Las conducciones de las dos ramas de la CTA ratificaron el paro nacional con movilización hacia la Plaza de Mayo que habían anunciado para el 30 de marzo y decidieron además adherir a la huelga general del 6 de abril que convocó ayer la CGT en rechazo de “la política económica, los despidos y las masivas suspensiones”. Hugo Yasky, titular de uno de los sectores de la central, sostuvo que “es positivo que la CGT haya escuchado el clamor de paro nacional” y por eso “la CTA será parte de esa histórica jornada de lucha que marcará un antes y un después” en el proceso político que lleva adelante Cambiemos desde el gobierno nacional.
Para el sindicalista docente, la medida convocada por la CGT “un plebiscito contundente, demoledor e inapelable” y expresará “el rechazo del pueblo a la política sistemática de empobrecimiento y despojo de los sectores populares que hoy sufren en el país”. Por eso, “el 6, el conflicto va a seguir fortalecido por la unidad”, según dijo Yasky, que también planteó que si ese día “paran pocos” será un traspié para los trabajadores, pero que si en cambio la medida resulta exitosa “será verdad que existe una repulsa generalizada” a las políticas económicas del Gobierno.
Más allá de la adhesión al paro convocado por la CGT, el dirigente aclaró que sigue en pie la convocatoria que había votado el plenario de CTA para manifestarse una semana antes. “El mandato de los 1.717 delegados de las CTA que votaron un paro y movilización para el 30 de marzo se mantiene –dijo Yasky–. El pueblo y los trabajadores movilizados ese día fortalecerán la convocatoria del conjunto de las centrales obreras a la huelga general a realizarse el 6 de abril”.
Además, explicó que otro motivo para mantener la fecha del 30 de marzo pasa por reivindicar el aniversario del paro general convocado contra la dictadura en 1982 bajo las consignas de “paz, pan y trabajo”. Como hizo aquella vez la CGT Brasil encabezada por Saúl Ubaldini, la CTA marchará ese día a la Plaza de Mayo a reclamar directamente frente a la Casa Rosada, algo que el triunvirato que hoy conduce la CGT aún no quiso hacer.