La cuenta regresiva para que el Congreso vuelva a sesionar ya está en marcha. El proyecto de resolución para el trabajo remoto de los legisladores, presentado el martes por la noche por el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, ya cosechó el respaldo de los bloques minoritarios. Sin embargo, la posibilidad de realizar una sesión presencial, como pretende Juntos por el Cambio, aun no fue descartada. Más allá de la modalidad, el oficialismo está dispuesto a abrir los recintos de ambas Cámaras.
Las autoridades de la Cámara cumplieron con la formalidad. Enviaron a todos los bloques el proyecto de resolución para el trabajo virtual con los detalles de seguridad y un instructivo para utilizar la aplicación con la que se desarrollarán las sesiones a distancia. Ahora esperan la respuesta de los referentes opositores.
“Vamos a esperar la respuesta formal de los bloques. La intención de la presidencia es avanzar con el consenso de todos los bloques”, explicaron a Página/12 fuentes cercanas a Massa. Más allá del dialogo con los jefes de bloque sobre la modalidad, desde el oficialismo detallaron que “la intención es sesionar y darle al Poder Ejecutivo las herramientas que necesita en estos momentos”.
En la bancada que comanda Máximo Kirchner entienden que no es necesario dar una batalla por la modalidad. “Desde Juntos por el Cambio machacan con que el Congreso esta cerrado y eso no es verdad. Una vez que se sesione tendrán que buscar otro caballito de batalla. Por eso, más allá de la modalidad, lo importante es que se sesione. Las condiciones para hacerlo de manera virtual están dadas”, explicó uno de los asesores del oficialismo.
En ese marco, el Frente de Todos, como anticipó este diario, trabaja en la letra chica de tres proyectos que llevará al recinto en la primera sesión que se lleve a cabo: el impuesto a las grandes fortunas, la modificación del tributo a los bienes personales y un paquete de medidas para las pymes.
Por su parte, La diputada de Consenso Federal, Graciela Camaño, fue la primera en salir a respaldar la iniciativa de Massa. La referente del bloque Federal señaló que “no hay ningún impedimento legal para realizar el trabajo remoto” y remarcó: “El artículo 14 del reglamento de la Cámara da la fortaleza para poder sesionar en cualquier lado, de cualquier manera, porque en él se expresó la voluntad del congresista de que el Congreso no sea cerrado".
En la misma sintonía se expresó el bloque de Unidad Federal que conduce el mendocino José Luis Ramón. “Preferimos la sesión presencial, pero en caso de que sea necesario vamos a acompañar la decisión de sesionar de manera remota”, explicaron desde el bloque.
Los referentes de los Partidos de Izquierda también se mostraron a favor de poner el funcionamiento del Congreso por encima de la discusión sobre la modalidad. “Lo venimos diciendo desde el primer día. No hay impedimentos para que el Congreso sesione. Si hay legisladores que no pueden participar por ser población de riesgo, se pueden disponer medios electrónicos para su participación", afirmó Del Caño, al hacer referencia a la posibilidad de sesionar de manera virtual.
Así las cosas, el único bloque que permanece inflexible es Juntos por el Cambio. El principal interbloque opositor le envió una nueva carta a al Presidente de la Cámara reiterando el pedido para que se lleve adelante un sesión presencial. El ala dura del macrismo entiende que el Parlamento es el único lugar, más allá de los sets de televisión, donde la oposición puede visibilizar su postura. Por eso, el reclamo tiene que ver más con una necesidad política de recuperar terreno ante una gestión con niveles de aprobación récord que con el listado de proyectos que se puedan llegar a incluir en una sesión ordinaria.
La posición adoptada por el bloque de Juntos por el Cambio no es inocente. Tras el reclamo de una sesión presencial la intención es comenzar a construir el pedido de inconstitucionalidad de las normas que se aprueben. Con la certeza del que oficialismo podrá avanzar con la aprobación al impuesto a las grandes fortunas, desde el macrismo preparan el terreno para la judicialización.
Además, la apuesta del oficialismo por el funcionamiento virtual volvió a poner en evidencia las fisuras del bloque de Juntos por el Cambio en la Cámara Baja. Nuevamente el grupo de diputados que responde a Emilio Monzó marcó sus diferencias con el ala dura. En este caso, el diputado Sebastián García de Luca, hombre de confianza de Monzó, no sólo se pronunció a favor de la propuesta de Massa sino que además propuso que “el sistema debe mantenerse para ahorrar gastos en el futuro, en particular con el trabajo de las comisiones”.