El aislamiento obligatorio detuvo el fútbol pero no la violencia de género. La denuncia al jugador de Boca Juniors Sebastián Villa por violencia de género se suma a una larga lista que no distingue camisetas. Mientras tanto, las dirigencias que cuentan con Comisiones de Género son pocas y la pelota la tienen las socias, organizadas en agrupaciones feministas que continúan trabajando de forma virtual. Desde esos sectores, esta semana la conclusión fue unánime: todas las instituciones deben contar con un Protocolo de Acción contra la Violencia de Género; esta es la forma de unificar un criterio para abordar con especialistas, y sin distinciones, todos los casos.
En el ojo de la tormenta, la nueva dirigencia de Boca inauguró el Departamento de Inclusión e Igualdad en diciembre. Desde entonces, cambiaron la categoría “Damas” a “Activas” e incluyeron una voz del estadio femenina. Con el comienzo de la cuarentena obligatoria, organizaron un taller literario con perspectiva de género y difundieron las vías de comunicación para las víctimas de violencia machista, con un grupo interdisciplinario destinado a brindar asistencia a las socias. La pandemia interrumpió el desarrollo del protocolo para actuar en situaciones de violencia, un trabajo conjunto con el Departamento de Equidad y Género de la AFA.
Después de la denuncia al delantero, la agrupación Feminismo Xeneize, que surgió desde la tribuna, entre socias, durante la presidencia de Daniel Angelici, presionó a la dirigencia para que el área de género tenga "una real incidencia" en la toma de decisiones y sea transversal a todos los espacios del club. Una demanda que en el resto de los clubes también tiene un largo camino por delante. La dirigencia de River Plate, por su parte, maquilla la perspectiva de género con una Comisión de la Mujer que no cumple las expectativas de las socias. Las hinchas del Millonario, organizadas en la colectiva River Feminista, resaltan que, además de las marchas y la lucha conjunta contra el patriarcado, se unieron por la falta de perspectiva de género en el club de Núñez.
Uno de los clubes pioneros es Rosario Central, que creó la Secretaría de Género en 2018, y al año siguiente, presentó su protocolo, trabajado con el Instituto de la Mujer rosarino. La premisa es que no sólo se encargue de actuar ante la violencia, sino que también pueda prevenirla. Por eso, hicieron charlas y talleres para los trabajadores del club, deportistas amateurs y divisiones inferiores. También lo extendieron a peñas y filiales canallas.
"Me sorprendió la cantidad de consultas que nos llegaron de las socias, por un montón de hechos de violencia que ocurrieron en marcos de actividades deportivas", contó Camila Ferreyra, prosecretaria del área. La cuarentena interrumpió la organización de las charlas para el plantel de fútbol profesional y la comisión directiva de Central.
"Si alguien viene con una denuncia, más allá de ser empático, hay que tener las herramientas para escuchar y acompañar con recursos", explica Nuria Escobar, directiva y miembro de la Subcomisión de Género de San Lorenzo, otro de los pocos clubes que cuenta con un protocolo, que fue aprobado por unanimidad por la Comisión Directiva, y también prevé la capacitación en cuestiones de género para la dirigencia, los deportistas y todos los trabajadores del club. Hasta hace unos días Racing, Newell’s y Vélez completaban la lista de clubes de Primera División con protocolo pero la agrupación Huracán Feminista hizo lo propio en medio del aislamiento y gracias a ellas, el Globo también tiene una guía de acción ante la violencia machista.
Mientras tanto, agrupaciones como Independiente Feminista, que se formó en el Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans de octubre, hacen reuniones virtuales donde piensan cómo plantearle a la dirigencia del Rojo un proyecto para la creación de una Secretaría de Género. Y al igual que River Feminista, también trabajan para que sus clubes tengan protocolo.
En Córdoba, la Red Belgrano Feminista está en diálogo con la dirigencia para avanzar en la conquista de derechos. "Nos dejaron usar las instalaciones para nuestras reuniones, coordinación de actividades o conmemoraciones relacionadas a las cuestiones de género", explica Victoria, una de sus integrantes. Además, en febrero, el Pirata albergó el segundo encuentro nacional de Áreas de Género de Clubes y recibieron a diferentes mujeres y dirigentes de otros clubes del país.
A paso lento pero firme, desde adentro o afuera de los clubes, las mujeres se agrupan y se interconectan para repudiar en conjunto a los jugadores denunciados y las actitudes machistas de las instituciones. Al mismo tiempo, siguen peleando por el cupo de mujeres en los espacios de poder dirigenciales para participar de la toma de decisiones.