hecho, dijo que las cuarentenas aplicadas en estados como San Pablo y Río de Janeiro "son excesivas y no alcanzaron su objetivo".
"Aproximadamente 70 por ciento de la población se va a contagiar, no tiene sentido querer huir de eso", agregó. "La gente normalmente conspira para llegar al poder. Yo ya estoy en el poder. Ya soy presidente de la República. Realmente, soy la Constitución", declaró más tarde en su breve acercamiento a los periodistas en la puerta del Palacio de Alvorada, la residencia oficial.
El mandatario aseguró que "la democracia y la libertad están por encima de todo", aclarando que sus palabras durante la manifestación a la que concurrió el domingo en Brasilia, solo buscaban destacar el papel de las Fuerzas Armadas, "nada más".
"Vean mi discurso. No hablé nada en contra de otro poder", dijo Bolsonaro, aprovechando para cargar una vez más contra la prensa, a la que acusó de tergiversar los hechos para "intentar llevar a la opinión pública a la idea de que quiere un retroceso".
"¿Y contra quién estoy conspirando? Falta un poco de inteligencia entre quienes me acusan de ser dictatorial", le disparó a los periodistas presentes y se negó a responder a las preguntas de algunos medios, como Folha o Estado de Sao Paulo.