Entre las 19 del martes y la 1.30 de la madrugada de ayer se derramaron al menos mil litros de crudo de petróleo en el fondo de una casa ubicada en Villa Tranquila, barrio de la localidad de Campamento Vespucio, en la jurisdicción del municipio de General Mosconi, en el departamento San Martín.
Para vecinos y periodistas locales lo acontecido no es extraordinario. Por el contrario, afirman que existen al menos unos 200 pozos en la zona de influencia de Mosconi sin el sellado correspondiente. Pero suman 600 en total los desperdigados por otras ciudades ubicadas en los departamentos San Martín, Rivadavia y Orán.
Así lo describió Daniel Olima, vecino de la zona, ex trabajador de YPF (ex ypefiano, como se los conoce en la provincia), y miembro de una cooperativa de trabajo, una de las tantas creadas tras la “catástrofe” de la privatización de la empresa en la década del 90, como alternativa para no quedar desocupados. Pese a que “no bajamos los brazos”, hace tres años que el pequeño emprendimiento de proveeduría de servicios para las grandes multinacionales que exploran y explotan el hidrocarburo en la zona, no tiene mayor movimiento.
Olima puntualizó que en la zona del Parque Industrial en donde en algún momento hubo al menos dos mil trabajadores en actividad, hoy solo se mantiene a 200. En el caso de su emprendimiento en particular, llegó a contar con 80 trabajadores, de los que quedan entre cuatro y cinco en la actualidad.
“Yo particularmente presenté un proyecto y lo llevé por varios lugares a nivel provincial, nacional e internacional”, contó Olima a Salta/12 refiriéndose a su idea para remediar los pozos que quedaron sin el sellado.
El plan tenía por objetivo recuperar el crudo como una forma de mitigar las consecuencias ambientales, hacer el sellado definitivo una vez extraída la totalidad del crudo que quedó, llevarlo a 30 kilómetros para el proceso final en la destilería ubicada en Campo Durán, y que la provincia pueda recobrar los recursos de esa venta. El ex ypefiano indicó que el proceso de sellado final implicaría la creación de puestos de trabajo en la zona, y sería una alternativa para sanear el ambiente.
El plan tiene limitaciones, pues no todos los pozos pueden entrar en producción. Pero, explicó Olima, en cada pozo se podría hacer un testeo y diagnosticar la posibilidad y tiempo de producción para luego “hacer un abandono final sin que ocurra como ahora, una estampida a cielo abierto”.
La cocina se hundió
Tanto Olima como el geólogo petrolero, ex ypefiano, y consultor internacional de Petróleo y Gas, Jorge Albeiro, explicaron que el petróleo rebalsa porque la presión generada a nivel del subsuelo terminó por hacer resurgir el líquido a través de cañerías ya desgastadas por el paso del tiempo.
Ambos (Albeiro también vivió en Vespucio), recordaron un evento en el cual se hundió la cocina de una casa por el hundimiento del suelo. Mucha gente se asentó en lugares donde había pozos antiguos y el petróleo, a raíz de la presión, fuerza por salir. “Yo en el jardín de mi casa tenía por lo menos dos pozos”, describió Albeiro al hablar de su experiencia mientras vivió en el norte salteño.
La zona del Chaco salteño entró en explotación hace casi un siglo, cuando llegó a la zona la Standard Oil. Albeiro recordó que luego entró YPF y durante las décadas del 50 y 60 muchos pozos fueron abandonados porque ya no producían lo suficiente. “Con el tiempo hay una reacomodación de los fluidos” y hay pozos que vuelven a tener petróleo, explicó Albeiro.
Puso como ejemplo de ello la experiencia de un campesino que en los 80 fue a denunciar a la provincia que dos vacas se le habían muerto porque habían tomado agua contaminada con petróleo. El denunciante aducía que en el viejo pozo de Río Pescado (en Orán), se podía ver petróleo en la superficie. Los técnicos corroboraron el hecho e YPF volvió a poner en marcha su producción que quedó a cargo de Tecpetrol.
La afectación al ambiente
Olima sostuvo que existen pozos que a diario van derramando el crudo por goteo, que a su vez se absorbe en las laderas de los cerros. A su entender, esto provoca una contaminación ambiental a nivel de la flora, la fauna y las napas de agua subterránea.
“La contaminación es evidente y el petróleo es una mezcla de hidrocarburos muchos de los cuales son tóxicos”, afirmó David Iud, ingeniero químico, abogado, y docente en derecho ambiental de la Universidad de Buenos Aires (UBA), y la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales ( UCES). “Eso va a afectar la flora, puede afectar la fauna y la perforación nuevamente al subsuelo puede continuar contaminando las napas”, aseveró ante la consulta de Salta/12.
Iud indicó que si bien los métodos para sanear están regulados y son costosos, es preciso tomar muestras del lugar y su análisis en laboratorio para conocer la composición del petróleo. “Cualquier organización defensora del ambiente de Salta tendría acción”, dijo.
El secretario de Minería y Energía de la provincia, Ricardo Alonso, sostuvo por su parte que el pozo que rebalsó en Villa Tranquila fue perforado en 1933. “El problema es que justo esa zona donde había esos pozos se dejan las planchadas donde se hacen las perforaciones y es donde busca la gente para asentarse”, evaluó el funcionario.
“Hay un trabajo de remediación que es responsabilidad de YPF residual”, dijo el funcionario al precisar que la empresa a cargo es la UTE Aguaragüe, que la empresa del Estado conforma con Tecpetrol. “Este es uno de los cientos de pozos que hay en el norte que alguna vez fueron productores”. Indicó que se armó una comisión de la entidad oficial para llegar a Campamento Vespucio. Pero ayer persistía el problema de tener que hacer un camino más largo por la ruta provincial 5 para llegar a Tartagal, para evitar transitar por la provincia de Jujuy en donde el paso está cortado a raíz de la pandemia del Covid-19.
Por otra parte, al ser consultado por el saneamiento de los pozos, Olima sostuvo que las zonas están concesionadas a diversas multinacionales pero cuando se trata del procedimiento para resarcir el daño ambiental “dicen que se tiene que hacer cargo el estado provincial, el nacional, o YPF”.