Una crónica sobre el manejo de la curva del coronavirus en Paraguay podría seguirse a la par de otra que describa los avatares del astro brasileño Ronaldinho desde que fue privado de su libertad por ingresar a ese país con un pasaporte ilegal. Es que un elemento une las dos cuestiones: el día que el país vecino confirmó su primer caso positivo de Covid-19 fue el mismo día que el campeón del mundo ingresó al penal el campeón del mundo en Corea-Japón 2020, quien este lunes contó detalles de ese "duro golpe" y de sus días preso, en los que "jugaba al fútbol y firmaba autógrafos".
"Estar en la cárcel me ha hecho conocer la realidad de muchas personas que me han tratado con mucho respeto. Hemos jugado al fútbol y he firmado autógrafos, cosas que son parte de mi vida y nunca me ha molestado hacerlas", relató el jugador en una entrevista al diario local ABC Color desde el hotel Palmaroga, donde permanece bajo arresto domiciliario desde el 7 de abril.
"Fue un golpe duro, nunca imaginé que pasaría por una situación así. Toda la vida he buscado llegar al más alto nivel profesional y llevar alegría a la gente con mi fútbol", reconoció el ex Barcelona.
Ronaldinho dio detalles de su visita a Paraguay, la que originó su detención y posterior arresto, en pleno comienzo de la pandemia en América Latina. "Vinimos a Paraguay con mi hermano, que es mi representante, a cumplir unos contratos lanzamiento del libro 'Craque da Vida' y nos quedamos sorprendidos cuando nos dijeron que los documentos eran ilegales y quedábamos detenidos. Tengo mi fe intacta en que todo esto se va a aclarar pronto. Nosotros colaboramos con la justicia desde el primer minuto", aseguró el brasileño, desde hace dos semanas en arresto domiciliario junto a su hermano tras el pago de una fianza de 1,6 millones de dólares.
Antes, había cumplido un mes de prisión preventiva en la Agrupación Especializada, en Asunción, una de sede de la Policía Nacional que funciona como cárcel. El futbolista valoró el trato recibido en la prisión y la relación con otros internos, con quienes compartió partidos de fútbol sala. Al respecto, aseguró que "no tendría ningún motivo para dejar de hacerlo, mucho más con personas que estaban viviendo un difícil momento".
Ronaldinho cumplió 40 años en el máximo aislamiento: fue el 21 de marzo, cuando todavía estaba en la cárcel. El aislamiento, a él también, le hace extrañar a su familia e imaginarse un reencuentro que, en medio de los protocolos de mitigación del coronavirus, parece bastante irrealizable. "Lo primero que haré será dar un beso grande a mi madre, que vive estos días difíciles desde el inicio de la pandemia de la Covid-19 en su casa, después será absorber el impacto que esta situación ha generado y seguir adelante con fe y fuerza", se ilusionó el nacido en Porto Alegre, que continúa su arresto bajo custodia policial y con la prohibición de salir del país.