La oferta argentina de canje de la deuda ya fue puesta sobre la mesa y comenzó a ser evaluada por los acreedores. La primer reacción de los tenedores de bonos argentinos fue considerar la oferta como insuficiente.
Algo esperable en toda negociación que no este arreglada de antemano, donde cada parte tensa la cuerda y muestra los dientes con el objeto de sacar alguna tajada más. En este caso, los acreedores presionan al gobierno con no aceptar el canje y litigar judicialmente. La amenaza es acompañada de informes técnicos de fondos de inversión y sus consultoras amigas que hablan de una quita del 65 por ciento implícita en la oferta argentina.
Si bien el descuento entre intereses y capital ronda el 30 por ciento, llegan a más que duplicar la estimación de la quita al valuar el período de gracia de tres años y el estiramiento general del plazo de pago. Como al acreedor le interesa cobrar lo antes posible, cuanto más se le postergan los pagos, menos valor tiene para él la deuda. La pregunta clave es: ¿cuánto menos vale la oferta argentina por el estiramiento del plazo de pagos?
La forma financiera de valuar el tiempo es mediante una tasa de descuento. Cuánto más alta la tasa que se utilice, menor es el valor presente de un pago que se recibirá en el futuro. Por ejemplo, un pago de 1 millón de dólares dentro de 10 años tiene un valor presente de 322 mil dólares si se lo descuenta con una tasa del 12 por ciento, y de 508 mil dólares si se lo hace con una tasa del 7 por ciento.
De manera similar, la oferta argentina implica una quita de la deuda del 65 por ciento si se la valúa con una tasa de descuento del 12 por ciento, como realizan las consultoras que trabajan para los acreedores. En cambio, la quita se reduce al 45 por ciento si se la descuenta con una tasa del 7 por ciento, como lo hace el gobierno.
¿Cuál es la tasa correcta para analizar la quita sobre la deuda? No hay respuesta única y certera al respecto.
Los acreedores utilizan una tasa que denominan “exit yield” (tasa de salida) que es la que estiman accedería argentina para financiarse después de reestructurar la deuda.
El costo de financiamiento de Argentina después del canje va a determinar el valor de mercado de los bonos canjeados al terminar la reestructuración. Cuánto más alto sea ese costo de financiamiento menor va a ser el valor de mercado de los bonos .
De esa manera, los acreedores hacen la cuenta de si les conviene quedarse con los actuales bonos o si les conviene cambiarlos, en base a la “exit yield” que esperan después del canje.
Lo paradójico es que si los acreedores aceptaran masivamente la oferta argentina, el riesgo país bajaría a valores similares a los estimados por el gobierno y el valor de los bonos que reciben sube. Por el contrario, si juegan al default es probable que el riesgo país siga por las nubes y el valor de mercado de los bonos por el piso.
Entonces una salida cooperativa entre el gobierno y los acreedores podría beneficiar a ambas partes. En cambio, si los acreedores juegan al default van a tener un largo litigio por delante. Mientras, la economía argentina disfrutará del alivio fiscal y externo que le brindaría dejar de pagar la deuda.
@AndresAsiain