Dos consultoras salteñas destacaron la creciente imagen del presidente Alberto Fernández, que ronda el 56% de aceptación en Capital y el 85% en la provincia. Mientras que si bien la imagen del gobernador aún sigue siendo muy alta, cayó por el manejo de la crisis en el norte sumada a la forma de comunicar y gestionar en la cuarentena obligatoria.
La consultora We realizó un relevamiento telefónico de 1.600 casos en la capital salteña durante los últimos días de marzo. Su director, Benjamín Gebhard, destacó que el 10 de diciembre Alberto Fernández tenía “una imagen más negativa que positiva”, en ese momento el 46% de los consultados lo evaluaba negativamente contra el 44 de positivos.
Hoy el Presidente goza de una imagen positiva del 56%, contra un 44% que lo sigue calificando negativamente. “Es entendible cómo arrancó su imagen teniendo en cuenta que aquí en Capital ganó Macri”, explicó el analista político.
En cambio, el gobernador Gustavo Sáenz arrancó con una imagen muy alta, del 83%, contra una negativa del 13 y ese porcentual cayó 10 puntos, hoy se ubica en un 74.4% contra un 25% que lo califica negativamente. Gebhard atribuye esta caída a varios factores, entre ellos que “es muy difícil de mantener una imagen tan alta, lo único que te queda es bajar”.
Pero también analizó algunos “desacoples” que tienen que ver con la gestión y que salpican la imagen de Sáenz. Para el director de We, la forma de hacer política del actual gobernador está muy centrada en su imagen, “hay una hipercentralización de su imagen en la gestión”.
Esa concentración de liderazgo, para el especialista, genera muchas veces que todos los errores del Gobierno caigan también sobre su figura. Cuando se preguntó por la gestión, sólo el 15% consideró que Sáenz cumplió con sus expectativas, mientras que un 57% esperaba más y un 25% dijo sentirse decepcionado.
En cuanto a la principal propuesta de campaña utilizada por el Frente ganador, el “cambio”, la mirada está dividida casi en partes iguales, el 49.8% se inclina a pensar que hubo un cambio, mientras que el 44,6% ve en Sáenz una continuidad con la gestión Urtubey.
En la opinión de Gebhard, la estrategia del gobernador “no tenía promesas políticas, hablaba de cambio pero sin decir qué cambios, y hay cosas que ve la gente que no le gustaron, nombres que se repiten, querer intervenir en la Justicia, o que no reaccionó bien y no fue claro ante la crisis de desnutrición en el norte”.
“La gente puede estar encontrando que esto es más de lo mismo”, agregó. Y si bien reconoció que hoy no hay otro dirigente que le haga sombra, volvió a insistir con el personalismo, “cuando algo falla es el mismo gobernante el que se ve perjudicado porque no tiene a quién echarle la culpa, se capitaliza lo bueno y lo malo”, dijo.
Para ejemplificarlo, utilizó la forma de comunicar que tienen Nación y Provincia ante un mismo problema, la crisis que provocó el coronavirus. Mientras Alberto Fernández "se rodea de expertos y se apoya en ellos, y luego la decisión la traslada en diálogo con los gobernadores, Sáenz le pone su impronta pero no tiene dónde apoyarse y no va a tener dónde echar la culpa si algo sale mal”.
Por lo que para el referente de We, “es una desventaja no distribuir la responsabilidad, (el ministro de Salud de la Nación) Ginés González García es fundamental para la imagen del gobierno nacional, no así la ministra de Salud provincial”.
Es peligroso gobernar por las redes
El director de ICQ, Gustavo Acuña, presentó los resultados de una encuesta que incluye 1.500 casos de toda la provincia de Salta, haciendo eje en las cabeceras de cada departamento.
El estudio arrojó resultados que coinciden con lo que sucedió en las últimas elecciones, en donde el Frente de Todos ganó por amplia mayoría las presidenciales. Pero los números también van de la mano con los datos que obtuvo la consultora We en Capital.
En cuanto a la imagen de Alberto Fernández, el Presidente obtuvo un 85% de aprobación, contra el 14% que cree que la imagen es mala o muy mala.
Pero es la gestión del gobierno nacional la que sobresale con un 88% que dijo que es entre buena y muy buena y sólo un 9% de quienes piensan que es mala o muy mala. En ambos casos, Acuña sostuvo que esta fotografía de la opinión de los salteños está “relacionada al alto acatamiento que tiene la decisión de hacer la cuarentena, sumada a los resultados del aplanamiento de la curva de contagios con respecto a otros países”.
Con respecto a Gustavo Sáenz, el director de ICQ contó que si bien la imagen es positiva, con un 51% de aprobación, hoy tiene un 37% de reprobación (con un 12% que no contestó). Y la gestión del gobierno de Salta cae aún más, con un 43% de miradas positivas, contra un 37 de imagen negativa.
La actuación del gobierno provincial ante la emergencia socio sanitaria en los departamentos de Orán, San Martín y Rivadavia fue evaluada negativamente. “El 58.5% la calificó como mala y el 37% de los encuestados como buena”.
Al analizar las razones de la imagen del gobernador en relación a la del Presidente, Acuña manifestó que “hay varios pero en la gestión, que tienen que ver sobre todo con la comunicación a la sociedad”.
Sostuvo que en contraposición a la imagen del Presidente, “que lo que anuncia se ve reflejado en acciones”, la provincia “tiene una dicotomía que genera contradicciones entre lo que anuncia un día y lo que sucede al otro día”. E hizo mención al anuncio del gobernador de conformar un Fondo de Emergencia “que iba a ser un recorte a los estatales, y luego salió a desdecirse por twitter 15 minutos después”.
“El domingo pasado anunció que sería inflexible en la cuarentena y al otro día pidió 15 excepciones al gobierno nacional”, por lo que comparó la gestión del gobernador con la del ex presidente Mauricio Macri en cuanto a que “se jactaban de tener la capacidad de dar marcha atrás y reconocer los errores”.
El analista subrayó que el Ejecutivo “gobierna a través de las redes sociales, no tiene una acción directa, lo hace con el termómetro de twitter o facebook y eso es peligroso”. Y agregó, “la gente tiene otras prioridades, el 70% de los salteños dice que no tiene medios suficientes para alimentar a su familia, esa es una prioridad”.
Y concluyó que esa forma de medir la temperatura social lo lleva a sostener algunos proyectos como el de la Reforma de la Constitución “que el 70% considera que no es necesario”, o el de la ampliación de la Corte de Justicia, con un 82% de reprobación.