La mitad de las empleadas domésticas que no pudieron presentarse en sus trabajos por la cuarentena sufrieron irregularidades para cobrar sus sueldos desde que arrancó el aislamiento. La cifra asciende a 500 mil personas. El 50 por ciento es un promedio, dado que en el caso de los empleos registrados la problemática fue del 33 por ciento, mientras que, en los informales, asczendió al 66 por ciento. De los 1.4 millones de empleos de este sector, 400 mil trabajan por estar exceptuadas en la categoría de cuidado y cobran con normalidad. Así se desprende de datos provistos a PáginaI12 por Carlos Brassesco, abogado de la Unión del Personal de Casas Particulares (Upacp).
“En los próximos meses el problema se agudizará, porque cada vez los empleadores se encuentran en peores condiciones, sobre todo si son monotributistas o autónomos”, adelantó. Las irregularidades tienen que ver con denuncias por falta de pago, reducción salarial, suspensiones, despidos, y hasta descuentos en los casos donde el trabajador/a recibió el ingreso de emergencia de 10 mil pesos por considerarlo un “complemento” del salario, cuando no lo es. Según el decreto que estableció el aislamiento obligatorio, los trabajadores del sector privado tienen “derecho al goce íntegro de sus ingresos habituales”.
En el sitio web de Upacp recibieron más de 10 mil denuncias por irregularidades, de las cuales el 20 por ciento son por temas salariales. En algunos casos, les dicen que les pagarán si efectivamente se presentan en su puesto de trabajo. Y para eso deben cambiarse de categoría a la 4, que es la única exceptuada del aislamiento, por tratarse de tareas de asistencia a niños, adultos mayores o enfermos.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) , hay 1,4 millones de personas que se desempeñan en el servicio doméstico. La tasa de informalidad es de 3 de cada 4 trabajadoras, y el 44 por ciento son jefas de hogar. El sector engloba al 17 por ciento de las mujeres ocupadas, por lo que es la ocupación más importante del empleo femenino. Según cifras del Gobierno, perciben en promedio 8167 pesos, el salario promedio más bajo de la economía, equivalente a la mitad de un salario mínimo, vital y móvil.
Este fue uno de los motivos por lo que podían inscribirse para recibir el ingreso de emergencia (IFE), más allá de si estuvieran registradas o no. Entraron más de 540 mil trabajadoras domésticas.
Desde la Upacp buscarán presentar soluciones al Gobierno y solicitarán que exista una especie de Repro para los empleadores. “El crédito a tasa cero para monotributistas y autónomos ayuda mucho, pero al estar en la tarjeta de crédito no pueden usarlo para el pago de los salarios del personal de casas particulares”, aseguró Brassesco.
La falta de bancarización de muchas de las trabajadoras no debería ser una excusa. En cualquier cajero o por homebanking se puede generar un código y establecer una sucursal para que una persona cobre pese a no tener cuenta. El mecanismo se llama "orden de extracción" , y luego hay que enviar el código. También se pueden generar cuentas bancarias gratuitas a través de aplicaciones, como la del Banco Provincia.