La diputada provincial del Movimiento Evita Lucila De Ponti ponderó el rol de conductor político que, a su juicio, ejerce el gobernador Omar Perotti en la pandemia. “Todos tenemos que hacer el esfuerzo para fortalecer esta posición de liderazgo que tiene”, remarcó. Por otro lado, la ex diputada nacional recordó la elección de autoridades de la Cámara baja y descartó intenciones del peronismo de arrebatarle la presidencia al socialista Miguel Lifschitz. “No teníamos la intención de seguir fogoneando un conflicto”, le confió a Rosario/12 la vicepresidenta primera de la Cámara.
—¿La pandemia abortó cualquier chance de revisar el mapa de autoridades?
—No es sólo el efecto de la pandemia, sino que tiene que ver con un acuerdo que se había alcanzado en diciembre y no tenía que ver sólo con los tres meses que transcurrieron desde la extraordinaria. Si vemos los últimos períodos, el presidente siempre ha sido el mismo en los cuatro años y entiendo que también el resto de las autoridades.
—¿No hubo, al menos de parte del PJ, el intento de acicatear la presidencia de Lifschitz?
—No, si hubiesen surgido ese tipo de intenciones o estrategias de construir una unidad de los bloques opositores y poner otro presidente, estuvieron centradas en diciembre, antes de que se asumiera. Con la cierta solidez que tiene el bloque mayoritario se hace un poco difícil. Si bien las discusiones por la Ley de Necesidad Pública fueron álgidas y entendemos que el Frente Progresista debiera tener otra posición, son consideraciones que uno hace desde su espacio político. No teníamos la intención de seguir fogoneando un conflicto entre el bloque principal de la oposición y el oficialismo.
—¿Qué opinión le merece Lifschitz como conductor de la Cámara en estos primeros cuatro meses?
—Como presidente de la Cámara, en lo formal del rol que hay que ejercer, es correcto. Un dirigente como Lifschitz requiere una evaluación más política de sus tareas y su función y, en ese sentido, el Frente Progresista está buscando su lugar y forma de posicionarse con sector opositor. Evidentemente, no es sencillo para ellos, como no es sencillo para nosotros definirnos como oficialismo con todas las responsabilidades que ello conlleva. Al menos en una primera etapa del gobierno, el rol de la oposición de la Legislatura debiera haber sido mucho más el de acompañar y el dejar hacer, el periodo de gracia del que siempre se habla. Si todos tenemos la buena voluntad de poder construir consensos que nos permitan arribar a políticas públicas en beneficio de los santafesinos, será cuestión de trabajar y profundizar, y no negar el conflicto que existe entre los distintos sectores. El conflicto es dinamizador de la política también, en una medida que nos permita avanzar.
—¿Qué evaluación hace del inicio del gobierno de Perotti?
—Fue turbulento. Primero, contextualizándolo en un escenario nacional crítico desde lo económico, el impacto de las políticas de (Mauricio) Macri. Eso nos ponía en un panorama complicado, Santa Fe tiene índices de pobreza de los más altos del país en algunos lugares. Sumado a la situación fiscal, descripta por los funcionarios del gobierno, con una deuda importante y pocas herramientas para hacer frente a eso. En este marco se dio la decisión contundente de Perotti de avanzar en pedir herramientas para enfrentar este contexto. Eso ya generaba un escenario turbulento, sumándole el elemento político, un gobierno que ejerció durante doce años el poder y le tocaba pasar a ser oposición por primera vez en mucho tiempo. Este escenario se vio agravado por los efectos de la pandemia y la cuarentena, que ordena en términos de prioridades, porque pasan a estar todas alineadas con respecto a la necesidad de que tanto los Estados provinciales como locales pueden hacerse fuerte. Este ha sido el objetivo fundamental, pero puede configurar el escenario para lo que viene. Cuando atravesemos el momento más crítico desde lo sanitario surgirán muchísimas conflictividades desde lo económico y social que van a perdurar en los próximos años. El gobierno va a tener que hacerse cargo de gestionar esta crisis con una prioridad absoluta en defender los derechos de los santafesinos y trabajar para mejorar la calidad de vida.
—¿Ejerce Perotti un rol de conductor político, con contención hacia dentro de todos los sectores del peronismo?
—Claramente Perotti es hoy el conductor del peronismo, no sólo por su rol de gobernador, sino porque ha logrado una cierta unidad que le permitió llegar al gobierno. Esa unidad se fue también fortaleciendo a lo largo del periodo electoral. Tengo expectativas que siga profundizando ese rol, indudablemente no hay otra persona que hoy pudiese hacerlo. Nosotros también, como dirigentes intermedios o sectores que formamos parte de este esquema de unidad, variopinto, que tiene varios sectores adentro… El peronismo, como ya se sabe, es un universo muy amplio y rico. Tenemos que hacer todos el esfuerzo para fortalecer esta posición de liderazgo que tiene él y la tiene que seguir ejerciendo. Los momentos críticos generan dificultades, pero la terminal tiene que estar ahí.