El despido de 1.450 trabajadores de la construcción de Techint en la Argentina, que desató la rápida respuesta oficial, fue sólo el botón de muestra y una manera de sentar posición a nivel internacional. Donde pudo, donde los gobiernos no pusieron ningún obstáculo, los hombres de Paolo Rocca fueron aún más allá.
En Cartagena, Colombia, Tenaris le mandó una carta a los trabajadores con el siguiente inicio: "esta empresa, por mera liberalidad y haciendo enorme esfuerzo, otorga un préstamo por el tiempo en el cual sus contratos estén suspendidos, equivalente al 50 por ciento de su salario básico".
La empresa no retrocedió con el ajuste. Por eso los trabajadores difundieron un video donde denuncian la ofensiva empresaria. "Somos trabajadores de la multinacional Tenaris. Al igual que muchos obreros en Colombia nuestras familias subsisten gracias a nuestros salarios", explican. "Hoy, en medio de una pandemia mundial, Tenaris dedió suspender nuestra fuente de trabajo condenándonos al hambre y a la miseria", es el mensaje que transmiten antes de mostrar un generalizado cacerolazo, desarrollado desde cada una de sus casas por el aislamiento obligatorio.
El dirigente del Sintratucar (Sindicato de trabajadores de Tenarios y Tubos del Caribe) Walberto Marrugo, en diálogo con Página/12 desde Cartagena, donde funciona Ternium, lo explicó así: "Suspendieron a la mayoría de los trabajadores y nos ofrecen un crédito por el 50 por ciento del salario. No sólo significa que te roban la totalidad del sueldo sino que si aceptas el crédito, estás legitimando lo que hacen. Y el problema es que la gente necesita el dinero. Mientras tanto, se niegan a negociar. Todo es unilateral. Además, no se sabe hasta cuándo va a regir esto: no ponen siquiera una fecha. Al personal administrativo directamente lo están despidiendo con convenios de finalización de contrato. O sea, no les pagan el sueldo y el que necesita el dinero de forma desesperada, termina aceptando. Ya lo firmaron 50 de los 200 que hay".
Nada es fácil con Techint. La presión es inmensa para volver a trabajar en un país --Italia-- y en una región donde hasta este viernes seguían muriendo 575 personas por día, según el informe oficial.
En la Argentina, como adelantó Página/12 el jueves
pasado, Techint suspendió a 5.000 trabajadores y les paga el 75 por ciento del salario neto por los días en que están suspendidos. De entrada nomás, ni bien estalló la epidemia, patoteó al gobierno y a la sociedad con el despido de 1450 trabajadores de la construcción.
"En Colombia, Canadá, Brasil, Argentina, Japón e Italia, el Grupo Rocca utiliza cualquier mecanismo en la legislación a su favor y realiza un poderoso lobby con los gobiernos -- redondea el ex dirigente internacional de los metalúrgicos, Jorge García Orales, al que llaman Flower, desde Canadá--. Se vio en Lombardía, con la catástrofe. Había 800 muertos por día y presionaban para seguir y seguir, con más poder que los gobiernos locales. Son un suprapoder al que enfrentamos los sindicatos y frenan pocos, muy pocos gobiernos".