El presidente Alberto Fernández conversó con su par chileno, Sebastián Piñera, acerca del impacto del Covid-19 en los dos países y coincidieron en la necesidad de avanzar en una agenda de trabajo conjunta y en fortalecer la integración regional. Fue una charla telefónica de 45 minutos desde Olivos que sirvió para retomar el contacto y dejar atrás algunos entredichos diplomáticos de los últimos días. "Más allá de cualquier diferencia, tenemos que unirnos en estos difíciles momentos que atravesamos por la pandemia", coincidieron ambos presidentes. 

En el contacto, Fernández y Piñera concluyeron que se enfrentaban a los dos mismos adversarios: la pandemia y la recesión. Porque, fue otra de las conclusiones, las medidas que obligó a tomar la enfermedad para preservar la mayor cantidad de vidas posibles determinó que "nos ha dado vuelta la economía a todos". "Tenemos que promover un sistema de integración latinoamericana con esos dos enemigos que son comunes a todo el continente", sostuvo Alberto Fernández desde Olivos. De la conversación fueron testigos el jefe de Gabinete, Santiaago Cafiero, quien tramitó el contacto, y el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello.

Respecto a la agenda entre los dos países, destacaron que seguirán colaborando en temas de interés común para facilitar el tránsito de personas y cargas por los pasos fronterizos con todas las medidas de precaución sanitarias y avanzarán en un sistema logístico de aduanas integradas. En este sentido, Fernández y Piñera pondrán a ambas Cancillerías a trabajar en los próximos días.

Más allá de sus claras diferencias políticas, Alberto Fernández y Sebastián Piñera mantienen un buen vínculo personal, forjado principalmente en base a estas largas conversaciones telefónicas. En lo más álgido de la revuelta social chilena, el presidente argentino supo dialogar con Piñera y se puso a su disposición. Incluso en algún momento barajó la posibilidad de viajar a Santiago para ir a transmitirle su apoyo, pero nunca se concretó. 

Sin embargo, en los últimos días se generaron algunos roces. El primero ocurrió cuando Fernández comparó los buenos resultados que había tenido la decisión de realizar cuarentena estricta en el país con respecto a los números de contagios y víctimas en Brasil y Chile. En respuesta, el gobierno de Piñera elaboró un informe en el que sostenía que el mayor número de casos se debía a que su país realizaba más test por lo que reportaba más contagios en comparación con Argentina. 

El viernes pasado, Fernández realizó una teleconferencia con un grupo de dirigentes chilenos enrolados en el Grupo de Puebla entre los que se encontraba su amigo, el ex senador Marco Enríquez-Ominami, los diputados José Miguel Insulza y Camila Vallejos, el senador Guido Gerardi y varios ex ministros de las gestiones socialistas. De allí trascendió una frase del presidente argentino instando a la oposición a unirse para "recuperar el poder a favor de los chilenos", que generó una queja de la cancillería chilena.

Como para cortar con los malos entendidos, Fernández llamó ayer a Piñera. "Mantengamos nuestra buena relación que es fundamental, un saludo para todos los argentinos”, se despidió el presidente chileno. “Espero verte pronto y estrechar en un abrazo a todos los chilenos”, retribuyó el mandatario argentino.