Los internos de las unidades penitenciarias de Coronda, Piñero y las Unidades Penitenciarias Nº 3 (Zeballos y Ricchieri) , 5 (cárcel de mujeres), 6 (alcaidía ubicada en Francia al 5000) y unidad 16 (ubicada en el límite con Pérez) iniciaron una huelga de hambre y paro de las actividades laborales que desarrollan en los penales. Según dieron a conocer a través de un documento solicitan arrestos domiciliarios, medidas alternativas, cuidado de la población carcelaria de riesgo y distribución de barbijos y guantes.
“Sabíamos que esto era inevitable y lo estábamos esperando”, dijo el secretario de Asuntos Penitenciarios de la provincia, Walter Gálvez, quien confirmó la situación que se da en estos penales y dijo que son los “coletazos” que dejó la firma de un acta acuerdo para levantar los motines en las cárceles de Buenos Aires.
Asimismo, aseguró que se están cumpliendo con todas las medidas de prevención para el cuidado de los internos: “Estamos ajustando algunas cuestiones, pero hay 300 lugares de aislamiento, el hospital de campaña está listo. No tenemos ningún caso positivo, el que era sospechoso dio negativo”.
El gobierno espera los escritos de los delegados de las unidades carcelarias para conversar sobre las diferentes demandas de los reclusos.
El texto de reclusos fue dado a conocer entre el sábado y el domingo, pese a tener fecha de este lunes 27 de abril. Está dirigido a los jueces de Ejecución Penal de Rosario, a quienes le comunican la "falta de medidas de cuidado frente a la pandemia de coronavirus". En ese marco, solicitan la concesión de un encuentro con los delegados de los presos para tratar cuatro puntos.
El primer punto es el pedido de otorgamiento de arrestos domiciliarios para internos que ya gozaban de salidas transitorias. El segundo, medidas alternativas a prisión en los casos de reclusos que cuya condena está por terminar de cumplirse. A través del punto tres piden asegurar "la integridad física de personas de edad avanzada y pacientes de riesgo"; y en el cuatro, la distribución de elementos de seguridad sanitaria como barbijos y guantes.
"Fundamenta este pedido la grave situación de vulnerabilidad en la que nos encontramos debido a las condiciones del encierro, agravadas en el marco de la pandemia. Esto nos genera mucha incertidumbre, que en la mayoría de los casos se traducen en angustias, que se ven amplificadas por la privación de libertad", concluyeron.
Por su parte las mujeres que están alojadas en el pabellón de madres de la cárcel de mujeres expresaron ayer sus temores por el coronavirus, que complicó su situación y la de sus hijos. Se trata de nueve mujeres con nueve niños que tienen entre dos días y 3 años, que viven el encierro sin las medidas de protección necesaria.