La comisión de Modernización Parlamentaria de la Cámara de Diputados avanzó en la redacción del protocolo para sesionar en forma virtual, en base al principio de acuerdo político sellado este lunes entre los presidentes de los distintos bloques que componen el cuerpo legislativo.
La comisión sesionó por teleconferencia y pasó a un cuarto intermedio hasta este miércoles por la mañana, para terminar pulir la redacción final sobre la que ya se logró un consenso mayoritario. El objetivo es que el protocolo esté listo para la reunión “presencial” que horas mas tarde tendrá la comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento, que abordará la modificación de reglamento interno e incorporaría la adopción del sistema telemático para su funcionamiento “temporario” de comisiones y el pleno de la Cámara.
El último paso se dará el jueves. Ese día todo deberá ser rubricado en un nuevo encuentro de Labor Parlamentaria del que participarán todas las bancadas políticas, y en el que se definirá el temario y a fecha para la primera sesión virtual de la Cámara baja.
Toda la labor legislativa en la Cámara baja gira ahora en torno del trabajoso acuerdo al que arribaron el lunes los jefes de los bloques tras cuatro horas de debate y discusiones en una reunión presencial sólo coloreada por los barbijos de los presentes. Allí se pactó una alternativa de una reunión mixta para una futura sesión: con la presencia en el recinto del presidente de la Cámara, Sergio Massa, los presidentes de los distintos bloques y un porcentaje a definir de diputados, que podría incluir a los miembros informantes de los distintos proyectos. Mientras que el resto de los integrantes del cuerpo lo harían de manera remota.
También se acordó un cronograma de trabajo. La comisión de modernización transitó, en cambio, una reunión en la que abundaron coincidencias y la necesidad de apurar el texto del protocolo, cuyo redacción final quedó en manos de las autoridades de la comisión que representan a las principales bancadas: su presidenta Daniela Vilar (FdT), su vice primera Silvia Lospenatto (JpC) y la vice segunda Graciela Camaño (Federal). De la elaboación del proyecto también participarán el Secretario General de la Cámara, Juan Carlos Cheppi, a cargo del programa que cuenta con el respaldo de Arsat y el Renaper; y la prosecretaria parlamentaria Marta Luchetta, entre otros.
El protocolo se estableció en base a once propuestas de distintos bloques, y también reunió aportes de “las organizaciones de la sociedad civil”, como definió Vilar en referencia a las consultas realizadas al CIPPEC y a la Fundación Directorio Legislativo. Pero todo bajo el paraguas del acuerdo político sellado el lunes en el Salón Delia Parodi del Congreso.
En la comisión de Modernización, se insistió en que el protocolo no modifica el reglamento de la Cámara, que si estará a cargo de la comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento. Y que se incluirá las sesiones “mixtas”, en base a lo pactado por los jefes de bloque.
Lospenatto (PRO) remarcó en que el protocolo será “acotado temporalmente a esta situación de la pandemia” –en principio con vigencia de 30 días desde el momento de su aprobación, que luego podrá ser prorrogado-- y pidió que esa extensión sea ratificada con una mayoría especial, siempre mientras dure el aislamiento social obligatorio. Camaño, en tanto, sugirió la consulta con expertos y ampliar el plazo “temporario” de las sesiones remotas ante la posibilidad que se extienda la cuarentena. Todo quedaría sujeto a lo que acuerden las bancadas políticas.
Ciberseguridad
Massa firmó junto al ministro de Interior, Eduardo “Wado” De Pedro el convenio que permitirá al Registro Nacional de las Personas (Renaper) “garantizar” el registro e identificación de los diputados que participen de las sesiones virtuales, mediante el registro de validación de la identidad facial de las personas.
Un sistema dotado de un software “de alto rendimiento, posicionado entre el 1° y 2° mejor sistema según atributos en los rankings mundiales, como el del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología de Estados Unidos”. Y considerado como “uno de los sistemas más veloces que existen: cada validación de rostro demora apenas entre 3 y 5 segundos”.
Una tecnología que ya adoptaron el Ministerio de Interior, el Poder Judicial, Anses, Afip, el portal del Gobierno nacional Mi Argentina, los colegios de escribanos, los principales bancos del país y compañías fintech (de tecnología financiera), entre otras.