El ex presidente del Banco Nación, Javier González Fraga, sigue cobrando un sueldo en representación del Estado a pesar de que hace cuatro meses dejó su cargo en la entidad. Embolsa unos 80 mil dólares al año, cerca de 5,5 millones de pesos al tipo de cambio oficial en este momento, como miembro del directorio del Banco Latinoamericano de Exportaciones (Bladex). Accedió a ese puesto hace tres años, designado por la Cancillería, como suele ocurrir con los titulares del Banco Nación. Sin embargo, en su caso existen grandes diferencias con los usos y costumbres de quienes pasaron antes por el organismo regional. La primera es que se negó a renunciar al cargo cuando Mauricio Macri dejó el poder en diciembre pasado, por lo que se lleva a su casa hasta el día de hoy unos 6600 dólares todos los meses (450 mil pesos). La segunda diferencia es que en lugar de donar el dinero a la Fundación Banco Nación, como hicieron por ejemplo Carlos Melconian o Juan Carlos Fábrega cuando estuvieron en su misma situación, González Fraga se quedó con el dinero. Percibió unos 240 mil dólares los últimos tres años, a lo que hay que agregar su sueldo como presidente del Nación.
“Le hiciste creer a un empleado medio que su sueldo medio servía para comprar celulares, plasmas, autos, motos e irse al exterior. Eso era todo una ilusión, no era normal”, dijo González Fraga hace cuatro años, en mayo de 2016, en una definición que quedó para la historia por la brutalidad con que planteó que el gobierno de Cambiemos había llegado para recortar los salarios. Pero esa concepción siempre fue para los ingresos de los demás, nunca de los funcionarios de la administración de la que formaba parte.
Trabajadores del Banco Nación hicieron conocer ahora su reclamo para que González Fraga done los 240 mil dólares que cobró todos estos años por su participación en el Bladex, como ocurrió con sus antecesores. El ex funcionario se ampara en que el doble ingreso está permitido, por lo que no cometió ningún delito al percibir su sueldo como titular del Nación y los 80 mil dólares anuales como director del banco Latinoamericano.
La Cancillería elevará en los próximos días al Bladex, una entidad con sede en Panamá, la solicitud para remover a González Fraga y designar en su lugar al actual presidente del Banco Nación, Eduardo Hecker. Esa cartera debía esperar a una reunión anual de directorio del Bladex para cumplir con ese paso formal. Podría haberlo evitado si González Fraga hubiera renunciado en diciembre para dejar el lugar vacante y facilitar el nombramiento temporario del reemplazante hasta su confirmación definitiva en la asamblea anual. Pero se negó a hacerlo y siguió cobrando el sueldo como si nada.
Dentro del Banco Nación, el directorio confirmará este jueves a Hecker como nuevo representante argentino ante el Bladex. El funcionario ya les confirmó a los trabajadores de la entidad que volverá a la práctica habitual de donar ese ingreso. Les dijo que los 80 mil dólares serán utilizados para aumentar la capacidad prestable de la entidad pública, a modo de compensación aunque sea simbólica por lo que ocurrió cuando González Fraga estuvo al frente del banco. La capacidad prestable que era de 235 mil millones de pesos en 2015 se redujo a 100.000 millones, menos de la mitad, cuando el controvertido ex funcionario dejó el puesto.
Además de descapitalizar al Nación, González Fraga deberá dar explicaciones en una causa judicial por el crédito ruinoso a la agroexportadora Vicentin. Está imputado por haber autorizado una sucesión de préstamos por 18.500 millones de pesos a una compañía que había incumplido con la devolución de ese financiamiento, vulnerando los parámetros técnicos que impone la entidad financiera. Vicentin, además, fue el principal aportante privado a la campaña electoral de Juntos por el Cambio el año pasado. La empresa pedirá en los próximos días, en una audiencia virtual del concurso de acreedores, que se autorice la venta de su fábrica de biodiesel y devirados de soja a su socia Glencore PLC. Sin embargo, las autoridades del Nación reclamarán bloquear la operación porque la consideran una venta ficticia para concretar un pase de manos entre accionistas.