El petróleo WTI operó este lunes con precios negativos por primera vez en su historia. La cotización del barril se derrumbó de 18,20 dólares a menos 38,7 dólares debido a la desesperación de gran cantidad de operadores por tratar de evitar la entrega de crudo físico en mayo. El problema se originó porque este martes vencen en Estados Unidos miles de contratos a futuro. Por lo general, cuando un trader no quiere recibir la entrega que pactó originalmente vende ese contrato en el mercado secundario y se posiciona en otro, pero en esta ocasión el derrumbe de la demanda provocado por el coronavirus ha sido tan extraordinario que esa venta se convirtió para muchos en una operación ruinosa, pues algunos llegaron a pagar 38,5 dólares por barril solo para que alguien se haga cargo de ese crudo. Argentina se mantuvo al margen de esta crisis puntual porque el crudo que se toma como referencia en el país es el Brent del Mar del Norte que cayó 8 por ciento, pero permanecía por encima de los 25 dólares.
Una opción que tienen los traders o especuladores cuando les ofrecen valores bajos en el mercado secundario es almacenar ese crudo hasta que los precios se recuperen, pero como la caída de la demanda mundial ahora supera el 30 por ciento esa opción se complica. Reuters informó este lunes que el centro de almacenamiento en la ciudad de Cushing, Oklahoma, donde tiene lugar la entrega física de barriles de petróleo estadounidenses comprados en el mercado de futuro estaba hace un mes al 50 por ciento y ahora al 69 por ciento, según datos del Departamento de Energía de Estados Unidos. Las reservas en Cushing aumentaron 9 por ciento solo desde el viernes, situación que explica la desesperación de aquellos que no tienen almacenamiento reservado para tratar de ubicar el crudo en algún lado.
Los traders trataron de desprenderse este lunes de los contratos como si fueran una papa caliente pero hubo pocos interesados en comprar ese crudo con entrega en mayo. A raíz de esa situación es que el precio del barril se sumergió a niveles difíciles de imaginar hace poco tiempo.
Los problemas para colocar los contratos ya habían comenzado a quedar en evidencia desde temprano. Según precisó Reuters, a las 2 de la tarde hora argentina el petróleo WTI a junio cotizaba a 22,26 dólares, 11 por ciento menos que el viernes, y 840.000 contratos habían cambiado de manos, mientras que en los contratos a mayo el barril se había derrumbado a 1,8 dólares, un 90 por ciento menos que el viernes, pero solo 131.000 contratos habían cambiado de manos. Lo que vino después fue una debacle de los precios todavía peor, cayendo hasta menos 38,7 dólares.
Semejante derrumbe sin duda está motivado por maniobras especulativas protagonizadas, en muchos casos, por inversores que pareciera que nunca terminaron de comprender el riesgo al que se estaban exponiendo. No obstante, esta situación anómala fue posible por la contracción inédita de la demanda de crudo que provocó la crisis sanitaria.
Después de la guerra de precios desatada a comienzos de marzo, la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus naciones aliadas acordaron el pasado 12 de abril un recorte en la producción de crudo de 9,7 millones de barriles diarios durante mayo y junio. A su vez, algunos países del G20, con Estados Unidos a la cabeza, se comprometieron por lo bajo a elevar esa cifra a 15 millones de barriles diarios. Sin embargo, ese recorte se efectivizará recién a partir del mes próximo y ni siquiera es seguro que alcance a empardar la disminución de la demanda. Eso dependerá en parte de cómo evolucione la crisis del coronavirus. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, viene pronosticando que lo peor está comenzando a quedar atrás, pero con 40.000 muertos solo en Estados Unidos y sin una vacuna a la vista no está claro que la situación vaya a ser muy diferente el mes próximo.
Si las cuarentenas siguen, la demanda seguirá planchada y los países productores probablemente deberán acordar mayores recortes para tratar de preservar el valor de su activo. Si no lo hacen, situaciones como la de este lunes podrían volver a repetirse, aunque se supone que con un impacto menor porque el mercado de futuros de a poco comienza a ajustar sus valores de a acuerdo a la disponibilidad real de crudo. Lo que pasó hasta ahora fue que muchos especularon con que la crisis iba a terminar siendo menor de lo que fue y convalidaron precios en el mercado de futuros que no se terminaron ajustando ni por asomo a lo que ahora está pasando. Por eso este lunes se terminaron estrellando de la peor manera.