Navegar por internet en esta época es el equivalente a caminar por avenida Corrientes y Florida hace unos 40 años. Cada píxel extra parece estar destinado a vender publicidad, y no es para menos: es el negocio más rentable de internet. Google, por ejemplo, ganó 160 mil millones de dólares en 2019, solo por la venta de publicidad. Y Facebook, el otro gigante de la publicidad online, arañó los 17 mil millones. Internet, ese territorio de libertad ilimitada y conocimiento sin fin, al final se convirtió en una marquesina.
Y mientras navegamos por la web (a la que accedemos pagando), clickeamos enlaces, banners y contenidos en nuestros dispositivos (que también pagamos), los plutócratas de Silicon Valley se vuelvan más millonarios. Pero no todo está perdido: desde hace un tiempo, el programador Brendan Eich, que tiene entre sus logros la creación del lenguaje JavaScript –tranca– y ser co-creador de la Mozilla Foundation, lanzó un nuevo navegador llamado Brave, que además de que bloquea las publicidades por default, también recompensa a sus usuarios con valor en criptomoneda.
Mientras la actualización de los “términos y condiciones“ de Chrome –esas hojas que nadie lee nunca bajo ninguna circustancia– de este marzo ahora le permiten a Google usar todos tus datos, recabados de cualquier plataforma y con cualquier propósito, este nuevo navegador basado justamente en Chromium –el código de Chrome... en tu cara Google– mejora la privacidad y seguridad, y además bloquea la publicidad invasiva. Si bien esto se puede hacer ya en otros navegadores, como Chrome y Firefox, instalando add-ons o plugins, que en Brave sea por default brinda una mejor experiencia y evita fallas de compatibilidad entre navegadores y complementos.
Los internautas de la criptopista
El navegador de Eich tiene un sistema de recompesas para los usuarios basado en BAT (basic atention token), un token que funciona sobre la blockchain de Ethereum. Por un lado, Brave permite que los usuarios que den su consentimiento para ver publicidades reciban a cambio una suma mensual de este token que es convertible a dólares. Y por otro, permite usar los BAT obtenidos para contribuir a creadores de contenido: hasta ahora se puede hacer en Youtube, Twitter, Vimeo, Twitch, Reddit, Github y sitios web. De esta forma, Brave presenta una alternativa descentralizada a servicios como Patreon, que no funciona masivamente en nuestro país porque es necesario tener una cuenta en el extranjero para cobrar las utilidades.
Lo único que se necesita para cobrar las recompensas ya sea por crear contenido o por navegar es crear una billetera de criptomonedas. En este caso, Brave (disponible para Android, iOS, OSX, Windows y Linux) se asoció con una compañía que provee una bastante sencilla y fácil de usar: Uphold. Este cronista recibió 2.7 BAT después de navegar dos meses. A su cotización actual, son apenas 50 centavos de dólar. No te vas a volver millonario usando Brave, pero lo más interesante es su forma de invertir la ecucación, y la posiblidad de empezar a ganar aunque sea alguna moneda en todo esto. Además, la publicidad aparece en forma de notificación, lo cual no afecta la interfaz de navegación de Brave.
Si bien este browser aún está en etapa de desarrollo, desde hace unos meses ya es posible obtener las recompensas, lo cual le dió un impulso imporante a Brave. La empresa anunció que ya alcanzó los 10 millones de usuarios y que esto representa un crecimiento del 19% respecto de la versión 1.0 del navegador. Si bien Eich no es el Che Guevara y Brave no es la herramienta definitiva para la revolución socialista (???), como solución técnica que beneficia al usuario es bastante buena.
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