La difusión de un video en el que el delegado en Salta de la Defensoría del Pueblo de la Nación, Félix González Bonorino, sostuvo que habitantes de los asentamientos Urkupiña y San Justo habían recibido comida en mal estado, fue el puntapié inicial para que referentes de barriadas y asentamientos de la ciudad de Salta salgan, otra vez, a asegurar que la ayuda alimentaria en el marco de la cuarentena no está llegando, o llega mal y no alcanza; o se entrega comida, mercadería e insumos de higiene que no están en condiciones de ser usadas.
Las culpas están repartidas en este caso entre las autoridades municipales y provinciales. Salta/12 reunió tres testimonios críticos sobre la calidad de la comida entregada por la Municipalidad en dos asentamientos. Y también obtuvo dos testimonios de la entrega, de parte del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia, de mercadería en mal estado y elementos de higiene vencidos.
En el video de González Bonorino se recuerda el relevamiento realizado por la Mesa de Barrios Populares (https://www.pagina12.com.ar/258548-el-estado-esta-ausente-en-46-barrios-populares ) sobre la situación social de los barrios durante el aislamiento social por la pandemia del Covid-19, y se informaba que por falta de insumos los comedores y merenderos estaban cerrando.
Ese material, difundido el 17 de abril, puntualiza que Desarrollo Social convocó a referentes de merenderos y comedores a una reunión en la que la ministra Verónica Figueroa "se comprometió a proveer ayuda". Algo similar pasó con la Municipalidad. Sin embargo, en los barrios siguen asegurando que esta ayuda no llega, o llega mal.
González Bonorino incluyó en su video el audio de un vecino del barrio Urkupiña que cuenta que la comida que les llevaron desde la Municipalidad estaba en mal estado e incluso encontraron gusanos en la zanahoria. "Fui a reclamar y se enojaron, dijeron que si necesitamos, que tenemos que comerlo callados", se escucha relatar al vecino.
Consultado por Salta/12, el hombre pidió reserva de su identidad y señaló que no tiene intención de continuar con el reclamo porque considera que podría ser contraproducente, que el barrio podría perder esa ayuda, que no considera buena pero entiende que para alguna gente "es capaz su única comida”. En el Urkupiña residen más de 120 familias carenciadas que han ido asentándose por la cercanía con el basural, de donde sacan algunos restos para tratar de sustentarse.
La Municipalidad lleva la comida dos veces a la semana a Urkupiña, los martes y sábados, a eso de las 18.30. Una trafic lleva las ollas y se sirven las porciones a las familias. El referente barrial calificó esa comida, guisos de arroz o fideo, de "fea". “La primera vez estuvo horrible, hay gente que no lo comieron, se molestaron mucho”. La zanahoria y la papa no habían sido peladas, "la zanahoria con gusanos”, describió el vecino, y aportó su reflexión: “Aparte que estamos en un barrio casi olvidado, encima que nos vengan a traer comida como si fuésemos… no sé, ya... Es denigrante”.
El secretario de Desarrollo Humano municipal, Santiago Lynch, consideró dificil que la verdura que usan para elaborar los alimentos esté en mal estado. Ante la consulta de Salta/12 sostuvo que todos los días se hacen las compras en el mercado concentrador Cofruthos. Además, “nosotros a las zanahorias las cortamos finitas en rodajas, esta era (la de la fotografía que se difundió sobre la comida en mal estado) un poco más grande, entera, por eso como que me pareció que no era”. "Jamás en la vida permitiría algo así", enfatizó luego.
Lynch concedió que "al principio cocinábamos, sí, para el gusto de la gente, muy insulsa, a la gente le gusta más aceitoso, y con más sal y condimento", y que no pelaron las papas y zanahorias.
Indicó que llevan la comida a Urkupiña y al asentamiento vecino, Israel. En cambio, dijo que en San Justo entregan la mercadería y la comida se prepara en el propio barrio, para unas 300 personas, los lunes y viernes.
"Cada vez peor"
A Guadalupe Flores Villanueva, que atiende un comedor en Villa Floresta Norte Alta e integra Barrios Populares (BAPO), le enojó conferencia en la que la intendenta Bettina Romero afirmaba que la Municipalidad trabajando en 30 barrios populares de la ciudad, “cosa que no es cierto. Y en los barrios en que ha trabajado se ha llevado comida en muy mal estado”, aseguró.
Sostuvo que “los demás referentes (de otros barrios) dijeron que habían ido a dejar módulos pero solamente a personas que habían trabajado en campaña con ellos, algunos, no todos, en tres barrios”. Detalló que dejaron kits de mercadería en el barrio Norte Grande, "a una sola persona, que no entregó la mercadería. Acá en Floresta pasó exactamente lo mismo”.
Para Flores Villanueva hay discriminación con los merenderos y comedores de BAPO porque “nosotros no somos punteros, no pertenecemos políticamente, es una Mesa autónoma”. “No hemos podido nunca comunicarnos con la Municipalidad”, cuando la intendenta dijo que trabajaba con 30 barrios, “nunca habló con ninguno de nosotros, en ningún momento, solamente una reunión pero fue antes de la pandemia", insistió.
Lynch, por su parte, atribuyó las críticas a personas que esperaban que la Municipalidad llegara al territorio a través de ellos porque "eran referentes políticos" pero "nosotros no estamos haciendo política, estamos dando de comer”. "En los 15 espacios donde estamos llevando comida" lo hacen con iglesias, centros vecinales, grupos de Cáritas, sostuvo, e invitó a visitar los lugares donde se reparte la comida.
Flores Villanueva destacó que la situación en los barrios es “cada vez peor”, porque la “mayoría tiene trabajo informal”. Contó que hicieron una campaña con la organización Techo para los comedores de la Mesa, pero igual no alcanza para que abran todos. Añadió que si bien el Estado entregó un poco de mercadería a personas en situación crítica, "no nos da abasto, porque cada vez son más personas con la misma situación”.
Cecilia Fernández, que desde hace cinco años atiende un merendero en Norte Grande, contó que iban 50 chicos y algunas persona mayores, pero en la cuarentena el número llegó a 75 niños. Hasta hace poco recibía ayuda de Cáritas, pero le informaron que ya no iban a seguir llevándole la mercadería. “Me hubiera gustado que me pregunten cómo estoy, qué necesito, cuántos son, que vengan y me hagan una inspección, para que vean ellos la situación que estamos pasando, no que directamente vengan y me digan que ya no me van a dar la mercadería porque hay otros merenderos que están necesitando en peor situación que nosotros”, lamentó. Dijo que tampoco recibe ayuda ni del municipio ni de la provincia.
Norte Grande es también un asentamiento pobrísimo, con muchos habitantes que viven de los restos que recuperan del vertedero San Javier. “La gente va y junta botellas y todo eso para sobrevivir, pero ahora ya no se puede”.
Maíz con gorgojos
En la segunda semana de abril referentes de organizaciones sociales fueron convocadas a una reunión con la ministra de Desarrollo Social, Verónica Figueroa (https://www.pagina12.com.ar/258988-organizaciones-sociales-se-reunieron-con-la-ministra-figuero ). Tras la exposición de la crítica situación en los barrios populares, el gobierno provincial informó que iba a acercar mercadería a los merenderos y comedores, que comenzaron a reabrir sus puertas ante la demanda creciente. Y también se comprometió a entregar kits de higiene para garantizar los cuidados ante la pandemia.
Sin embargo, según relatan los referentes, la ayuda de la provincia está demorando más de lo previsto. Y la que llegó, no sirve de mucho porque no está en buen estado.
Responsables de dos merenderos relataron a Salta/12, pidiendo reserva de sus identidades, que, entre otra mercadería, la provincia les entregó maíz y poroto con gorgojos, y que los productos de higiene estaban vencidos. "La lavandina está vencida y no tiene ni olor. La fecha de fabricación es del 4 de enero de 2018 y en el mismo frasco dice que vence en 120 días. Se notaba que se intentó borrar la fecha de vencimiento", contó uno de los testigos.
También destacaron el hecho de que les hayan llevado zucoa pero no los proveyeron de leche para preparar la bebida para los chicos, o les llevaron yerba pero no tienen harina para hacer el pan.
Flores Villanueva recordó que entregaron un listado de comedores y merenderos que estaban cerrados “porque no reciben ayuda de nadie y (la ministra) se comprometió, pero hasta ahora no hemos tenido respuesta”. “Y también se comprometió a entregar los kits de higiene para los comedores, y nos exigió un protocolo de higiene que es medio complicado cumplir en un barrio” donde “a veces no tienen agua, que tienen todo clandestino”.
El jueves último, en un informe sobre la ayuda alimentaria, Figueroa valoró la acción de comedores y merenderos y aseguró que querían apoyarlos proveyéndoles los elementos "que sean posibles de distribuir y también todos los productos e insumos que garanticen los cuidados socio sanitarios”.
Pidió que tengan tranquilidad, porque, si bien “eso se fue demorando un poco" hay "mucha voluntad para hacerlo y comenzaron el lunes con la entrega. “Ojalá pudiéramos tener todo junto y todo listo el mismo día, pero, bueno, no ha sido posible”, se excusó.
González Bonorino cerró su video pidiendo "a las autoridades municipales y provinciales que revisen seriamente los circuitos de distribución de alimentos. La Nación ha enviado cientos de millones de pesos para atender tanto la crisis de desnutrición del norte salteño (...) como para la situacion de la cuarentena. Los barrios populares no pueden ser desatendidos como están siendo desatendidos. Hay recursos. Les pedimos por favor que los utilicen para lo que fue agendado, y que lo hagan con dignidad, con mucha dignidad".