Podríamos decir que el ex futbolista del Deportivo Landaburu, Brian Alexander Peñaloza, fue un excelente zaguero central. Pero sería mentira. En rigor de verdad, lo llamaban “Cajero automático”, porque nadie lo sacaba del banco. Sin embargo, una revista deportiva llegó a decir que Peñaloza tenía algo de Bochini: un autógrafo.
Si se considera que el futbolista no es, sino que “se hace”. De Peñaloza todos sus entrenadores se preguntaban: “¿Es o se hace?”. Al decir de un comentarista radial, su habilidad nos hace acordar a Papá Noel. No porque tenga magia y reparta alegría, sino simplemente porque no existe. Aunque él siempre marcaba su conformidad: decía que en su club estaba muy cómodo. ¡Cómo no iba a estar cómodo si siempre estaba sentado en el banco de suplentes!
Lo que pocos saben de Brian Alexander Peñaloza es que además de futbolista era también cantante y compositor. O eso al menos afirmaba él. Quienes lo escucharon cantar dicen que como cantante era un buen zaguero central. Y como futbolista era un buen compositor. Porque para la composición musical Brian Alexander era ciertamente destacado, pero como cantante y como futbolista, era totalmente descartado.
Con Peñaloza la crítica no fue unánime, mientras unos decían que su música era mediocre, para otros era solamente soporífera. Lo que todos coincidían era que tenía una voz electrizante: cada dos notas hacía cortocircuito.
El 7 de julio de 1988 fue un día de gloria para el fútbol. Ese día Peñaloza abandonó su carrera de futbolista. Y comenzó la de cantante profesional, claro. Puede decirse que en los siguientes dos años, Peñaloza llegó a vender cerca de 50 mil discos, cuando trabajaba en una disquería. En su primera actuación profesional se presentó en el teatro Fénix de Flores, con un repertorio propio que fue abucheado con todo éxito.
Hay tres temas de Peñaloza que resumen su obra compositiva: “Con permiso soy el Tango”, “Buenas noches, soy el Jazz” y “Abranme la puerta, soy un Bolero importante”. Al respecto hay que contar que Brian Alexander comenzó a tener cierta trayectoria con el bolero, prueba de ello fue su participación en el memorable Festival de 1991: “No me rompan los boleros”. Y en los últimos años se dedicó a castigar con su voz la música tradicional dominicana llamada bachata. En homenaje a su máximo ídolo grabó el disco “Brian Peñaloza canta a Juan Luis Guerra”. Y al año siguiente, en represalia, Guerra grabó “Juan Luis Guerra insulta a Peñaloza ”.
De este último disco vamos a presentar el tema “Quisiera ser un diez”. Una composición que expresa diversos estados de ánimo: la frustración del cantante por no haber sido un crack del fútbol, la decepción del que compró el disco, y la bronca del que lo editó. Quienes escuchamos el disco podemos decir que es bueno y original. Pero la parte que es buena no es original. Y la parte que es original no es buena. A continuación, la obra cumbre de Brian Alexander Peñaloza, "Quisiera ser un diez" (desde luego, se canta con la música de “Quisiera ser un pez” de Juan Luis Guerra). Fueeeeera de programa:
Tengo un moretón,
me han pegado con crueldad en el talón.
Llamen a un doctor,
aunque sea a una enfermera.
Este moretón, cambia tanto de tamaño y de color.
Se puso marrón, azul fucsia y violeta.
Quisiera ser un diez
para tocar el balón bien de primera
y esquivar al defensor por donde quiera,
que las patadas no me hieran,
como Messi o Diego un diez...
Para dejar de ser un patadura
y en la cancha convertirme en la figura,
ahora el dolor me dura...
me duele mucho, Dios...
Tengo otra lesión, un esguince con desgarro del tendón.
Ay cuánto dolor, se me hincha, ¿quién lo cura?
Otro pisotón, me rompieron la rodilla, ay qué hinchazón,
fue el número dos, me pateó hasta en la nuca.
Quisiera ser un diez
para esquivar al defensor por donde quiera,
que las patadas no me hieran…
PD: Gracias querido Marcos Mundstock. Gracias por las risas, gracias por todo lo bueno que le diste al humor argentino. Gracias y perdón por este humilde texto que intenta homenajear tu pluma.