Desde afuera, la Londres intramuros
“Durante mis salidas autorizadas para ejercitar, montado en mi bicicleta y tomando rutas poco concurridas para evitar toparme con peatones u otros ciclistas, he estado retratando a londinenses en confinamiento”, ofrece el fotógrafo Sonny Malhotra acerca de más reciente serie. Serie en curso, dicho sea de paso, donde el muchachito voyeur captura a conocidos y desconocidos de zonas aledañas a su Clapton de residencia saludando desde sus balcones o haciendo sus tareas diarias ante la indiscreta cámara del artista inglés. Que captura las postales a distancia más que segura, según él mismo se encarga de aclarar, tomadas las instantáneas desde afuera, mediando siempre ventana y suficientes metros… “Es un proyecto bastante peculiar porque realmente no controlo buena parte de las variables. La estética la determina el aspecto de las fachadas y cómo alumbra el sol al momento de arribar. No hay exploración previa, no hay dirección de arte. Nunca sé con qué me encontraré ni cómo saldrá”, se sincera el muchacho, que comparte una pequeña descripción de sus aislados modelos de ocasión junto a cada pic en su cuenta de Instagram. Sobre la plataforma, reconoce que solo ahora la encuentra utilísima; no solo por motivos más que evidentes (las exposiciones han devenido actividad obligatoriamente virtual) sino porque “habilita un ida y vuelta que fomenta una sensación de comunidad”. Acorde a Malhotra, de hecho, la intención que motoriza la propuesta es ofrecer petit destello de esperanza: cada imagen se pretende un recordatorio de que, aunque estemos solos, estamos juntos en la faena. Por lo demás, documentar vidas de amigos y extraños a través de sus ventanas ha sido, para él, “algo fascinante que cambia día a día: al principio, veía a personas aburridas que se contentaban con el breve contacto humano, aunque mediase un cristal. Pero con el correr del tiempo, empecé a notar más miedo y preocupación ante la incertidumbre de esta situación tan atípica. Ahora diría que, en general, observo aceptación frente a una cotidianidad intramuros que, parece, seguirá largo rato”.
Soplar las velitas con Hubble
“Hubble explora el universo las 24 horas del día, los siete días de la semana; eso significa que ha observado algunas maravillas cósmicas fascinantes… ¿Qué vio el día de tu cumpleaños? ¡Averígualo a continuación!”, arenga desde su sitio oficial la NASA que, para celebrar el 30 aniversario del celebérrimo telescopio, ha puesto en marcha un generador que reúne las 365 imágenes más espectaculares tomadas por el cacharro espacial en las últimas tres décadas (fue puesto en órbita el 24 de abril de 1990, para más precisiones). Basta con que el usuario anote su preciso día y mes de natalicio en el flamante buscador para que la web devuelva la susodicha imagen, acompañada por una pequeña explicación. Explicación que permite entender qué diantres se está observando… Si, por caso, se ingresa la fecha de hoy, aparecerá en alta definición la galaxia 239-2, “originada por un colisión cósmica entre galaxias que dio como resultado esta versión ‘elíptica’, más grande”, fotografiada el 3 de mayo de 2006. “El Hubble nos ha brindado impresionantes vistas del universo, desde planetas cercanos hasta las galaxias más lejanas que hemos observado hasta ahora. Fue revolucionario lanzar un telescopio tan grande hace 30 años, y este portento astronómico sigue proporcionando ciencia revolucionaria en la actualidad”, fueron las entusiastas palabras del astrofísico Thomas Zurbuchen, laburante de la NASA. Evidente fan del adminículo que, entre sus logros mayores, ha permitido medir la expansión y velocidad de aceleración del universo, descubrir que los agujeros negros son comunes en las galaxias, monitorear los cambios climáticos en los planetas de nuestro sistema solar… Por cierto: si se mantiene activo y jovial ha sido gracias a reiteradas misiones, donde astronautas pusieron enguantadas manos a la obra para reparar y mejorar al vigente Hubble.
Herramienta cartográfica en NY
“La pandemia cambió las reglas del espacio público casi de la noche a la mañana. A medida que las personas lidian con esta nueva realidad, se vuelven conscientes de cómo ciertas características impactan en su capacidad para mantener la distancia social”, dice Meli Harvey, planificadora urbana con residencia en Brooklyn, creadora de la web Sidewalk Widths NYC: un sitio que mapea el ancho de acera de todas las veredas de Nueva York para que las personas tengan el pertinente dato a tiro al momento de moverse (lo estrictamente necesario, vale decir). Alcanza con apoyar el cursor sobre tal o cual dirección para que la colorida herramienta lance el dato con correspondiente aclaración, prevaleciendo -mal que pese- el cartelito que arroja: “Esta vereda es demasiado angosta para mantener la distancia social recomendada”. “Quería sumar mi granito de arena al debate que se está dando”, explica la experta damisela, cuya web debuta cuando el pedido de que se cierren calles al tránsito vehicular y así favorecer la circulación de transeúntes está a la orden del día en la Gran Manzana. Finalmente, como arroja Harvey, “es casi imposible mantener la distancia mientras se camina en NY, particularmente en las zonas más antiguas de Brooklyn y el distrito financiero”. Cuenta además que cruzó datos disponibles en línea con un algoritmo de su propia invención para fin de medir el ancho de las aceras, sobre las que “hay escasa data pública, a diferencia de lo que sucede con carriles e intersecciones de semáforos, información pensada para favorecer el tránsito vehicular”. Y asegura que su propuesta cartográfica es “suficientemente precisa para dar una buena idea de las variaciones que presentan de zona en zona, de barrio en barrio”. Por lo demás, explica que si las aceras comenzaron a achicarse en el último siglo fue para priorizar el movimiento de coches y evitar congestiones, una prioridad que en tiempos covid ya no tal…
Un canto al café
Bien vale suponer que la actriz y comediante Chelsea Peretti (Gina Linetti en la serie Brooklyn Nine-Nine, su rol más conocido) bebe encantada sus diarias dosis de café, cuidadosa -eso sí- de no cometer los habituales estropicios que atentan contra la fragante bebida -la segunda más consumida del mundo, después del agua, dicho sea de paso-: dejar que hierva, recalentarla, endulzarla, decantarse por torrado en vez de tostado; crímenes varios, en fin… Atenderá la artista estadounidense a no desvirtuar los mejores atributos de esta infusión con comprobadas cualidades (vitaminas, minerales, antioxidantes), siendo -como es- acérrima fan del café. No por nada lo llama “su musa” y, acompañando a tan contundente declaración, le ha dedicado su EP debut. En efecto, Foam And Flotsam -tal es el título de este novísimo manojo de cinco temas, disponible para la escucha en plataformas en línea- habla de café. Y aledaños. Por caso, está “Late”, pista inaugural, una balada acústica acerca de llegar tarde a una reunión con un café en la mano que, de alguna extraña manera, deviene crítica de la floreciente industria de meditación trascendental de Los Ángeles. En clave avant R&B, el siguiente track es una oda a la leche de avena, “placer sedoso de textura vaporizada” (sic) que evidentemente elige la cantante para cortar su café. “¿Tenés, tenés, tenés, tenés leche de avena?”, replica en esta canción que, obvio es decirlo, se llama “Oatmilk”. Y sigue el temático discurrir sobre el brebaje de mil amores que, como Peretti ha anunciado, es adelanto de su primer largaduración. Disco de ¡20 temas!, íntegramente dedicado a la infusión, que saldrá en junio y contará con las colaboraciones de Juliette Lewis, Kathleen Hanna, Reggie Watts, Chika, Patti Harrison, entre otros. “A lo largo de Foam And Flotsam, Peretti confirma sus artes cómicas, pero también una importante intuición melódica, y ganas de experimentar”, se rinde la crítica especializada frente a este auspicioso mini-disco. Petit álbum conceptual que se propone “explorar la complejidad de las emociones humanas a través de la lente del café”, cuya preciosa portada muestra una versión ilustrada en clave nostálgica de la flamante cantante y compositora, obra del artista Mauricio Patarroyo, donde -como no podía ser de otra manera- mira Chelsea al horizonte sosteniendo una humeante taza de café.