Según un relevamiento entre la población migrante en la Argentina, el 58 por ciento dejó de percibir un salario o ingreso al comenzar la cuarentena. La principal razón es que los migrantes realizan, en su mayoría, trabajos informales que se interrumpieron con el aislamiento. Como muchos no tienen todavía dos años de residencia en el país, tampoco pudieron anotarse para recibir los 10 mil pesos del Ingreso Familiar de Emergencia dispuesto por el gobierno para quienes trabajan por su cuenta. Además, a tres de cada diez les pasó que aunque reunían los requisitos, no se lo pagaron.
El coronavirus empuja a los migrantes a una situación especialmente vulnerable. A las dificultades laborales de instalarse en un nuevo país, se suma que han perdido, al dejar sus lugares de origen, sus lazos sociales. Un reflejo de esta especial situación de desprotección es que son muy pocos, según muestra la encuesta, los que han accedido a bolsones de alimentos, un recurso que en general llega a las personas a través de organizaciones territoriales, es decir de vecindad.
El relevamiento fue realizado por Agenda Migrante 2020, un colectivo que integran Amnistía Internacional, el Centro de Estudios Legales y Sociales, la Campaña Migrar no es Delito, entre un centenar de organizaciones. Se trata de la primer encuesta que se realiza entre migrantes en la Argentina desde la irrupción del coronavirus, y su objetivo fue reunir información para incidir en las políticas que el Estado está desplegando en la pandemia.
“Tengan o no la residencia, los migrantes es que son habitantes de la Argentina y por lo tanto tienen derecho a recibir asistencia del estado. Aún más en esta situación totalmente atípica en que las restricciones para circular les impiden hasta la posibilidad de regresar”, planteó a PáginaI12 Ana Paula Penchaszadeh, especialista en migraciones e investigadora del Conicet.
"La verdad que no sé de qué voy a vivir, porque ya no tengo nada y no puedo salir a trabajar. Soy monotributista pero no puedo beneficiar de ninguna ayuda del gobierno por falta de documento. Y la mayoría de los senegaleses están en la misma situación que yo", dice uno de los migrantes citados en la encuesta.
El dato más relevante de esta investigación es el alto porcentaje de personas que quedaron sin ningún tipo de ingreso: son 58 de cada cien. Otra manera de ver esta realidad es medirla de acuerdo al porcentaje de encuestados que mantuvo el trabajo y los mismo ingresos, que fueron apenas el 8,12 por ciento.
El motivo de la cuarentena haya afectado tanto a los migrantes es que la absoluta mayoría tenía trabajos informales o salteados. En el desglose, se observa que apenas el 28 por ciento tenía un empleo formal antes de iniciarse el aislamiento obligatorio; el resto, trabajaba en negro (26,5%), de forma esporádica (28.3%) o no trabajaba (17,2%).
La tabla que sigue muestra que hay una relación inversa entre los años que lleva viviendo un migrante en el país y su desprotección: los que perdieron su trabajo por la pandemia son, sobre todo, aquellos que tienen menos de dos años en el país.
El Ingreso Familiar de Emergencia es una de las principales políticas implementadas por el estado nacional para atravesar la pandemia. Este bono de 10 mil pesos destinado a los trabajadores autónomos e informales es el único recurso económico que tienen los hogares a los que no entra un sueldo. El problema para los migrantes es que uno de los requisitos para tramitar el bono es tener una residencia legal en el país de no menos de dos años.
La tramitación de la residencia se volvió más complicada durante los cuatro años de gestión de Cambiemos, señalaron en Agenda Migrante. Si bien esto empezó a ser revertido con el cambio de gobierno, por los pocos meses transcurridos desde diciembre un gran número de regularizaciones estaban todavía pendientes cuando llegó la pandemia. Los más afectado son los migrantes de países que no integran el Mercosur, que deben atravesar mayor cantidad de trámites, como los haitianos, senegaleses
Además, en las organizaciones cuentan que el número de rechazos a los migrantes que cumplen con los requisitos es alto. Un ejemplo: Marta Guerreño López es paraguaya, pero vive hace más de 30 años en Córdoba, donde estudió medicina. Ya recibida, decidió quedarse a trabajar en la ciudad y hoy es la presidente de la Unión de Colectividades de Inmigrantes en Córdoba. Desde ese lugar, presentó 63 solicitudes del ingreso familiar de emergencia para migrantes que tenían todos los requisitos, pero todas fueron rechazadas.
Además de la falta de acceso al Ingreso Familiar de Emergencia, el 77 por ciento de los consultados indicaron que no reciben ayudas sociales de ningún tipo.
Las organizaciones que integran Agenda Migrante pidieron al gobierno que revise las condiciones de acceso al Ingreso Familiar de Emergencia. "Planteamos que la única condición para recibirlo sea la necesidad", explicó Penchaszadeh.
"En esta situación creemos que hay que insistir en la figura del 'habitante', ya prevista en nuestra Constitución Nacional, como portadora de derechos. Todos los habitantes de un país están a cargo del Estado en sus necesidades más básicas. Esto se refuerza en un contexto en el que nadie se pude ir, el regreso no es una opción que puedan tomar. El estado tiene así a todos los habitantes a su cargo. Debe cuidarlos como quisiéramos que todos los países cuiden a los argentinos que están en el exterior, que son un millón, sin contar a los que tuvieron la mala suerte de quedar varados. La pandemia, además, nos muestra, que si no se cuida a toda la población a cargo el problema se extiende, porque el virus contagia de manera universal. No hace distinciones por lugar de nacimiento".