La balanza comercial en marzo arrojó un superávit de 1145 millones de dólares, lo cual implica una reducción de unos 40 millones de dólares frente al mismo mes del año pasado. La relativa estabilidad del resultado comercial se explica porque tanto las exportaciones como las importaciones tuvieron caídas. Las ventas al exterior cayeron empujadas por las menores entregas de autos, productos del complejo sojero, oro y combustibles. En tanto, las principales caídas en las compras al exterior se vinculan a calderas, máquinas para la industria manufacturera, combustibles y autos. A nivel global, se espera que desde abril haya un desplome del comercio exterior sin precedentes por su velocidad y magnitud.
El resultado del comercio exterior es un número muy relevante en el contexto actual de imposibilidad de emitir deuda para conseguir dólares y de paralización del mercado financiero. Las divisas que permiten importar insumos críticos para el sistema de salud y para la industria en general y que mejoran la posición de las reservas son un activo central para sostener el andamiaje macroeconómico. Marzo es el primer mes en donde el comercio global sintió de lleno la crisis del coronavirus, ya que desde comienzos de ese mes arrancó la puesta en marcha de las medidas de distanciamiento social y cierre de fronteras en todo el mundo.
El saldo comercial de 1145 millones de dólares en marzo se explica por exportaciones por 4320 millones de dólares, lo cual implica una caída interanual del 15,9 por ciento, e importaciones por 3175 millones, con una baja de 19,7 por ciento. En el primer trimestre, ingresaron por la vía comercial 3297 millones de dólares, por encima de los 2003 millones que se registraban a esta altura del año pasado. Si bien las perspectivas para el resto del año son absolutamente inciertas, se descuenta que habrá un fuerte cambio en la dinámica registrada hasta ahora. Con certeza, se experimentará una fuerte caída tanto de exportaciones como de importaciones.
En marzo, las exportaciones disminuyeron principalmente por las menores ventas de autos (-127 millones de dólares), harina y pellets de soja (-119 millones), aceite de soja (-94 millones), oro (-63 millones), aceites crudos de petróleo (-57 millones) y aceite de girasol en bruto (-54 millones). En cambio, subió la exportación de biodiesel, trigo y aluminio. En tanto, las importaciones bajaron por el impacto de calderas, reactores nucleares, máquinas y artefactos mecánicos (-173 millones de dólares), máquinas, aparatos y material eléctrico (-145 millones), combustibles minerales (-107 millones) y autos y sus partes (-88 millones de dólares). El intercambio comercial con Brasil arrojó un saldo positivo de 43 millones de dólares.