Al menos 10 personas, incluyendo turistas y científicos, resultaron heridas ayer, luego de que una explosión en el monte Etna, en Sicilia, lanzara rocas volcánicas y vapor al aire. Los turistas, que habían ido al Etna a observar el espectáculo del volcán activo en erupción, fueron tomados por sorpresa cuando un flujo de lava llegó hasta la nieve, lo que causó una explosión que arrojó piedras y otros materiales sobre ellos.
El presidente de la sucursal del Club Italiano Alpine, en Catania, Umberto Marino, estaba subiendo al volcán en una camioneta para nieve cuando las personas heridas comenzaron a correr en su dirección. “El material arrojado al aire regresó a tierra, y cayó sobre las personas que estaban más cerca”, dijo Marino.
Pasadas las 11.30 de la mañana, a 2700 metros de altura, el cráter rugió un segundo y escupió violentamente hacia la superficie toneladas de lava y sedimentos acumulados. El Etna, el volcán más grande de Europa, con 3322 metros de altura, entró en erupción por tercera vez en menos de tres semanas, expulsando lava fundida a una altura de cerca de 200 metros. Diez personas –dos de ellos, vulcánologos que trabajaban en la zona– resultaron heridas de carácter leve a causa del fenómeno. Solo seis de los heridos requirieron ser trasladados a un hospital.
Pese a la espectacularidad del proceso, el estado de erupción del Etna, uno de los volcanes más activos del mundo, no tiene ninguna característica especial en su patrón de actividad. De hecho, los últimos episodios, registrados en diciembre de 2016 y en mayo de 2015, fueron mucho más violentos que el de ayer. Pero esta vez la explosión se produjo cuando la nieve depositada sobre la superficie del cráter formó una suerte de tapón que terminó saliendo despedido.
De acuerdo con la agencia de noticias italiana ANSA, seis personas fueron hospitalizadas, principalmente por heridas en la cabeza. Ninguna de las heridas fue descripta como grave.
El monte Etna ha estado activo durante los tres últimos días, creando un espectáculo visual al lanzar lava y cenizas al aire. Stefano Branca, vulcánologo miembro del Instituto de Geología y Vulcanología de Italia (INGV), se encontraba en la zona en el momento de la erupción. “No es nada particular. La última fue el 27 de febrero y este es el segundo tiempo de aquello. Pero esta vez, encontró una zona donde había nieve, que se evaporó rápidamente. Eso creó el vapor que generó la explosión. Es como cuando se cocinan fideos y se tapa la cacerola. El vapor hace que el agua se escape de la cacerola. En este caso hizo saltar la ‘tapa’”, explica Branca.
El fenómeno se conoce como explosión freática y se produce cuando una masa de lava a alta temperatura entra en contacto con un objeto más frío, como el agua o la nieve. En este caso, la explosión hizo saltar los bloques de lava y terreno pedregoso que cubrían el cráter desde la última erupción. “Dura un segundo, pero si estás cerca, te puede lastimar”, continúa Branca.
En el momento de la explosión se encontraban en las inmediaciones de ese cráter una treintena de personas, algunas extranjeras, como los tres alemanes y los tres ingleses –entre ellos una reportera de la BBC– que resultaron heridos.
El INGV controla constantemente la evolución de esta nueva fase de erupción del Etna, que mantiene a los municipios de sus faldas en alerta amarilla por la actividad consistente del volcán, “en potencial estado de desequilibrio”.