La justicia porteña hizo lugar a la medida cautelar solicitada por enfermeros y auxiliares del Hospital Ramos Mejía, y ordenó al gobierno de la Ciudad que provea al centro de salud de los elementos de protección personal (EPP) esenciales para que los trabajadores sanitarios puedan enfrentar la pandemia de coronavirus. También ordenó a Provincia ART que cumpla con el control y la supervisión de las normas de higiene y seguridad del personal, que tiene que garantizar el empleador en el marco de la ley de Riesgos del Trabajo.
Durante la mañana, en la puerta del hospital, los y las trabajadores realizaron una asamblea para reclamar que se cumpla con la entrega de insumos y la contratación de más enfermeras. Trabajadoras y trabajadores explicaron que no sólo son precisos para cubrir los puestos del personal en cuarentena sino también para atender las Unidades Febriles de Urgencia (UFU), para las que se había prometido incorporar más profesionales.
Tras un recorrido por la legislación vigente, el titular del Juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario N° 14 de la Ciudad de Buenos Aires, Lisandro Fastman, señaló que en todos estos casos, los empleadores y empleadoras deben "garantizar las condiciones de higiene y seguridad establecidas por el Ministerio de Salud para preservar la salud de las trabajadoras y de los trabajadores”. Y agregó que "no caben dudas sobre la verosimilitud en el derecho en cuanto a contar con todas las medidas y elementos que resulten necesarios para evitar el contagio del COVID-19 en ocasión de sus funciones, y que dichas medidas y elementos deben ser diseñados y proveídos por el GCBA en tanto empleador, y su control, ejercido por la Aseguradora de Riesgos de Trabajo – PROVINCIA ART S.A.". Por ello, ordenó al gobierno de Horacio Rodríguez Larreta que "de manera inmediata, adopte las medidas necesarias para proporcionar a los trabajadores de la salud del Hospital Ramos Mejía, una adecuada protección".
En el amparo colectivo, los trabajadores del hospital pedían la entrega urgente de elementos e insumos recomendados para el personal por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Ministerio de Salud de la Nación y por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, en un contexto de pandemia. En el detalle, la solicitud incluía: escafandras, alcohol en gel, jabón para lavarse las manos, toallas descartables para secarse las manos, barbijos N95, barbijos quirúrgicos, termómetros infrarrojos, guantes estériles de nº 7, 7 y medio y 8, mamelucos hemorrepelentes, antiparras, camisolines de alta densidad, botas, guantes, cofias descartables y calzado cerrado lavable.
En la resolución, el juez Fastman señala que los elementos de protección personal (EPP), están descriptos “como aquellos elementos de uso personal e individual, que conforman una barrera física entre el agente de riesgo, en este caso el virus alojado en superficies o presente en el aire y el trabajador". "Los EPP principales son el protector ocular, el facial, el respiratorio –según la distancia y posición de trabajo frente a las personas– los guantes y la protección del cuerpo”, añade.
Para los trabajadores del Ramos, ni el voluntarismo ni los aplausos ciudadanos van a proteger al personal sanitario que están en la primera línea enfrentando la pandemia. “Lo que hace falta es tener a disposición los elementos de protección personal sin que se escatimen los recursos como está pasando”, dijo a Página/12 Celia Benítez, delegada y enfermera de neonatología del hospital.
Benítez actualmente se encuentra en aislamiento preventivo, en su casa, por haber tenido
contacto directo con una enfermera que dio positivo
y con otras dos sospechadas de haberse infectado.
“Recibimos muchas promesas de que nos van a traer insumos suficientes, pero no se cumplen. Recibimos mascarillas faciales y barbijos de mala calidad. Nos piden que nos empadronemos para recibir los elementos de protección personal, y si vas a pedir un barbijo N 95 tenés que justificar para qué los vas a usar. Es decir, tenés que hacer un montón de pedidos formales para acceder a los elementos de protección. Trajeron camisolines hidrorepelentes, en muy poca cantidad, y nos piden que usemos los simples, que son porosos. Faltan antiparras de las que sellan y no dejan pasar los fluidos. Y si bien yo me la compré, lo que se está haciendo en los servicios es desinfectarlas y compartirlas. Falta alcohol al 70 por ciento y alcohol en gel. Las protecciones siguen siendo pocas y estamos en una situación de mucha vulnerabilidad”, advirtió.
Con dos casos confirmados y varios en análisis, y con el servicio de neonatología cerrado por 14 días, por ser el área donde se detectaron los contagios, el personal de este centro de salud al que se derivan casos sospechados de covid-19, tiene "mucha angustia,y hasta ha habido casos de ataque de pánico", según explicó la delegada. "Hay un gran riesgo de infección, lo que puede implicar, en muchos casos, cursar la enfermedad de forma asintomática y terminar diseminándola, porque es una odisea conseguir un barbijo en el hospital. Y con el nuevo protocolo que obliga a circular por la ciudad con la boca cubierta, empezamos a utilizar tapabocas comunes, caseros, para transitar y llegar al hospital, ya que no nos proveen de barbijos ni para salir ni entrar", explicó la enfermera.
Al mismo tiempo que reclamó los insumos, los mismos que ahora la justicia obliga a proveer al gobierno porteño, reclamó también que se cumpla la promesa de "contratar personal para atender las UFU". "Prometieron que iban a poner un enfermero por cada consultorio y no los pusieron y pretenden que lo hagamos nosotros cuando ya hay baja de personal por contagio, y personal con licencias preventivas para aquellos que estuvieron en contacto o con síntomas", advirtió.