El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro , participó de un nuevo acto contra el Congreso y la Corte Suprema en el que se registraron agresiones a periodistas y fotógrafos presentes. En un discurso improvisado dirigido a los miles de simpatizantes concentrados frente al Palacio presidencial de Planalto, Bolsonaro aseguró que las Fuerzas Armadas y el pueblo están del lado de su gobierno y que hará cumplir la Constitución "a cualquier precio".
El mandatario aprovechó la ocasión para volver a atacar a los gobernadores que insisten en continuar con el aislamiento social en el país. Si bien Bolsonaro se mantuvo a distancia de sus seguidores, el acto produjo aglomeraciones en momentos en que Brasil ya hay 7 mil muertos y más de 100 mil casos confirmados de la covid-19.
Fiel a su estilo, el presidente de ultraderecha se mostró en público sin mascarilla aunque a más de dos metros de distancia de los manifestantes, desde la rampa de su residencia oficial del Palacio de la Alvorada. "El pueblo está con nosotros, y el ejército está del lado de la ley, del orden, de la libertad y de la democracia", afirmó. Bolsonaro se conformó con un breve discurso y luego bajó la rampa con su hija Laura, de nueve años, para saludar a los presentes. Además de varias banderas brasileñas, flameaban a su lado las de Israel y Estados Unidos.
El mandatario dijo que quiere "un gobierno sin interferencias que puedan obstaculizar el futuro" del país. "Le ruego a Dios que no tengamos problemas esta semana porque llegamos al límite. No hay más conversación de aquí en adelante. No solo exigiremos, haremos cumplir la Constitución y será cumplida a cualquier precio. La paciencia se acabó", agregó. En los últimos días, Bolsonaro se mostró irritado por la decisión del ministro del Supremo Tribunal Federal, Alexandre de Moraes, de bloquear el nombramiento de Alexandre Ramagem a la Dirección General de la Policía Federal.
El presidente reiteró su discurso contrario al confinamiento mientras se dispara el número de casos de coronavirus en el país: "La destrucción de los empleos por parte de algunos gobernadores es irresponsable e inadmisible. Vamos a pagarlo caro en el futuro", aseguró. En Brasil, las medidas de aislamiento social son competencia de los gobernadores estatales que las imponen localmente, de forma más o menos estricta. "Otro acto lamentable del presidente Bolsonaro, incompatible con el cargo que ocupa", fue la dura respuesta del gobernador de San Pablo, João Doria, según pudo recoger el diario local Folha.
"Moro canalla"
Los miles de simpatizantes del presidente que esperaban con atención su discurso cantaron el himno nacional y luego rezaron un Padre Nuestro frente a la Catedral Metropolitana. Sostenían carteles con leyendas tales como "Armas para los ciudadanos de bien"o "Moro canalla de Curitiba". El exministro de Justicia presentó su renuncia la semana pasada tras la decisión de Bolsonaro de destituir al jefe de la Policía Federal, Mauricio Valeixo. Moro prestó declaración el sábado durante ocho horas en la sede de la Policía Federal de Curitiba. Según medios locales, presentó "conversaciones, audios y correos electrónicos" intercambiados con Bolsonaro que apoyarían sus graves acusaciones.
El diario Estadão contó que durante el acto un grupo de manifestantes empujó y golpeó a dos trabajadores del medio, al grito de "Fuera Estadão". También arremetieron contra periodistas de Globo TV. En ese momento, y a pocos metros de distancia, uno de los presentes en el acto le advirtió al presidente Bolsonaro que los profesionales de la cadena televisiva estaban siendo expulsados del lugar. El presidente, lejos de condenar la actitud, respaldó las críticas a la emisora: "La gente de Globo viene hasta aquí solo para decir tonterías. Esta televisora realmente fue demasiado lejos".
Antidemocrático
Es la segunda vez que el jefe de Estado de Brasil participa de un acto calificado de antidemocrático por la oposición y organismos de derechos humanos. El pasado 19 de abril, Bolsonaro acudió a una manifestación similar en la que se pidió una intervención militar y la vuelta del llamado Acto Institucional 5 (AI-5). El AI-5 fue un paquete de medidas antidemocráticas aplicado en 1968 durante la dictadura militar (1964-1985), mediante el cual se aumentó la represión, se proscribió a varios partidos políticos y se destituyó a decenas de parlamentarios opuestos al régimen.
Pero estas manifestaciones también son contrarias a las medidas de aislamiento social impuestas en la mayor parte de Brasil para contener la pandemia. La participación del presidente en estos actos, sumado a las críticas por su gestión de la crisis sanitaria, mientras los contagios crecen día a día y ubican a Brasil como el país con más contagios de la región y décimo en el mundo, fueron argumentos suficientes para que la oposición presentara ante la Cámara de Diputados una treintena de solicitudes para la apertura de un juicio político contra Bolsonaro.
Brasil registra hasta el momento 101. 147casos confirmados y 7.000 muertos desde el inicio de la covid-19 en diciembre en China. En la última semana, el número de fallecidos diarios superó las 400 personas. La mayoría de los expertos considera que el pico de la pandemia está aún lejos de ser alcanzado.