La actitud del presidente de Estados Unidos Donald Trump frente al coronavirus sigue dando lugar a fuertes críticas. El mandatario había sugerido en una conferencia de prensa la inyección de desinfectante para combatir la covid-19. Esto motivó una dura reacción de científicos en todo el mundo. Los especialistas tildaron al presidente de irresponsable y advirtieron sobre las peligrosas consecuencias que podrían generar sus declaraciones. Ante esto, Trump salió a decir que había hablado sarcásticamente y culpó a los medios de tergiversar sus dichos. Estados Unidos superó los 50 mil muertos por coronavirus. En tanto que los infectados ya son más de 900 mil.
Idea de millonario
En una rueda de prensa desde la Casa Blanca Trump sorprendió hasta a sus propios asesores al referir una nueva forma de contener la pandemia. “Veo que el desinfectante lo noquea (al coronavirus) en un minuto. En un minuto. ¿No habría alguna forma de hacer algo así con una inyección en el interior o casi una limpieza?”, se preguntó el mandatario. Lejos de percatarse de lo que estaba diciendo el presidente continuó: "Habrá que apelar a los médicos para esto, pero me parece interesante”. Luego barajó la idea de usar "rayos ultravioletas" o "una luz muy potente" que se podría proyectar en el interior del cuerpo para combatir el coronavirus. Acto seguido se dirigió a Deborah Birx, miembro del equipo de crisis de la Casa Blanca, y la consultó frente a los periodistas sobre sus propuestas. La funcionaria se mostró visiblemente incómoda.
La sugerencia de Trump suscitó una lluvia de críticas por parte de especialistas. “Esta idea de inyectar en el cuerpo o ingerir cualquier tipo de producto limpiador es irresponsable y peligrosa”, declaró a la cadena NBC el director Vin Gupta, experto en salud pública y especialista en el pulmón y en cuidados intensivos. Gupta resaltó que la ingestión de estos productos es algo que hacen las personas para quitarse la vida. En una línea similar esbozaron su crítica desde el centro de investigación francés Marseille Immunopôle. “De la misma manera, también inmolarse con fuego podría ser una alternativa útil”, ironizaron los especialistas. Por su parte Walter Shaub, exdirector de la oficina federal encargada de cuestiones éticas (OGE) durante la administración demócrata de Barack Obama, pidió limitar el alcance de los mensajes del presidente. “Dejen de retransmitir estas ruedas de prensa sobre el coronavirus. Ponen vidas en peligro. Por favor, no beban ni se inyecten desinfectante”, publicó el Shaub en Twitter. También pidió no prestar atención a las declaraciones de Trump, Robert Reich, exsecretario de Trabajo del presidente demócrata Bill Clinton. “Las ruedas de prensa de Trump son un peligro para la salud pública. Boicoteén la propaganda. Escuchen a los expertos. Y por favor no beban desinfectante”, dijo el exfuncionario.
Durante la jornada del viernes Trump minimizó sus palabras al decir que había hablado en forma sarcástica. "Estaba preguntando sarcásticamente a reporteros como tú, solo para saber que pasaría", le dijo el mandatario a un periodista en la Casa Blanca. Por su parte, la portavoz del ejecutivo Kayleigh McEnany acusó a los medios de descontextualizar las declaraciones. "Es cosa de los medios el citar irresponsablemente al presidente Trump fuera de contexto y publicar titulares negativos", dijo la funcionaria. Luego recalcó que el presidente había manifestado en numerosas ocasiones que los estadounidenses debían consultar a los médicos respecto a los tratamientos contra el coronavirus.
Avance letal
Estados Unidos es, por lejos, el país más afectado por la pandemia, con 903.828 casos de coronavirus y al menos 51.112 muertos. Sólo durante la jornada del viernes el número de muertos fue de 934. En tanto que los nuevo infectados en las últimas 24 horas fueron 16.512. Las personas que lograron recuperarse de la enfermedad ascendieron a 90.261.
El país está encaminado en una dura recesión antes de las elecciones de noviembre. Se estima que más de 26 millones las personas perdieron su empleo en poco más de un mes. Estos datos reavivaron el debate sobre la necesidad de levantar las cuarentenas y otras restricciones. Más de la mitad de los estados del país, en su mayoría gobernados por el Partido Republicano, permitieron la reanudación de algunas actividades o anunciado planes para hacerlo. Los gobernadores están bajo la intensa presión del presidente que ansía un resurgimiento económico para aumentar sus chances de ser reelecto en noviembre.
El resto de los Estados, la mayoría gobernadores por demócratas, desestimaron las injerencias de Trump y rechazaron la posibilidad de revocar restricciones de movimiento y de actividades. Los mandatarios demócratas citan las advertencias de autoridades sanitarias federales y estatales de que cualquier acción precipitada podría desencadenar un nuevo brote.
En paralelo, Trump firmó una ley con ayuda por casi 500.000 millones de dólares para empresas y hospitales. La ley fue votada casi por unanimidad en la Cámara de Representantes. Dos días antes el Senado le había dado media sanción. La normativa incluye 250.000 millones de dólares para que las pymes puedan pagar salarios, alquileres y otros gastos; 60.000 millones orientados a pequeños bancos que ayudan a comunidades rurales y barrios deprimidos: 60.000 millones en créditos para comercios pequeños y 100.000 millones para hospitales y un programa nacional de test de coronavirus.