Con más cuestionamientos al gobierno nacional, la cúpula de la CGT vaticinó que el paro nacional por 24 horas sin movilización convocado para el 6 de abril tendrá un “alto grado de adhesión” a la medida a la que adherirán las CTA. Entre las críticas, Juan Carlos Schmid negó que la baja del empleo registrada por el Indec sea cierta y sentenció que “el supuesto repunte” de la economía “no alcanza a superar la estrepitosa caída del empleo”. Su par Héctor Daer trazó un paralelo entre el gobierno de Cambiemos con el de la Alianza y le recomendó al presidente Mauricio Macri que “no crea lo que creyó (el ex ministro de Economía Domingo) Cavallo en septiembre de 2001, que reafirmando un plan recesivo teníamos futuro”.

Todos los gremios adhirieron a la medida de fuerza anunciada una semana después de la masiva movilización en la que varios sindicatos le reclamaron al triunvirato integrado por Schmid, Daer y Carlos Acuña una medida de fuerza contra el ajuste de Cambiemos. A la convocatoria hecha ayer se sumaron las CTA conducidas por Hugo Yasky y Pablo Micheli, quienes el martes lanzaron un paro para el 30 de marzo. 

Yasky ratificó hoy esa adhesión pero arriesgó que el paro de las CTA anunciado para una semana antes del anunciado ayer en la sede de la calle Azopardo "probablemente se modifique" para convertirse en una "jornada de lucha nacional con movilizaciones en todo el país".

En tanto, más allá de que en el anuncio de ayer se dejó claro que la huelga general de la CGT es de carácter “irreversible”, Schmid reiteró que la solución a los problemas por los que reclama la central sindical está en manos del Gobierno. A la vez, sostuvo que “si no se introducen cambios” en el rumbo económico, habrá “un grado de conflictividad mayor”. 

Daer, en tanto, se mostró menos esperanzado sobre un cambio a favor de los trabajadores y sostuvo que el oficialismo "está viendo muy mal los efectos que tiene este plan económico en la sociedad". "Ayer anunciaron como una baja del desempleo lo que es la frustración de personas para ir a buscar trabajo”, dijo.

El titular del gremio de Sanidad se refirió al índice de desempleo publicado por el Indec, que no da cuenta de la destrucción de puestos de trabajo durante el año pasado y que relativiza las razones por las cuales hay un deterioro en la capacidad de compra y falta de ofertas de empleo. “Hay menos trabajadores y muchas más personas se frustraron en su intento de ir a buscar trabajo", insistió Daer.

El sindicalista apuntó también contra la política de apertura masiva de las importaciones impulsada desde la Casa Rosada. "Lo único que va a ocurrir es que se van a seguir destruyendo puestos de trabajo", alertó y recordó las recetas neoliberales aplicadas durante el menemismo y el gobierno de Fernando de la Rúa. Le recomendó a Macri “que mire la realidad” y que “no crea lo que creyó Cavallo”, cuando aplicó medidas restrictivas para el bolsillo. “Después tropezamos, y los tropiezos económicos y políticos los terminan pagando los trabajadores", aseveró.

Respecto de las acusaciones del Gobierno sobre un supuesto interés de desestabilización por parte de los sindicatos, Schmid reconoció que "siempre hubo sectores" políticos y gremiales que "apostaron a la especulación política", pero negó que esta vez fuera el caso. La CGT, dijo, es “vehículo de la expresión del dolor de la preocupación social, de los desocupados y los que no llegan a fin de mes". "No hay una moneda en el bolsillo del pueblo trabajador y sin eso no hay reactivación", subrayó.

Desde la CTA de los Trabajadores, Yasky indicó que el 6 de abril la “mayoría del pueblo argentino pedirá un cambio de rumbo". "El Gobierno está encerrado en su propio laberinto, con ajuste en grado de salvajismo”, y sin embargo “ahora está denunciando golpismo”. “Simplemente hay reclamos de la gente de poder seguir viviendo", completó.

El otro cegetista que se sumó a los denuestos al gobierno nacional fue el gastronómico Luis Barrionuevo, quien había apoyado al presidente en su campaña electoral. “Llegó la hora de hacer un paro general”, sentenció y a la vez se manifestó “desilusionado” con Macri. Dijo a radio La Red que “esperaba para estos tiempos que cumpliera con algunas de las promesas que había hecho” y sostuvo que su gabinete de gobierno “lleno de CEO’s” demostró “que no está preparado para la función pública”.

También prometió que la central obrera "no va a hacer nada para desestabilizar a este gobierno", pero advirtió que si Macri "se cierra en un séquito tan chiquito" y no pide "ayuda" a los sindicatos, será "muy difícil" salir de los problemas.