El ministro de Economía, Martín Guzmán, reconoció presiones por parte de los bonistas para profundizar el ajuste fiscal, incluso cuando el Fondo Monetario reconoce que es necesario relajar los programas de austeridad. "Ellos aspiran a otra cosa, pero nosotros vamos a proteger al país y hacer una oferta responsable. Están pidiendo algo que es insostenible", aseguró en declaraciones radiales. El ministro insistió en la idea de que el país "ya está en una situación de virtual default” y en ese marco, según confirmó este diario, no se pagará este miércoles el vencimiento de intereses de tres series de bonos por 503 millones de dólares. Si bien técnicamente el gobierno se tomará los 30 días de prórroga que permite el prospecto del bono, el mensaje político es que el canje ya comenzó. Los bonos Global 2021, 2024 y 2026 son parte del menú a reestructurar. "Hoy Argentina no puede pagar nada", insistió Guzmán.

La Secretaría de Finanzas registró ante la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) la oferta para reestructurar el sobreendeudamiento que generó el macrismo. El menú está compuesto por diez títulos denominados "Nuevos Bonos", cinco en dólares y cinco en euros, con vencimientos en 2030, 2036, 2039, 2043 y 2047. Los tenedores de bonos obtendrán tasas de interés que comienzan en 0,5 por ciento luego de un período de gracia de tres años y aumentan gradualmente, creando una tasa promedio de 2,33 por ciento.

En este esquema ingresan las tres series de bonos Global presentado para reestructurar un monto de 68,8 mil millones de dólares bajo legislación extranjera. Es por eso que este miércoles, en un proceso similar al que utilizó la provincia de Buenos Aires, el Gobierno no pagará el vencimiento de intereses de estos papeles. Estos bonos tienen un plazo de 30 días para el pago después de la fecha original fijada. En simultáneo, se abrió el lunes el período de 20 días para que bonistas ingresen al canje. 

Sin entrar en default, la propuesta argentina se podría cerrar dentro de los plazos regulares. El problema es que no hay voluntad de los acreedores, quienes se muestran más intransigentes que el propio Fondo Monetario, reconocen fuentes oficiales. La pregunta es si el organismo que conduce Cristalina Georgieva se permitirá que los salvavidas financieros que envía por razones humanitarias en el marco de la pandemia y los ajuste vayan a terminar en el bolsillo de estos especuladores. Los países del G20 congelaron los pagos de préstamos oficiales de países de bajos ingresos por este año y el Fondo puso 100 mil millones de dólares en financiamiento pero los fondos no quieren siquiera ganar un poco menos.

"En todo proceso de reestructuración de deuda hay un elemento central que es analizar cuánto se puede pagar; eso implica definir variables hacia el futuro: cuál es el sendero fiscal, el comercial", remarcó Guzmán. La oferta permitirá al país una quita de 3700 millones de dólares en capital, equivalente al 5,4 por ciento del stock y un recorte de 62 por ciento en intereses. La composición busca reducir la exposición del capital en cartera de los fondos de inversión y ajustarla a los repagos a tasas razonables para el país. "Presionan para que Argentina ofrezca más, pero no se puede, no es sostenible", dijo Guzmán.

Cuando la SEC publicó la registración se dio por iniciado el proceso de inscripción para los bonistas, pero lo que hubo fue una posición sincronizada de rechazo. Los tres principales grupos de lobby lo comunicaron oficialmente luego de haberlo hecho en privado al ministro: "Grupo Ad Hoc de Titulares de Bonos de Canje de la Argentina (conformado por 20 fondos liderados por Monarch, HBK Capital Management, Cyrus Capital Partners LP y VR Capital Group, entre otros), el Comité de Acreedores de la Argentina (liderado por Greylock Capital) y el "Grupo Argentina Ad Hoc (integrado por Ashmore, BlackRock, Fidelity y otros grandes fondos de inversión que poseen más del 25 por ciento de la deuda emitida por Macri, y más del 15 por ciento de los bonos emitidos en 2005 y 2010).

"Nosotros habíamos realizado ese análisis previo a la situación del coronavirus, que tiene efectos muy negativos sobre la economía, y que nos obligó a revisar nuestras proyecciones en un contexto de alta incertidumbre y baja precisión respecto hacia adónde van a ir las economías del mundo. Si antes del coronavirus estimábamos que Argentina no podía pagar nada en los próximos años; ahora tampoco, por lo que en los escenarios de corto plazo no hay grandes cambios. Lo que se pueda pagar debe estar alineado con la idea de recuperar la economía del país", agregó el ministro de Economía.  

Por otra parte, el gobierno oficializó mediante un decreto el proceso de reestructuración de deuda bajo ley extranjera. En la norma se detalla el contexto local de insustentabilidad de la deuda y, a nivel externo, la irrupción de la pandemia de coronavirus para fundamental la necesidad de realizar una renegociación de las condiciones de pago. Se destaca, además, que toda la información y marcha de ese proceso será remitido a la Comisión Bicameral Permanente del Congreso de la Nación.