Después de dirigir, producir y escribir divertidas comedias, el director Adam McKay ha demostrado un gran talento en sus últimas películas para combinar el humor con el drama de situaciones reales y concretas. Así lo hizo en La gran apuesta, en donde retrata la crisis mundial de 2008 originada por las hipotecas subprime que hundió prácticamente el sistema financiero global. La película es una adaptación del libro homónimo de Michael Lewis, que reflexiona sobre la quiebra del sector inmobiliario norteamericano que originó esa crisis económica.

El film se ubica tres años antes del estallido, y sigue a un grupo de personas de distintos ámbitos y sectores que vislumbraron anticipadamente que todo el mercado hipotecario iba a quebrar, y decidieron entonces apostar contra el mercado de la vivienda a la baja, en contra de cualquier criterio lógico de aquella época.

Con distintos recursos cinematográficos, McKay logra una obra cómica y entretenida a pesar de la complejidad del tema que se trata, que permite conocer mejor qué fue lo que pasó y quiénes fueron los ganadores y perdedores de esa experiencia. Al mismo tiempo arroja una dura crítica a la especulación financiera desnudando el entramado cínico y desconsiderado de Wall Street.

Un gran elenco compuesto por actores y actrices de la talla de Christian Bale, Steve Carell, Ryan Gosling, Brad Pitt, Marisa Tomei y Melissa Leo aportan lo suyo para darle una vuelta humorística a una situación trágica para Estados Unidos y para el mundo, o por lo menos para una gran parte de la gente de a pie y trabajadora. 

La gran apuesta (2015). Disponible en Netflix.