Misión de rescate           6 puntos

Extraction; Estados Unidos, 2020.

Dirección: Sam Hargrave.

Guion: Joe Russo.

Duración: 116 minutos.

Intérpretes: Chris Hemsworth, Golshifteh Farahani, David Harbour,

Rudhraksh Jaiswal.

Estreno exclusivo en Netflix 

Misión de rescate enciende los motores in extremis: el actor Chris Hemsworth (que se hizo famoso como el Thor de Marvel), disfrazado con ropaje militar y armado hasta los dientes, avanza penosamente sobre un puente, entre autos abandonados, mientras esquiva disparos de todos lados y escupe sangre a borbotones. Una placa ofrece el clásico “unos días antes” y es recién entonces que el espectador recibe la información necesaria para comprender la situación del personaje. Hermsworth es Tyler Rake, un veterano de varias incursiones afganas que dedica su vida al poco loable oficio de poner su cuerpo y conocimientos de la lucha y las armas al mejor postor. En otras palabras, un mercenario. Aislado en un remoto paraje de Australia, recibe la visita de su colega y socia Nik Khan (la iraní Golshifteh Farahani, la novia de Paterson en el film homónimo), quien aparece con un nuevo ofrecimiento. De aceptar la misión, Tyler deberá viajar a Bangladesh para rescatar a un joven que ha sido secuestrado por el mayor rival de su padre en el negocio del narcotráfico. “Extraerlo”, según la jerga específica, de donde se desprende el simple título original Extraction.

El director debutante Sam Hargrave da el paso que otros compañeros de oficio han dado antes, luego de decenas y decenas de trabajos en el área de las escenas de riesgo. Como stuntman (doble de riesgo) veterano, Hargrave ofrece, previsiblemente, un despliegue de escenas de acción que atraviesan las casi dos horas de proyección de comienzo a fin, con pequeños descansos ideales para la confesión, el intercambio de opiniones y, desde luego, las traiciones. Lo primero es, sin dudas, lo mejor que Misión de rescate tiene para ofrecer. El adolescente Ovi es recuperado rápidamente, no sin que antes el protagonista despache a una docena de enemigos él solito. A los tiros, a las patadas, a las trompadas o con los más diversos elementos cortantes. Las coreografías y el uso de los efectos sonoros para sumar brutalidad recuerdan de inmediato a todo un subgénero, el film de artes marciales tailandés, de la seminal Ong Bak en adelante, aunque aquí el mano a mano aparece cruzado permanentemente por elementos del cine de acción hollywoodense. En ese sentido, se aclara al lector que la película contiene sus buenas dosis de salvajadas, explícitas e implícitas.

Precisamente, la mejor secuencia viene justo después de la extracción: una adrenalítica persecución automovilística –mezcla de trabajo de dobles in situ y efectos digitales– coronada por una carrera a los golpes y puñetazos por pasillos, casas y techos de un populoso barrio de Daca. Así barajados los naipes, Misión de rescate llega un poco agotada a la mitad del recorrido y el guion –escrito por el realizador Joe Russo y basado en una novela gráfica coescrita por él mismo– no logra sobreponerse a la espectacularidad de esa primera hora, cayendo finalmente en una despareja mixtura de melodrama (el pasado doloroso de Tyler surge en una serie de flashbacks) y de acción repetitiva, al tiempo que el protagonista deja aflorar finalmente sus reprimidos sentimientos paternales. 

Como curiosidad, el comic original en el cual está basada la película lleva por título Ciudad, por la sencilla razón de que transcurre por completo en Ciudad del Este. Más allá de las posibles razones del cambio de locación, lo cierto es que la ópera prima de Hargrave ofrece la posibilidad de transformarse en un pequeño placer, sea este culpable o no.