Ser un caso sospechoso de Covid-19 o estar infectado es motivo de hostigamiento, estigmatización y violencia discursiva, acciones que puede ser contraproducentes para controlar la pandemia. Así lo evaluó el delegado del Inadi en Salta, Gustavo Farquharson, quien adelantó que para el viernes se espera contar con un informe a nivel nacional por las situaciones discriminatorias acontecidas en este particular marco.
En esa recopilación se prevé se incluya el análisis de los dichos del gobernador Gustavo Sáenz, que tras la confirmación del cuarto caso de coronavirus en Salta el domingo pasado, trató de delincuente al enfermo.
Con el primer enfermo de Covid-19 en la provincia los hostigamientos salieron a la luz. Prácticamente se acusaba al primer repatriado a Salta de portar una peste apocalíptica y ser culpable de ella. La violencia en el discurso pasó a la acción cuando se arrojaron piedras a un colectivo en el barrio Unión. En el vehículo se trasladaba a su domicilio a una familia que debía hacer la cuarentena estricta tras reingresar a la provincia.
En un comercio maltrataron a una mamá sola que por estar justamente en esa situación fue a comprar junto con su nene. Cuando llamó al 911 para denunciar los hechos la acusaron de “exponer a su hijo y a la sociedad toda”. Una chica reingresada de Tucumán, donde estudia, en un pueblo del interior salteño fue catalogada de “asesina” solo por volver a su domicilio tras pasar las penurias de una cuarentena sin recursos suficientes para comer. Un médico fue discriminado en el norte salteño (donde ni siquiera hay circulación del virus).
Con el cuarto contagio de coronavirus confirmado, todas esas acciones de violenta circulación activa en la sociedad se reflejaron en el discurso del gobernador Gustavo Sáenz el domingo. Ese día se conoció que uno de los dos trabajadores golondrina que volvían a la provincia sin haber sido registrados en un listado oficial, dio positivo para Covid-19.
“En el día de hoy salió un nuevo caso positivo, pero podrían haber sido muchos más, por la imprudencia e irresponsabilidad de dos delincuentes, o cuatro, o cinco, la justicia lo determinará”, fueron las palabras del gobernador en la conferencia de prensa. Una primera apreciación indica que condenó socialmente a los trabajadores.
“No me gustó el discurso del gobernador. Con todo el respeto lo digo”, dijo el delegado del Inadi en la provincia a Salta/12. A nivel país, en el marco de la cuarentena, se incrementó en un 40% la cantidad de denuncias por discriminación. Los hechos descriptos más arriba, son aquellos de los que tomó conocimiento la delegación salteña del Inadi.
“Una cosa son los discursos que circulan en la sociedad. Pero otra son los discursos de quienes tienen responsabilidad política y terminan de estigmatizar”, sostuvo Farquharson. El funcionario dijo que ante una situación inédita como la que se está viviendo con este aislamiento social, preventivo y obligatorio, en la que se vive con mucho nerviosismo y angustia, es preciso abogar por los mensajes de tranquilidad. Si en la población “escuchan a gobernantes nerviosos, enojados, qué les queda”.
No decir, por miedo al escrache
Si la situación de la detección del virus para controlarlo tiene sus propias complejidades por el comportamiento del Covid-19, la discriminación trae un nuevo problema. “Aquel que puede llegar a tener los síntomas del virus no lo va a querer decir por miedo al escrache, a que lo insulten. Y eso puede ser un problema serio para la salud”, sostuvo el delegado del Inadi.
En la denuncia que hicieron intendentes y legisladores de la ciudad de General Güemes contra la ministra de Salud, Josefina Medrano, el domingo pasado, queda claro que los denunciantes intentaron negar la atención hospitalaria a los trabajadores ante la sospecha de que podían ser portadores del Covid-19. “La verdad, parece inentendible. Tenemos un país con salud pública de ingreso irrestricto y en estos casos necesitamos de la Salud. Entonces qué respuestas se debe tener (ante un caso sospechoso de coronavirus) ¿Negar la atención? No entiendo. Me parece una postura muy mezquina e individualista”, observó Farquharson.
El delegado nacional sostuvo que si la gente se refleja en sus gobernantes y representantes, sería mejor generar desde ese lado “un poquito de empatía”. Ponerse en el lugar del otro que, en este caso en particular, se fue a cosechar peras al sur del país para poder tener algo de dinero para su familia y que buscaba volver en medio de una situación de cuarentena. “Hay que ponerse un poquito en el lugar de aquellos que no la están pasando bien y no generar más hostigamientos”, dijo Farquharson.
“Vamos a analizar lo acontecido en Salta con este caso y difundir algunas recomendaciones que vienen al caso que tienen que ver con los discursos y lo que está pasando y poner un freno”, adelantó ante la posibilidad de tener un informe nacional el viernes. Ello en pos de impulsar los cambios culturales que se requieren y que es uno de los objetivos que persigue el Inadi.