La cuarentena (casi) global y sin final cercano a la vista está generando en los sistemas de streaming una nueva “normalidad” impensada hasta hace apenas algunas semanas. En la línea de liberar contenidos otrora inimaginables, la plataforma cinéfila Mubi acaba de anunciar que el próximo viernes 1° de mayo podrá verse, en la Argentina y en otros cincuenta países, el último largometraje del chileno Pablo Larraín, de manera gratuita y durante veinticuatro horas. La exhibición de Ema se presenta en carácter de preestreno y, junto con la película, podrá apreciarse una sesión de preguntas y respuestas con el director de Neruda y Jackie especialmente registrada para la ocasión y coordinada por la actriz Mariana di Girolamo, protagonista excluyente de Ema (más allá de la participación de otros nombres de alcance internacional como el mexicano Gael García Bernal). Para acceder al film y al material extra, sólo es necesario inscribirse en el sitio web https://mubi.com/ema con una dirección de email activa. Durante estos días, los usuarios pagos de Mubi también pueden acceder a la película que hizo de Larraín un nombre reconocido en todo el mundo, Tony Manero.

Estrenado mundialmente en el Festival de Venecia el pasado mes de agosto, el octavo largometraje del cineasta y productor chileno encarna un cambio radical en cuanto a las formas de sus creaciones previas. En la primera escena, una joven teñida de rubio platinado (Ema, encarnada por di Girolamo, nacida en Santiago de Chile) persigue a una trabajadora social y le ruega que le permita ver a su hijo. Ema y su marido Gastón (García Bernal), ambos profesionales de la danza y habitantes de la ciudad de Valparaíso, adoptaron tiempo atrás a un chico de seis años, pero una serie de circunstancias problemáticas –que incluyen un incidente hogareño que terminó con el rostro de la hermana de Ema desfigurado– hicieron que la pareja anulara la adopción. Lejos del drama psicológico de manual, el guion de Guillermo Calderón y Alejandro Moreno es filmado por Larraín de manera elíptica, nunca frontal: las escenas se van hilvanando en la pantalla como si se tratara de un rompecabezas donde muchas veces las piezas parecen no calzar.

El fuego es un elemento central en la historia y también a un nivel visual. Junto con Nona – Si me mojan, yo los quemoel film de Camila José Donoso que, casualmente, también puede verse en Mub i–, Ema podría conformar un particular díptico que parece anunciar el desarrollo de las recientes convulsiones sociales del país transandino. Además de las llamas reales de los incendios provocados por Ema, un fuego interior comienza a querer salir de su cuerpo de forma explosiva, iniciando una relación sentimental con una abogada interpretada por Mariana Loyola y, al mismo tiempo, otro vínculo con su marido, bombero de profesión. El sexo (la libertad sexual) como espacio de experimentación y liberación es otro de los temas que atraviesan el relato y Ema podría llegar a describirse como un pariente lejano del enigmático visitante de Teorema, el film de Pasolini, aunque sin su carácter de ángel exterminador. ¿O algo de eso hay también aquí? A su manera, la película comienza a revelarse como el defensor más inesperado de las bondades del reggaetón como arma de expresión artística y emocional. Ema es un film atípico, con una idiosincrasia extremadamente particular, alejada de los mucho más transparentes relatos de las recientes Jackie y Neruda. Un paso arriesgado para un director que no parece dispuesto a quedarse estancado en una zona de confort cinematográfica.